Rehabilitación 💖

Start from the beginning
                                    

—Las Xanax.—Su respiración comenzó a hacerse más pesada y pausada. Sus ojos luchaban por mantenerse abiertos y su cuerpo estaba completamente flácido a causa de la extrema relajación muscular.—Ayúdame. No me dejes morir.

Estuve a punto de perderle. Si la ambulancia hubiese tardado tres minutos más estaría contando otro tipo de historia. En cuanto soy capaz de entrar a verle tomo sus manos y le admiro.

No sería nada si ya no estuviese aquí.

—¿Estoy bien?.

—No, no estás bien. Casi te matas con esas cosas. Necesitas ayuda.

—Estoy bien, solo se me pasó un poquito la mano.—Su falta de interés me lleva al límite. A este punto soy incapaz de guardarme mis lágrimas y mi furia contra esa actitud tan despreocupada.

—¡No!, ¡No está bien! Casi te pierdo por culpa de esas malditas drogas. ¿No te das cuenta del daño que estás haciéndote?, ¿Del daño que me haces a mí y a tu familia? Por favor.

—Pero...

—No tienes idea de cómo me sentí al verte en el suelo, ver como tu vida poco a poco se comenzaba a escapar frente a mis ojos. Pensé en nuestro futuro... me di cuenta que no quiero vivirlo si tú te vas o si no cambias esto. ¿Si llegamos a casarnos llegarás a recordar aquel día bajo los efectos de esa cosa?, ¿Seguirás consumiéndolos aún si la vida decide darnos hijos? Por favor.—Me quiebra un poco ver cómo comienza a derramar lágrimas llenas de culpa.—Quiero una vida contigo, déjame ayudarte.

—No sé cómo parar.—Confiesa.

—Solo dime que lo aceptas. Dime que tienes un problema y te aseguro que te ayudaré a dejarlo. No voy a abandonarte.

—Pero...

—Solo dilo.

—Soy adicta a las benzodiacepinas y necesito ayuda.

💖

Abril, 2019.

Me importa en lo más mínimo encontrarme en la boca de todos por ayudar a mi novia con la lucha de su adicción. La he llevado a un centro de rehabilitación donde vivirá y luchará durante un año entero.

💖

Solo tengo permitido visitarla una vez al mes y llamarla durante diez minutos todos los domingos.

Los primeros dos meses fueron difíciles, la desintoxicación sacaba lo peor de ella pero aún así no me fui ni la abandoné.

A partir del tercer mes me han permitido llevarle un poco de comida rápida como recompensa por su mejora de comportamiento, durante una de esas visitas pude observar su talento en la pintura y la escultura. Finalmente había encontrado un refugio sano a su ansiedad y no podía sentirme más orgulloso al respecto.

Tuvo una pequeña crisis cuando cumplió los seis meses dentro de ese sitio. No me permitieron llamarle ni visitarle durante aquella recaída por lo que solo opté por escribirle una carta y sobornar a un par de personas para hacerle llegar esa carta. Espero que haya sido suficiente para hacerle saber que seguía a su lado.

A los nueve meses nos permitieron una cita fuera de aquel anexo pero no quiso aceptarla con el argumento de querer volver a tomar nuestra relación de manera pública una vez sana y libre de adicciones. Sé que todo iba más allá, sabía que aún había pensamientos negativos e inseguridades pero no importaba, seguiríamos tratando de arreglarlo.

💖

Abril, 2020.

Finalmente estoy frente la puerta del anexo. Bajo del auto aquella pequeña maleta con ropa y la cajita con su regalo se encuentra en mi bolsillo izquierdo.

Espero con paciencia su llegada a mí. Miro sin preocupaciones los grandes cuadros en la estancia hasta que soy capaz de escuchar su llamado al pie de la escalera.

Luce diferente, por lo que puedo ver ha ganado algo de peso acentuando más sus bonitas curvas y su cabello ahora es algo cobrizo, sus mejillas tienen cierto rubor natural y aquellos preciosos ojos claros tiene un brillo muy singular. Corre hacia mí y no dudo en dejar aquel bolso de ropa a un lado para recibirla con los brazos abiertos.

—Te extrañé tanto, cariño.—Responde a mi llamado con un tierno beso en los labios. Seca las lágrimas de su rostro y sonríe con calidez.

—Llévame a casa.

Después de terminar con los últimos detalles de su salida recorremos por última vez aquel solitario camino. Ella finalmente puede reproducir aquel viejo disco de Coldplay en el auto y comer con alegría sus papas fritas.

—Shawn.—Le miró antes de abrir la puerta del auto una vez que estamos en casa. Sigue acurrucada en el asiento mirando la bonita pulsera que le he regalado.—Gracias por no abandonarme. No puedo pensar que sería de mí sin tu ayuda.

—Ya es pasado, cielo. Vamos, Diesel y Tulipán esperan a su madre.—Sonríe en cuanto menciono a aquellos caninos y deja un beso en mi mejilla antes de bajar del auto.

Finalmente la he recuperado.

💖

{Shawn Mendes One Shots}^Where stories live. Discover now