Capítulo 182

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CAPÍTULO 182

*narra Marta*

Bato con fuerza los huevos, la harina, el azúcar... Están ya todos durmiendo, hace poco rato que hemos llegado a la otra residencia, pero yo no podía dormir. Gracias a Manuel sé que Aina mañana también tendrá un pastel hecho. El mío lo guardaré aquí y estará sano y salvo para siempre. Pero el de Aina... Que se prepare, pobrecito. Ya le he dicho a Manuel que no hace falta que me pase más información, que con estos detalles ya he logrado minar la moral del oponente. Y también porque no quiero que por mi culpa tenga más problemas con Ana.

Me dirijo a la despensa a buscar algún ingrediente que me falta y cuando llego, una persona está probando mi masa.

Víctor: Le falta azúcar.

Marta: Me lo dice el que hizo un "unihoja".

Víctor: Se me olvidaron los huevos, ¿vale?

Marta: Pues deja de tocármelos a mí.

Víctor: Uy, este vocabulario no es propio de Marta Álvarez. ¿Qué te ha pasado?

Marta: Me provocas.

Víctor: Me gusta lo que dices.

Marta: Cállate.

Sigo batiendo, ignorándolo, pero él se acerca por la espalda.

Víctor: ¿Por qué sigues tan empeñada en quedar bien delante de Mendicuti? Parece ser que él no moverá montañas por ti, sino por otra...

Marta: Si has venido para repetirme lo de ayer, ya puedes largarte.

Me coge de los brazos y hace que me gire para que lo mire a los ojos. Me sujeta con fuerza.

Víctor: Dime que no me quieres y dejaré de insistir.

Marta: Ayúdame a conseguir que todos vayan a mi fiesta y Aina se quede más sola que la una y dejaré que sigas insistiendo.

Víctor: Lo voy a hacer.

Marta: ¿En serio?

Víctor: Sí, porque al contestar de esa manera me ha quedado claro que me quieres.

Me da un breve beso en los labios y se va antes de que le diga nada.

Eso no ha sido una jugarreta, no estaba en mi mente hacerle creer que lo quiero para que me ayude con la fiesta. Simplemente... ha surgido. Y tiene razón. Lo quiero. No sé ni yo misma de qué forma, pero lo quiero. Víctor siempre tendrá algo que no me dejará dejarlo marchar... Quizás tenga razón y estoy demasiado obsesionada con Marcos. Pero es que no hay punto de comparación con Marcos y Víctor. Marcos es noble, Marcos es genial, Marcos saca lo mejor de mí y Víctor lo peor. Pero que Marcos esté tan confundido y no sepa valorarme está empezando a enervarme. Y que Víctor esté a mi entera disposición tampoco me gusta. Prefiero las cosas un poco difíciles.

Marta, olvídate de todo esto y céntrate en tus prioridades. Hundir a Aina. Si Víctor está de mi lado será pan comido. Necesito transformarme continuamente en Blair para olvidarme de todo lo demás, justamente lo que a Marcos no le gusta de mí... Pero él no tiene por qué enterarse.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora