Capítulo 130

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CAPÍTULO 130

*narra Martina*

Manuel: Me niego. - dice mi amigo rápidamente.

Martina: Me opongo absolutamente.

Ana: Antes beso al cocodrilo.

Mauro: Volvamos a girar las botellas.

Víctor: Ni hablar, vosotros habéis aceptado jugar y ahora hay que acarrear con las consecuencias. Hemos dicho que eran besos ficticios, ¿no?

Ana: Suerte que no tengo ahora el garfio, que si no te agarraba del cuello y...

Manuel: Sh, no desveles tus trucos. Cuanto antes lo hagamos, mejor, por favor.

Me aproximo a Manuel, nos ponemos los dos de rodillas, dudamos hasta que por fin me lanzo y le doy un breve beso en los labios. Cuando me separo, me coloco bien las gafas. Él no dice nada y vuelve a su sitio. Yo me quedo un rato empanada hasta que me doy cuenta de que Ana y Mauro se están besando. Au, eso duele. Hecho el reto, cada uno se sienta dónde estaba sin decir nada y Aina gira la botella. Le toca con Mauro. No puede ser, otra vez no.

Martina: En serio, dejemos ya este juego.

Mauro: Ahora sí que me niego.

Víctor: Venga, chicos, es un juego.

Guillermo: Muchas ganas de salseo tienes hoy tú eh.

Mauro y Aina finalmente se besan, por tercera vez ya... Y yo cierro los ojos cuando lo hacen. Y al cerrarlos, aparece en mi mente la cara de Manuel.

*narra Ana*

Me toca a mí. Giro la botella con las manos temblorosas y suspiro cuando me toca Manuel. A él se le ilumina la cara. Me entrego en el beso, recordando el momento que hemos vivido hoy. No dejamos de besarnos hasta que alguien carraspea.

*narra Martina*

Giro la botella y señala a Aina.

Martina: ¿En serio?

Víctor: Pues claro, así luego Aina nos dice si besa mejor Martina o Mauro.

Martina: ¡Idiota! - y le pego una buena colleja.

Estoy muy molesta con Aina, porque estoy harta de que se bese con mi novio. Nos damos un breve pico y seguimos jugando. Ahora es Víctor el que tiene la botella, la cual va a parar a... Mí. Hoy no es mi día de suerte. Me da un buen morreo, en contra de mi voluntad, y en vez de pensar en Mauro pienso en Manuel. ¿Pero qué me está pasando?

Finalmente, a Guillermo le toca con Mauro. Se ríen y acaban dándose un pequeño pico, como Aina y yo.

Acabado el juego, nos vamos todos a dormir para estar frescos para mañana. Pero a mí me cuesta demasiado conciliar el sueño, pensando en todo lo que ha pasado esta noche...

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora