Capítulo 153

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CAPÍTULO 153

*narra Ana*

Son ya las cuatro de la mañana, al final la fiesta no ha sido tan coñazo como parecería que lo sería. Nuestros amigos se han ido marchando y Manuel y yo nos hemos quedado en el sofá, medio dormidos. Él me envuelve la espalda con su cuerpo y me rodea el estómago con sus brazos, tenemos las manos entrelazadas. Vale, sí, estamos haciendo la cucharita. Demasiado romanticismo para mi cuerpo. Me zafo de él bruscamente y le chillo a la oreja:

Ana: ¡PROHIBIDO DORMIRSE!

Manuel, todavía con los ojos cerrados, alza sus manos y empieza a aplastarme los mofletes, menudo vicio tiene.

Ana: ¡LEVÁNTATE! - él susurra algo ininteligible, víctima del sueño. Y decido devolverle una que le debo hace días. Voy a por un vaso de agua y se lo tiro en toda la cara. Se pone de pie del sofá en menos de un segundo, da un salto para bajarse y me persigue, hasta que me tira al suelo y me empieza a hacer cosquillas.

Manuel: Qué rencorosa eres, cómo me la tenías guardada... - me dice, cuando ha terminado nuestro mutuo ataque.

Ana: Garfio nunca olvida y menos perdona.

Nos dirigimos a los columpios, para que nos dé el aire y nos despeje, tenemos que aguantar toda la noche despiertos, es nuestra última noche...

Manuel se sube de pie en el columpio y yo empiezo a enroscarlo. Por poco no se cae al suelo. Después nos entretenemos haciendo carreras a ver quién vuela más alto.

Manuel: ¿Tienes ya la maleta hecha? - comenta en plena carrera. Este simple comentario hace que me dé cuenta de que es real, de que mañana ya no estaré con Manuel. - Lo digo por si te queda un hueco para meterme a mí. - me bajo del columpio y freno el de Manuel para que se baje también. Entrelazo mis dedos con los suyos, le acaricio la mejilla, le susurro un "te quiero" al oído y le doy un beso, muy cerca de sus comisuras. Nos quedamos mirando, con los alientos chocando, pero sin besarnos.

Ana: ¿Recuerdas este momento tanto como yo? - lo miro, juguetona.

Manuel: Como para olvidarlo...

Ana: Cuando me decías que no sentías nada al hacerte todo eso... ¿Era verdad?

Manuel: Era completamente mentira. - sonrío, lo sabía.

Ana: Tengo una espinita clavada. Esa vez nos interrumpieron. He tenido que repetir la escena para que esta acabe en final feliz. - nos quedamos un buen rato mirando hasta que Manuel me besa. Vivo este beso como si me lo hubiera dado la otra vez, lo vivo recordando todo lo que nos costó dar el primer paso, lo vivo siendo ahora muy feliz de todo lo que hemos vivido juntos.

Nos tumbamos en la hierba, mirando al cielo, ya falta poco para que amanezca.

Ana: Prométeme que vas a ganar. Confío en ti.

Manuel: ¿Tú crees? No creo que sea tan bueno como para llegar tan lejos. Además, me va a faltar mi principal motivación: tú.

Ana: Solo hay que ver la cara que tienes cuando cocinas, casi más tonta que cuando me miras JAJAJA - bromeo y pone cara de tonto - En serio, disfrútalo por mí.

Manuel: ¿Y qué vas a hacer tú en Galicia?

Ana: Echarte de menos y darte ánimos desde la distancia.

Manuel: Nos veremos en Nunca Jamás, ¿verdad?

Ana: Cada día.

Nos abrazamos, todavía tumbados.

Manuel: No sabes cuánto voy a echarte de menos... - me susurra. Me asalta la gran duda sobre qué pasará con nosotros cuando Manuel también termine la experiencia de Masterchef, pero es algo sobre lo que todavía no quiero ni estoy preparada para pensar...

Finalmente, vemos amanecer y nos quedamos dormidos, hasta que llega el inevitable momento de levantarse, coger las maletas y dirigirse a la puerta donde un gran coche negro nos está esperando.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora