Capítulo 179

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CAPÍTULO 179

*narra Aina*

Lo que más me duele es que Marta haya admitido con todo el morro que ha sido ella la culpable de que mis preparativos desaparezcan. Salgo a la calle, necesito que me dé el aire.

Mendicuti: ¡No vayas tan rápido!

Oh, gracias universo por traerme a mi salvador.

Mendicuti: ¿Se puede saber a qué se refería Marta?

Aina: Solo era una excusa más para seguir humillándome. - me hago la tonta.

Mendicuti: ¿Y tú me has besado para humillar a Marta?

Aina: Joder, Marcos, ¿cómo puedes pensar eso de mí?

Mendicuti: Últimamente no sé qué pensar...

Lo vuelvo a besar, para que se tranquilice y para demostrarle lo mucho que me importa. Nos quedamos un rato sin decir nada, solo besándonos. Me gustaría poder besarlo en cualquier momento del día y sin ningún obstáculo. Pero no, las cosas en la vida de Aina nunca pueden ser sencillas.

Mendicuti: Me tengo que ir. He quedado con Mauro.

Me da un último beso y me siento como cuando te tiras a la piscina. Disfrutas de la caída pero necesitas sacar tu cabeza al exterior para poder respirar, si te quedas debajo del agua mueres ahogado. Cuando estoy con Marcos, es como el momento de la caída, pero siempre sufro la incertidumbre de no saber cuándo podré salir al exterior... ¿Acabaré ahogándome?

Vuelvo a la sala común, en busca de Ana, pero por el camino paso por delante de la sala de los ordenadores. Hay un bolso encima de una mesa. Ese bolso es de Marta. Y justo al lado, un CD con "Música Marcos" escrito en permanente. Venganza en marcha. Me acerco sigilosamente y respiro cuando me doy cuenta de que no hay nadie, Marta habrá ido un momento al baño. Pues no puedes ser tan descuidada, porque ya tengo el CD en mis manos cuando Marta entra por la puerta. Ella arquea las cejas.

Marta: ¿Puedes hacer el favor de apartar tus viejos dedos de mi reluciente y nuevo CD?

Aina: No te molestes en grabar tantas canciones, Marcos me prefiere a mí. - manoseo el CD con mala leche.

Marta: Marcos solo te prefiere cuando yo me porto mal contigo, no porque prefiera tu personalidad. Le das pena, cariño, a ver si te das cuenta.

Aina: Estoy harta, Marta. ¿Qué nos ha pasado?

Marta: No me apetece ponerme sentimental contigo. Ahora vete a pensar cómo sustituyes esos horribles preparativos, aunque sabes perfectamente que te he hecho un favor deshaciéndome de ellos.

Aina: Dejémoslo ya. Te propongo un alto al fuego.

Marta: ¿Un alto al fuego? ¿A estas alturas? Deja de temerme. Bueno, no, témeme más. Lo de los preparativos ha sido solo el aperitivo. Ah, y si te apetece puedes romper el CD, si eso te hace sentir mejor. Tengo una copia.

Dicho esto, coge su bolso, me mira con superioridad y se aleja, contoneándose.

La odio. Está claro que no valora en absoluto la amistad que llegamos a tener. Le propongo una tregua y la rechaza. Aprieto con fuerza el disco entre mis manos. Lo tiro al suelo y empiezo a pisotearlo. Hasta que consigo romperlo por la mitad. Sí, me siento mejor. Pero eso no arregla nada...

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora