Capítulo 129

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CAPÍTULO 129

*narra Rocío*

Cuando Lucas besa a Marta me doy cuenta de una cosa. De que me gusta Lucas. Porque los celos que estoy sintiendo no son ni medio normales. Esto para mí es solo un problema, ahora mismo no quiero que me guste nadie, me niego. Mendicuti está a mi lado y noto cómo aprieta los puños.

Marta se quita la venda y nos mira a todos.

Claudia: Venga, ¿quién te ha besado?

Marta: Bueno, primero de todo he de decir que no ha sido el mejor beso que me han dado en mi vida. Voy a empezar a descartar personas. No ha sido ninguna chica porque hubiese notado su largo pelo. El beso no ha estado nada mal, así que Lluc no ha sido. - ZASCA. Qué mala es Marta. Y cómo se divierte siéndolo. - Marcos tampoco ha sido.

Claudia: ¿Por qué no?

Marta: Em... - se ruboriza y noto que Marcos se pone nervioso - porque él no huele así. Daniel tampoco ha sido porque hubiera notado las gafas.

Claudia: Se las ha podido quitar.

Marta: Qué quisquillosa estás hoy, parece que tengas la regla, aunque con lo zorra que eres dudo que tú tengas de eso. - esa puñaladita hace que calle - Y eso me queda con Marco y Lucas. Y creo que ha sido Lucas porque Marco es muy nervioso y hubiera sabido que era él.

Una sonrisa triunfal le aparece cuando le decimos que ha acertado. Sé que Marta no tiene la culpa de nada, pero me entran ganas de hacerle sangre a esos labios que Lucas ha besado. Así que me ofrezco para ser la siguiente.

Rocío: Atrevimiento.

Teresa: Escoge a alguien y pasaréis diez minutos encerrados en un armario.

No me pienso la respuesta.

Rocío: A Mendi. - he actuado mediante el impulso de fastidiar a Lucas. Quizás esté actuando en vano, ya que seguramente a Lucas no le debo importar un comino, pero si le importo un poco seguro que le da mucha rabia que me encierre en un armario con su hermano.

Rocío: Lo que pase en el armario se queda en el armario. - le digo a Mendicuti, lo suficientemente fuerte para que nos oiga Lucas.

Y pasamos diez minutos a oscuras sin decirnos nada, ya ves lo mucho que nos divierte esta situación. Aunque Mendicuti no es tonto y debe de saber por qué lo he hecho.

Al salir del armario, Marta ya no luce la sonrisa triunfal de antes.

Y para finalizar el juego, el último es Daniel.

Daniel: Verdad.

Mendicuti: ¿Quién es esa chica misteriosa que tanto te gusta? - Daniel se pone más rojo que un tomate.

Daniel: Pues... es Eva...

Todos nos quedamos flipando, pobre Daniel, los amores platónicos son muy duros.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora