Capítulo 141

104 8 0
                                    

CAPÍTULO 141

*narra Martina*

El siguiente es Mauro.

Mauro: Atrevimiento.

Rocío: Recítale una bonita poesía a Martina.

Le agradezco tanto a Rocío que no me guarde rencor por lo de Mauro... Al contrario, que me apoye en eso.

Mauro: Qué difícil. Dejadme papel y boli, que la preparo y dentro de un rato os la recito.

Mendicuti: Lástima que la poesía no sea para mí, aunque me derretiré igual al escuchar versos con tu melódica voz... - pone cara de enamorado.

Mauro: Qué tonto eres. - y le lanza un beso.

Martina: Entonces me toca ahora a mí. Escojo Beso. - Mauro se sorprende, hago ver que no he visto su reacción y giro la botella deseando que me toque Manuel. Necesito volver a besarlo para asegurarme de que no siento nada por él. Un pequeño sentimiento de victoria se agita en mi interior cuando la botella va a parar a Manuel.

Martina: Jope, ¿otra vez? - me hago la sorprendida.

Manuel: Parece que la botella nos quiere juntar JAJAJA. - antes de acercarse a mí, Manuel le aprieta la mano a Ana, para que se tranquilice. Y cuando ya estamos lo suficientemente cerca, lo beso, pero con mucha más fuerza que la otra vez. Siento lo que sentí la primera vez que Mauro y yo nos besamos. Estoy jodida. Me gusta mi mejor amigo. ¿Lo peor? Que creo que me gusta más mi mejor amigo que mi novio...

Manuel se separa rápidamente y vuelve con Ana. Yo le dirijo una mirada nerviosa a Mauro, pero él ha decidido no mirar, está demasiado ocupado escribiendo un poema, para mí...

Rocío: Me toca. Quiero Verdad.

Claudia: ¿Has superado lo de Mauro y Martina?

Rocío: Obviamente sí, ¿acaso no se nota?

Claudia se ha vuelto una chica insufrible, con lo bien que me caía antes...

Teresa: Verdad.

Rocío: ¿A quién has echado más de menos estas dos semanas?

Teresa: Pues... A nadie. Soy una chica independiente.

Rocío: No puedes mentir eh, quiero la verdad.

Teresa: Esa es mi verdad. - nadie discute con Teresa, sí que es cierto que es una persona que se aísla bastante del resto, pero todos sabemos que no está diciendo la verdad. Guillermo no para de mirarla, ahora le toca a él.

Guillermo: Beso. - él gira la botella y le toca Teresa. A Guille se le ilumina la cara.

Teresa: No quiero besarme contigo. - reacciona levantándose del suelo y se larga antes de que nadie pueda frenarla.

Mauro: ¡Oye, no puedes hacer eso, hay que apechugar! - pero es inútil, ya no lo oye, se ha ido.

La expresión de Guillermo se vuelve triste.

Guillermo: Lo siento, chicos, ya no me apetece jugar. - y se marcha, ante la mirada de todos.

Mauro: Bueno... - carraspea - ya tengo mi poesía.

Se coloca en frente de mí y empieza a recitar.

Mauro: Cuento cada día, cada hora,

cada minuto, cada segundo,

hasta saber lo que queda para ver

a quién es mi mundo.

Porque gracias a ti nunca me

derrumbo, y sigo planeando mi

costoso rumbo.

No sé si algún día te podré ver,

pero ese es mi sueño,

el que algún día quiero cumplir,

abrazarte y llorar, y recordar todo

aquello que viví.

Hasta que llegue ese glorioso

momento, yo seguiré aquí, seguiré

sintiendo aquello que me haces sentir.

Mis ojos se anegan de lágrimas y corro a abrazar a mi novio. Mientras le abrazo me arrepiento de haber escogido la opción del maldito Beso...

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora