Capítulo 147

102 6 0
                                    

CAPÍTULO 147

*narra Mendicuti*

Aina: Solo quería comentarte que - me dice, ignorando a Marta - ahora mi ropa además de vieja, también está mojada. - y me tiende un papel adornado de palabras con la letra de Marta, mientras da media vuelta y se aleja, de forma triunfal. Marta me quita el papel antes de que pueda leer nada.

Mendicuti: ¿Qué es esa nota?

Marta: Solo son trucos de Aina, no tiene importancia.

Mendicuti: Pues si no tiene importancia, déjame leerla. - me acerco a ella, intentando cogerla, pero se zafa de mí. - Marta, ¡déjame leerla! ¿Estás ocultando algo?

Marta: ¿Cómo puedes pensar eso de mí, Marcos? - decido cambiar la táctica.

Mendicuti: Está bien, confío en ti. - me aproximo a sus labios, haciéndola creer que voy a besarla y ella se debilita, aprovecho la ocasión para arrancarle el papel de sus manos.

Cuando puedo ver lo que hay escrito, me quedo helado. Y entiendo el comentario de Aina.

Mendicuti: ¿Has tirado la ropa de Aina a la piscina? - digo, totalmente decepcionado. La expresión de Marta ya no es dulce, ahora es superficial, vuelve a ser Blair.

Marta: Solo le he hecho un favor, le irá mejor con ropa nueva.

Mendicuti: ¡Te has columpiado, Marta!

Marta: ¡Ella sí que se ha columpiado con nosotros! Pero no, a ti parece que no te importe que jueguen contigo.

Mendicuti: Pues claro que me importa y más si eres tú la que no para de jugar con mis sentimientos. Me prometiste que no se la devolverías, me prometiste que cambiarías, por nosotros.

Marta: Lo siento, Marcos. Los dos sabíamos que tenía que devolvérsela. Pero tras nuestra última conversación he decidido que voy a cambiar de verdad, que lo intentaré, porque te quiero, Marcos, no sabes cuánto te quiero.

Mendicuti: ¿Sabes qué pasa? Que he confiado en ti y me has fallado, permíteme que dude en todo lo que me digas a partir de ahora.

Marta: No puedes estar hablando en serio. Eres la única persona que entiende mi forma de ser.

Mendicuti: Quizás ya no tanto, quizás me haya convertido en una más de tus víctimas. No quiero tener nada que ver con una perra loca.

Marta intenta hacerse la valiente, no llorar delante de mí, seguir con esa horrible coraza. Pero yo permito que me vea soltar algunas lágrimas, porque para mí los valientes son los que lloran con la cara descubierta, ya lo dice Dani Martín. Rompo su nota por la mitad, la tiro al suelo del invernadero y salgo por la puerta, con los ojos nublados, decepcionado, traicionado, triste y muy desorientado. Mi corazón me está jugando malas pasadas.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora