Triste Historia

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El sonido de la alarma me despertó con molestia y enojo, aún así no quería abrir mis ojos ¿por que la puse? La costumbre tal vez, sin ver busque el maldito aparato en la mesa a mi lado, no lograba apagarlo, lo tome y lo arroje a la pared con fuerza, luego me di la vuelta y abrace más al pequeño cuerpo a mi lado, no la despertó la alarma, que bien, aún es temprano para que se levante.

- ¿Que paso?- escuche la voz de mi padre.

- Lárgate, quiero dormir- le dijo aún con los ojos cerrados, lo escuche moverse en mi habitación- ¿no oíste?

- ¡Lo rompiste!- exclamó mi padre.

- Si que tristeza, un objeto roto- seguía caminando por ahí, aún con los ojos cerrados sentí la luz golpear mi rostro- cierra las malditas cortinas, quiero dormir.

- Va a ser la una de la tarde- eso me hizo abrir los ojos.

- ¿Entonces por que tenía la alarma?- pregunte confundido.

- Porque la puse ayer, te quedaste dormido con la luz encendida y tuve que apagarla, algo me decía que dormirías hasta tarde- me dijo, mire lo que arroje a la pared.

- Maldición era un regalo de mi madre- recordé al verlo hecho trozos en el suelo.

- Era, ahora es basura- dijo mi padre, miro a Sheila- ¿hablaron?

- Si, ella cree que quiero dejarla después de lo que dijo- respondí- fue demasiado para solo un día.

- Me imagino que si- suspiro- ¿como te sientes por lo que dijo?

- Bastante molesto, pero no con ella, llegó a mi vida de repente, tarde mucho en conquistarla para que tan fácil me la puedan quitar- mire a Sheila- ¿será coincidencia? Yo tengo problemas mentales y ella problemas de salud, yo puedo matar a alguien por está enfermedad y ella puede morir por esa enfermedad.

- No diría coincidencia- dijo mi padre- debe de ser el destino, ambos son tan diferentes en tantos aspectos como actitud y apariencia, pero están llenos de problemas y pasados trágicos, a pesar de lo demás son el uno para el otro.

- Entonces el destino nos quiere juntos, definitivamente no quiere a Sheila porque la puso en mi camino, no dejo a nada ir, no sin destruirlo o romperlo- dije y mire mis manos, las vendas se habían despegado bastante, comencé a desenrollarías de mis manos- no quiero lastimarla.

- Entonces no la dejes ir- mi padre me sonrió.

- Pensé que querías que la dejara ir- lo mire ahora con confusión.

- Eso fue antes, hace poco comencé a notar tu cambio de actitud, dejaste de pensar en tantas cosas malas y solo pensar en Sheila- me dijo- y ayer que vi tu reacción por lo que dijo pude ver el dolor y tristeza en tus expresiones, la sinceridad de tus palabras, como te negabas rotundamente a pensar que puedes perderla, también cuando te dijo que quiso irse tú no la dejaste, justo en ese momento supe que no podrías dejarla ir ni aunque quisieras.

- Tal vez tengas razón- por fin quite las vendas de mis manos, tenía demasiada sangre seca, mis manos había tomado un color morado alrededor de las cortadas donde se había formado una costra, ambas manos están igual, las mire por un largo rato.

- Desagradable, asqueroso, grotesco, repugnante, repulsivo- decía mi padre mientras miraba mis manos- ¿quieres que continúe?

- Por favor hazlo quiero ver tanto puedes decir- le pedí con una sonrisa.

- Eres un asco cuando te cortas, eso se ve muy mal- me dijo- será mejor que uses guantes por un tiempo.

- No puedo usar guantes, me gusta tocar cosas, no se sentirá igual además también quiero sentir a Sheila- me levante de la cama y fui al baño, tome más vendas y regrese con mi padre- me cubriré con las vendas hasta que se vea más decente.

Nueva Víctima #0.5 [Editando]Where stories live. Discover now