—Sabes que no tienes que mentirme, ¿cierto? No voy a juzgarte por nada. —Harry asiente.

—Es esmalte transparente. Me gusta pintar mis uñas para que brillen aunque sea un poco. —Comenta con timidez.

—Está bien, se ven lindas. —Harry sonríe, sintiéndose contento mientras observa sus manos sobre las manos del mayor, quien las acaricia con dulzura—. Vamos.

Harry suspira profundo, llenándose de valor antes de salir de la habitación, sin soltar la mano de Louis que le brinda seguridad y confianza. Louis puede notar cómo el agarre en su mano se vuelve más apretado a medida que se acercan a las escaleras. Puede sentir y respirar el miedo de Harry.

—Harry, todo va a estar bien, vas a sentarte a mi lado. —Susurra. El menor no quiere soltar su mano, pero sabe que debe hacerlo. Al soltarla siente un gran vacío, como si su seguridad se esfumara y su escudo se cayera, aunque Louis sigue estando a su lado.

Johannah sonríe ampliamente cuando los ve entrar al comedor. Brianna observa a Harry con desprecio y asco, mientras que Tammi conserva una sonrisa hipócrita. El señor Tomlinson ignora la escena por completo, sin darle mucha importancia a los dos chicos que toman asiento frente a él.

—¡Jimena, ya estamos todos! —Grita Johannah con entusiasmo. Está feliz, irradia felicidad. Sabe exactamente todo lo que va a ocurrir, y simplemente no puede esperar.

Jimena entra en el comedor con la bandeja, y reparte los platillos con rapidez y alegría. Ella también lo sabe, ambas habían conversado sobre esto durante todo el fin de semana.

—¿Por qué está cenando con nosotros el mucamo? —Pregunta Brianna con arrogancia, bebiendo de su copa de champán. Harry deja de respirar por un momento, sintiéndose completamente ajeno a esta reunión. No debería estar aquí.

Louis le envía una mirada fulminante a Brianna, antes de golpear la mesa con su puño cerrado. Todos lo observan con atención, excepto Harry, quien no deja de mirar su plato con vergüenza.

—Brianna, ni siquiera lo pienses. —Advierte Louis, frunciendo los labios. Brianna pone los ojos en blanco antes de responder.

—Simplemente hice una pregunta, amor. No debes molestarte. —Louis frunce el ceño aún más.

—No vas a hablar de esa manera sobre Harry. —Su voz es firme al decir eso, y Brianna se divierte al verlo tan enojado.

—¿Por qué no? —Lo reta. Todos en la mesa escuchan atentamente la discusión, sin atreverse a decir ni una palabra.

—Simplemente no hables basura sobre él. —Habla mucho más firme que antes, retándola con la mirada.

—Sólo digo, ninguna de sus mucamas anteriores compartieron la mesa con nosotros. —Brianna observa a Harry, amenazante, pero el chico no puede levantar la mirada. Se siente cohibido, se siente inferior frente a todas éstas personas de alta sociedad. Se siente igual que Leonardo Di Caprio en el Titanic cenando con personas refinadas siendo un muerto de hambre.

Esta situación apesta. Definitivamente hubiera sido más gratificante quedarse encerrado en su habitación durante la cena. Cualquier cosa hubiera sido más gratificante que esto, honestamente. No dice palabra alguna por miedo a ser juzgado, y por temor a molestar a los señores Tomlinson. Ésta no es su cena, no debe opinar sobre nada.

Johannah nota la incomodidad de Harry, con su cabeza gacha y encorvado completamente como si quisiera desaparecer del comedor. Hace una mueca hacia el chico, antes de responder a Brianna.

—Brianna, me siento honrada al decir que Harry es más que un mucamo para nosotros. Él es parte de la familia también, por lo tanto, puede sentarse en la mesa cuando quiera. —Dice con orgullo. Harry levanta la mirada hacia Johannah, y sonríe con timidez, agradecido. Brianna se retuerce en el asiento.

Houseboy 🍭 Larry AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora