Capítulo 25.

278K 25.3K 106K
                                    

Maratón 1/2


Louis abre los ojos con pesadez cuando escucha que alguien abre la puerta de su habitación. Frunce el ceño antes de mirar en su dirección. Se sorprende cuando ve que se trata de Harry, inmediatamente se ruboriza porque Harry está aquí, en su habitación, y él no tiene camisa porque siempre duerme sin camisa.

—Buenos días, Louis, te traje desayuno. —Dice el menor, mostrando una pequeña sonrisa tímida mientras avanza con pasos cortos cargando la bandeja de comida en sus manos.

—¿Harry? ¿Qué? Es domingo, ve a descansar, deberías estar durmiendo. —Se frota los ojos, incorporándose en la cama, dejando al descubierto su pecho desnudo. Harry se muerde el labio y enseguida aparta su mirada.

—Quería disculparme. —Louis lo mira confundido.

—¿Disculparte? Harry, soy yo quien debe disculparse. —Harry sacude la cabeza antes de colocar la bandeja en la mesa de noche a un lado de la cama.

—No, yo no debí actuar como lo hice. Me alteré por algo muy tonto. —Se encoge de hombros. Louis ladea un poco la cabeza, deleitándose con el inocente y hermoso rostro de Harry, con sus mejillas rojas a más no poder, y esa mirada avergonzada y tierna.

—No, yo no debí haber dicho tal cosa. No sabía que te sentías de esa forma con respecto a los hombres, no todos somos iguales, tal vez tuviste una mala experiencia con tu primer novio, pero eso no significa que tenga que repetirse con tus futuros novios, no todos van a estar contigo sólo por sexo, se estarían perdiendo todo lo bueno de ti, porque tienes un gran corazón y eres una hermosa persona por dentro y por fuera. Ni todo el sexo del mundo podría compararse con tu personalidad animada y contagiosa. Si algún chico te busca simplemente para satisfacerse, no saben todo lo bueno que se pierden, y honestamente no se lo merecen, no se merecen nada de ti. Y a tu primer novio quisiera romperle la cara por ser tan imbécil y no saberte valorar. Maldición, más que eso, quisiera atropellarlo con un camión gigante y asegurarme de que no quede vivo... —Louis deja de hablar cuando escucha la risa fuerte de Harry. Y su corazón se hincha con adoración al verlo reír.

Está sorprendido de sus propias palabras, porque siempre ha sido un idiota con las chicas, suele verlas como un objeto sexual, nunca se ha interesado realmente en ellas, y ahora lo reconoce, no está bien jugar de esa manera con los sentimientos de las personas, y siente mucha impotencia de pensar que alguien pueda usar a Harry sabiendo lo vulnerable que es y lo fácil que puede ser ilusionarlo. No quiere imaginar a Harry con el corazón roto, porque entonces habrían dos corazones rotos.

—Gracias, Louis. —Dice con timidez después de terminar de reír, sin hacer contacto visual con Louis porque sabe que no será capaz de ignorar su pecho desnudo. Harry no es muy discreto y él lo sabe.

—De nada, Harry. ¿Ya desayunaste? —Pregunta tomando la bandeja de la mesa. Harry lo mira de reojo, preguntándose si sólo tendrá el pecho desnudo, o todo el cuerpo, aunque no se enfadaría si pudiera verlo completamente desnudo. Se aclara la garganta antes de hablar.

—Sí, me preparé una taza de cereal. —Juega con sus manos, un poco avergonzado, esperando que Louis no lo haya atrapado mirando su pecho.

—¿Podrías acompañarme a comer? —Harry levanta la mirada, perplejo cuando escucha la petición de Louis.

—¿Quieres que me quede? —Pregunta inseguro de lo que acaba de escuchar. Louis sonríe ampliamente antes de asentir con la cabeza.

No hay que ser un genio para saber que Harry quiere quedare, de lo contrario ya se habría ido si quisiera irse, pero después de dejar la bandeja sobre la mesa y quedarse allí de pie sin hacer nada, Louis supo que quería quedarse, y él no tiene ningún problema con tenerlo todo el día en su habitación si eso quiere.

Houseboy 🍭 Larry AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora