Capítulo 1.

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Gotas de sudor cubren su delicado rostro mientras intenta con todas sus fuerzas caminar con la frente en alto. Sólo dos horas más, y entonces podrá deshacerse de la molesta cabeza gigante de pollo que le obligan a usar en el restaurant diariamente para atraer a los comensales y dar una buena imagen del lugar. Está sofocado, sólo puede respirar por un pequeño agujero en el traje, y por ese mismo agujero debe observar su entorno para no tropezar al caminar. ¿Cómo había aceptado ese trabajo de tan mala calidad? Es humillante, aunque nadie puede ver su rostro, pero igualmente se siente denigrado usando aquel disfraz de pollo.

Odia su trabajo, desde luego que sí, pero no puede darse el lujo de renunciar, es consciente de lo mucho que necesita el sueldo que allí se le paga para poder subsistir dignamente.

—Pidan sus hamburguesas, las mejores del mundo. Vengan a comer en Crispy Burger, donde todo es Burger... —Se muerde el labio cuando olvida su línea—. Quiero decir Bigger. ¡Donde todo es Bigger! —Eleva los brazos, dejando caer algunas plumas al suelo.

Ve que su jefe se mueve en su dirección, así que comienza a bailar alrededor del restaurant, haciendo sonidos de pollo, tratando de evitar a su jefe y distraerlo con su gran actuación y desempeño. Pero no lo logra.

—Harry, ¿qué estás haciendo? —Se sobresalta al escuchar esa gruesa voz. Gira sobre sus pies tímidamente para confrontarlo—. Sólo tienes que decir una sola línea, y la olvidas.

—Lo siento señor, estoy distraído el día de hoy. —Responde, bajando la cabeza con vergüenza.

—Pude notarlo. Deja de distraerte y entra en el personaje, ¡ya no eres Harry, eres Crispy! —Harry asiente. Esto es ridículo, a veces su jefe se toma muy en serio la actuación del pollo.

Vamos, sólo es un pollo, relájate. Piensa para sí mismo. No puede ser tan difícil interpretar a un pollo.

—¿Antes puedo tomar agua, señor? —Su jefe deja salir un bufido, exasperado por los continuos permisos de Harry.

—Está bien, pero hazlo rápido, los niños quieren ver a Crispy en acción. —Y allí está de nuevo su obsesión con el pollo. Parece que es lo único que le importa de aquel restaurant.

Harry se mueve con avidez a través del lugar repleto de personas, hasta llegar al depósito donde los trabajadores toman su descanso. Se deshace de la enorme cabeza de pollo antes de entrar en el pequeño baño y abrir el grifo. Cubre su rostro con abundante agua fría, respirando dificultosamente a través de ella.

Se siente al borde, ya no puede soportar el trabajo un día más. Sí, tal vez su amiga Jennifer tiene razón, Harry no conserva un trabajo por más de dos semanas, no soporta ninguno de ellos. En su anterior empleo de bibliotecario, se aburría constantemente y por ello lo abandonó antes de cumplir las dos semanas. No es un holgazán, simplemente ningún empleo lo hace feliz como para querer permanecer por más de dos semanas. Necesita un incentivo, y por más que lo busca, no encuentra ninguno.

Tan sólo es un adolescente de diecisiete años, y su currículum ya cuenta con más de cuatro páginas, repletas de empleos obtenidos. Nada mal para alguien tan joven como él, tiene mucha experiencia que puede favorecerle en un futuro próximo. Quiere probar cosas nuevas constantemente, es un chico muy extrovertido y curioso, no le teme a nada, ni a nadie. Pero sobretodo, es un chico muy independiente, a su corta edad ya se ha separado de su madre, ya que se sentía incomprendido por su progenitora, así que decidió mudarse a un apartamento junto con su mejor amiga.

Jennifer no recibió muy bien la noticia, de hecho quiere matarle con sus propias manos por tomar semejante decisión. Es que definitivamente Harry es bruto, o tal vez simplemente ama retar las leyes del universo.

Houseboy 🍭 Larry AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora