—¿Lo ves? Ni siquiera te esfuerzas. Hemos estado repitiendo la misma rutina desde que comenzamos nuestra relación hace dos años. Yo te acompaño a tus prácticas, tú me llevas a McDonald's con tus amigos, porque de hecho nunca salimos solos, luego tenemos relaciones, y tú me envías a casa en un taxi.

—Suena como la relación perfecta para mí. —Brianna deja salir un gruñido exasperado.

—Para mí no lo es, Louis. También quiero presumir a mi novio frente a mis amigas, ya están comenzando a creer que eres producto de mi imaginación. Escúchame con atención, tendremos una competencia nacional dentro de un mes, quiero que vayas, o de lo contrario terminaremos nuestra patética relación para siempre. ¿Qué te parece eso?

—Brianna, no... —Lo interrumpe, levantando una mano frente a él, con molestia.

—¡Eso fue todo, no quiero escuchar otra jodida excusa, llevo escuchando tus asquerosas excusas por más de dos años! Tú decides si quieres recuperarme o no. Merezco algo mucho mejor. —Brianna le da la espalda y camina hacia las escaleras sin despedirse.

Louis maldice en voz baja antes de gritar— ¡ALLÍ ESTARÉ!

Él no puede perder a su novia, todo lo que hacen sus amigos es presumir a sus perfectas novias todo el tiempo. Zayn es novio de una despampanante modelo, y la novia de Liam es una preciosa actriz, claro aún no ha actuado en ninguna filmografía, pero igualmente Liam presume de ella como si se tratara de Angelina Jolie. Pero son chicos, y eso es lo que hacen los chicos a su edad, presumir a sus novias, presumir sus autos, presumir quién tiene más dinero, presumir quién juega mejor al fútbol... Por más que Louis se aburra con el ballet, tendrá que asistir a esa competencia para demostrarle a Brianna lo mucho que le importa su relación... Y también sería buena idea invitar a Liam y a Zayn para que admiren a la hermosa bailarina profesional que es su novia. Sí, eso es exactamente lo que hará.

                              ×××

Harry sonríe como un adolescente enamorado, y eso es exactamente lo que es. Michael le ha demostrado en una semana que de verdad le importa. Le hace cumplidos cada cinco minutos, le compra algo diferente todos los días, y no es que a Harry le importe mucho las cosas materiales, pero Michael igualmente lo hace. Globos, chocolates, flores, osos de peluche, pulseras, Harry tiene una colección de todo lo que ha recibido del chico, y aún no son novios.

—Ten un buen día, lindo. —Dice con su característica sonrisa. Harry se acerca a su mejilla para plantar un beso allí, pero Michael gira la cabeza en un segundo y sus labios se chocan. Las mejillas del rizado se encienden a medida que retrocede, y suelta una risita nerviosa.

—Oops. —Michael se ríe igualmente, y de verdad piensa que Harry es muy adorable.

—Te veo mañana. —Se despide, soltando su mano después de acariciarla.

Están frente a la mansión donde Harry trabaja, y son menos de la 1:00 pm. Harry no se quiere despedir todavía, pero tampoco lo puede invitar a pasar porque no es su casa por más que quisiera vivir allí.

—Sí, también te deseo un buen día. —Termina diciendo.

No es como si Michael no tuviera nada qué hacer, él trabaja en una zapatería como cajero en un centro comercial, y prácticamente tiene el mismo horario que Harry, sólo que entra a las 2:00 pm y sale a las 8:00 pm, sí, honestamente su horario es más justo que el de Harry.

Al entrar a la mansión lo primero que encuentra es el televisor de la sala encendido en el canal de deportes, pone los ojos en blanco antes de apagarlo ya que no hay nadie viéndolo. Toda la semana anterior logró evitar a Louis, desde aquella vez que lo abrazó accidentalmente y curiosamente fue correspondido por el ojiazul. Desde esa vez no ha podido mirarlo a la cara sin sentir vergüenza. Aún no puede sacar esa imagen de su cabeza, el cuerpo de Louis, su aroma, y el perfume de la perra. Ugh. Por suerte Louis no volvió a quitarse la ropa frente a él.

Houseboy 🍭 Larry AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora