¡Harry Potter y Katekyo Hitman Reborn! 4 {finalizado}

Capítulo 3: Manejo de la ira

"¡Harry-kun! ¿Puedes pasarme esa toalla?"  Arisu-nee asomó la cabeza por la esquina de la cocina para señalar la toalla que colgaba del respaldo del sofá.  Harry, que estaba cosiendo su nombre en su nuevo delantal, se levantó y llevó dicha toalla a la cocina.

"Si no te importa que te pregunte, Arisu-nee, ¿qué estás haciendo?"  Harry parpadeó ante su compañero de casa.

"Limpieza," dijo Arisu.  "Estoy lavando los platos."

"¡Oh!"  Harry saltó.  "¿Necesitas ayuda? Podrías habérmelo dicho, yo habría…" Harry se detuvo cuando una mano se acercó y lo golpeó suavemente en la frente.

"Cálmate, ahora. Te dije que me preocuparía por las cosas de la casa, ¿no?"  Arisu le sonrió.  "Además, tienes que llegar a la escuela en unos minutos, ¿verdad?"

Harry arrugó la frente.  "Claro, si tu lo dices."

"Aww," Arisu le revolvió el pelo.  "¡Eres tan lindo!"

"¡Arisu-nee!"

Habían pasado unos dos días desde que Harry accedió a quedarse con Arisu.  Habían sacado sus pequeñas cosas del piso y las habían llevado a la segunda habitación de la casa de Arisu.  Después de asustarse levemente por la pequeña cantidad de pertenencias que tenía, ella declaró que el fin de semana lo llevaría a comprar casi todo lo que necesitaba.  Incluso después de su protesta, ella se quedó con la idea, diciendo que o él la dejaba hacerlo, o continuaría con la tortura de cosquillas que había comenzado cuando la palabra "no" comenzó a salir de su boca.

Masaomi le había dicho a Harry que podía empezar después de la escuela el martes, dado que estaba bien con Arisu.  Felizmente le había dado permiso.  Ambos habían estado muy felices por eso y Masaomi estaba contento de tener a un joven panadero tan talentoso en sus manos.

"Definitivamente captarás la atención de mis mejores clientes", había dicho, entregándole a Harry su delantal.  "Con las perversas habilidades para hornear y el encanto que tienes ahí".

Esa declaración había coloreado las mejillas de Harry de un rojo rosado y provocó que Arisu se riera mientras ella aceptaba.

Harry le había permitido a Arisu atar su cabello hacia atrás en la nuca con una cinta verde.  Aparentemente, el cabello de su rostro estaba empezando a incitarla, pero no quería que se lo cortara, así que estuvieron de acuerdo en la cola de caballo.  Era cierto que a Harry más bien le gustaba poder ver y Arisu comentó que lo hacía parecer más saludable de lo que parecía antes.  Arisu miró el reloj.

"¡Oh, Dios! Toma, toma esto."  Le entregó al adolescente de ojos verdes una caja bento envuelta en una tela.

Harry lo miró con curiosidad.  "¿Qué es esto?"

"¡Tu almuerzo! No pensaste que te dejaría ir sin comida, ¿verdad? En serio, ¿esos 'guardianes' tuyos te dieron el almuerzo para llevar a la escuela?"

"Urm."  Harry se frotó los brazos.  "S-sí. No fue mucho, p-pero-"

"Sin 'peros', Harry-kun. Tómalo y vete o llegarás tarde."  Ella alegremente lo echó por la puerta y volvió a limpiar.

Harry se contuvo antes de bajar las escaleras a trompicones.  Con cuidado bajó y miró hacia el cielo.  Hacía un poco de sol a principios de febrero, pero no le importó.  El sol hizo que se sintiera bien después de estar encerrado en una habitación oscura durante la mayor parte de su vida.  Suspiró y extendió los brazos, absorbiendo el calor.  Tan agradable.  Comenzó a caminar tomando el aire de la mañana y la vista de la gente que se iba al trabajo y a la escuela.  Decidió que le gustaba la vista.  Fue amistoso;  la gente lo saludaba con la mano y lo saludaba con el estándar "Ohayo".  Estaba contento en este nuevo lugar.  Sus miedos anteriores estaban disminuyendo y dejó escapar una pequeña sonrisa.  Hoy, no llegaría tarde a la escuela y le daría a Hibari la oportunidad de morderlo y esperaba encontrarse con Tsuna, Takeshi y Gokudera, pero se sabía que el adolescente de pelo puntiagudo llegaba tarde con frecuencia y que  Takeshi y Gokudera (por alguna razón) rara vez se alejaban de su lado.  De cualquier manera, se encontrarían en la escuela y Harry esperaba que lo dejaran unirse a ellos para almorzar una vez más.