¡Harry Potter y Katekyo Hitman Reborn! 4 {finalizado}

Capítulo 1

Harry tiene cinco años cuando los Dursley ganan un viaje a Japón.

La noticia llegó ayer, y el tío Vernon todavía oscila entre enorgullecerse: "La buena suerte es una señal de un buen hombre, Dudley", y el disgusto ante la idea de visitar un país lleno de "bárbaros y atrasados ​​paganos con sus locos orientales.  idioma".

Dudley, a pesar de haber sido el que ganó el viaje, no se ve afectado por las bravuconadas de su padre y la idea de unas vacaciones, más allá de expresar su deseo de "comerse todos los dulces, mamá, y comprar todos los juguetes".

Harry no se sorprende, porque su primo aún no puede deletrear su nombre correctamente y tiene toda la inteligencia de una babosa muerta.

Sin embargo, es la reacción de la tía Petunia lo que más le interesa, ya que se derrumba en su asiento en la mesa de la cocina y apuñala los huevos revueltos en su plato con un tenedor después de colgar el teléfono.

"Malas noticias, Vernon," suspira, lanzando a Harry una mirada venenosa.  "La Sra. Figg no puede llevarla, va a visitar a su sobrino en Escocia. ¡Se irá por meses!"  Su voz se eleva al rango de la histeria con la última palabra, y el tío Vernon incluso deja de meterse tocino en la boca para prestar atención.

"Marge podría hacerlo", grita después de unos momentos de consideración, claramente complacido de poder mantener la paz en su hogar a partir de la sonrisa engreída que intenta esconder detrás de su taza de café.

Su intento falla miserablemente, y Harry casi se ahoga con su tostada seca desde donde está medio escondida detrás del mostrador cuando su tía prácticamente se lamenta de que Marge va a Sheffield para una exposición canina y que la familia Polkiss se va a Hawái, Vernon.  ¡en lugar de un país lleno de chinos con los ojos entornados!

Parece que Dudley heredó su cerebro de su madre.

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Al final, no hay nadie para acoger a Harry, y los Dursley se niegan a dejar su reinado libre en la casa.  Menos mal que el viaje es para cuatro, o podrían haber cambiado de opinión y encerrarla en el sótano si también hubieran tenido que pagar por ella.

Tal como están las cosas, Harry se encuentra en su primer viaje en avión.  Claro, ella está al otro lado del pasillo de todos los demás, ya que no quieren ser contaminados por su "monstruo", la tía Petunia y el tío Vernon no dejarán de mirarlo y Dudley está siendo un mocoso mimado como de costumbre, pero no lo es.  todo mal.  Ella se alimenta, y no tiene que trabajar ni que le griten, ¡incluso los Dursley no buscan tanto la atención! - y hay una película que se proyecta, por lo que cuenta esto como una victoria.

Todo termina demasiado pronto, y Harry se queda luchando por su mochila andrajosa y la maleta de Dudley mientras sus parientes, nunca familia, ella sabe mejor que eso, se dirigen hacia el taxi.  Se engancha la gastada correa marrón más arriba del hombro mientras sale a correr.

Ella sabe que lo único que les impide dejarla atrás es el hecho de que tiene la maleta de Dudley y trata de que este conocimiento no le duela demasiado.

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Tokio es hermoso, todo acero brillante y cortesía, como una espada de acero envuelta en seda.  Harry se pregunta, mientras mira a la recepcionista del hotel que hace una reverencia cortés, si la gente también es así, y decide que le gustará mucho Japón.

Los cuatro van a compartir dos habitaciones contiguas, y pronto se decide que los adultos tomarán una y los niños compartirán otra, aunque la palabra "compartir" se usa de manera vaga.  Las dos camas están juntas para Dudley, y aunque Harry tiene que dormir en el sofá, todavía está a un paso de su armario y protestar no le dará nada más que una bofetada e insultos, por lo que mantiene la boca cerrada y comienza a desempacarla.  la maleta de la prima.