77. Operación

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Volvimos dos días después a Bogotá. Juan Pablo no había mejorado lo más mínimo, después de aquel día, tuvo dos crisis más. Para mí aquello estaba siendo una pesadilla, no podía soportar verlo tan mal. El día que llegamos a Bogotá, sus padres y yo lo llevamos al médico. Por fin le dijeron qué día lo operarían, sería a la semana siguiente. Y yo, aunque tenía bastante miedo, también estaba contenta por él.
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El día antes de la operación, me quedé en casa de los Villamil. Sus padres me invitaron y yo acepté ya que sabía que Juan me necesitaba. Aunque a los ojos de los demás, Juan parecía estar tranquilo, yo sabía que los nervios le comían por dentro.
Era de noche y nos fuimos a su habitación. Antes ya nos habíamos cambiado de ropa. Su padre lo ayudó a tumbarse en la cama antes de que yo llegara. Me tumbé junto a él y lo observé, estaba tumbado boca arriba mirando al techo.
Giró su cara para mirarme también.

-¿Qué?- Preguntó.

-¿Estás bien?

- Mañana lo estaré- Dijo y volvió a fijar su mirada en el techo.

- Juan- Lo llamé y volvió a mirarme.- Es normal que tengas miedo.

-¿Sabes que hay posibilidades de que no pueda andar nunca más?- Preguntó sin dejar de mirarme.

- Lo sé- Respondí.

- Bien, pues si esto pasa, no quiero que te quedes toda la vida con un tullido- Dijo y volvió a mirar al techo.

- Juan, mírame- Le ordené.

Negó con la cabeza.

- Juan, que me mires- volví a decir.

- No- Dijo con la voz demasiado gruesa.

- Está bien, tú lo has querido- Dije y me puse a horcajadas encima suya y sujeté con mis manos su cara.- Me da igual que seas un paralítico, tetrapléjico, ciego, manco o mudo. Siempre voy a estar contigo. Llevamos una semana y ya me quieres echar de tu vida, ¿pues sabes qué? Qué no lo pienso permitir.

Las lágrimas empezaron a salir de sus ojos y no paraba de negar con la cabeza.

- Te-tengo miedo Lía- Dijo.

- Lo sé, pero todo va a salir bien y yo estaré ahí para celebrarlo contigo y si no es así, también estaré ahí. Ysi yo he podido superar toda mi historia, tú podrás con la tuya. Porque te amo y eso no va a cambiar nunca. Porque tú- Le señalé- tú eres mi casi metro noventa.

Le besé en los labios y luego me quité de encima para tumbarme a su lado y abrazarlo.

- Gracias, mi casi metro sententa- Susurró y besó mi cabeza.
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Llegó la hora, me arreglé y ayudé a Clemencia a preparar las cosas de Juan Pablo. A la pobre mujer se le veía decaída e histérica.

- Todo va a ir bien, Clemencia- Dije poniéndole la mano en el hombro y enseguida me abrazó con fuerza.

-Todavía no he muerto- Dijo Juan Pablo saliendo junto a su padre.

- Espero que no lo haga antes que yo, maldito idiota. Mira que procrear para que le den éstos sustos a una...- Dijo Clemencia secándose las lágrimas.

Yo sonreí con pena, y Juan Pablo hizo lo mismo.
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Llegamos al hospital e hicieron todo el procedimiento. Sólo quedaba esperar a que le pusieran anestesia y que se durmiera. Todos nuestros amigos estaban allí e incluso Laura Villamil había venido a ver a su hermano.

- Bien, en cinco minutos nos lo llevamos- Dijo el doctor- Vayanse despidiendo.

Todos asentimos.

Punto Y Aparte #1Where stories live. Discover now