57. Entre besos

849 56 12
                                    

*Narra Villa*

Miré el reloj, las diez de la mañana. Hoy no pensaba salir de la cama en todo el día. Pensé en todo lo que estaba pasando con Lía. Ésta chica me estaba volviendo. La miré y seguía dormida, me encantaba verla de aquella manera. Se le veía tan tranquila lejos de aquellos problemas y pesadillas vividas.

- Puta madre- Dijo Lía quejándose.

No pude evitar reírme, qué mal humor tenía aquella mujer.

- ¿Qué le pasa?- Pregunté mientras le quitaba el pelo de la cara riendo.
- Que te odio, vete un rato- Dijo sonriendo sin abrir los ojos.
- Eres rara- Dije.
- Más que un piojo verde- Contestó.
-¡¿Qué?!- Estallé en una carcajada.
- No te rías de mis expresiones, pedazo de idiota- Dijo y abrió los ojos.
- No me río, no me río. Buenos días preciosa- Dije sonriendo.
- Lo serán para ti. Hoy no me pienso mover de aquí así que tráeme el desayuno y un Ibuprofeno- Dijo y volvió a cerrar los ojos.
- Pero qué cómoda- Dije cruzando los brazos.
- Venga- Dijo.
- Me lo tiene que pedir bien- Le exigí.
- Por fis - Dijo.
-Mmmm no me sirve- Repliqué.
- Por favor, me duele la cabeza y quiero dormir pero también me muero de hambre- Dijo abriendo los ojos y me miró.
- No, tiene que decir algo así como: oiga usted es el hombre de mi vida, el amor de mi vida, el único.- La molesté.
- Eres el amor de mi vida, el hombre de mi vida y un estúpido también- Dijo sacándome el dedo corazón.
-Así sí que no- Protesté.
- Venga gordo en serio me va a estallar la cabeza, sólo quiero comer y dormir- Dijo haciendo pucheritos.
- Está bien- Dije y me levanté.
- Te quiero- Susurró.

Sonreí y me dirigí a la cocina. Martín e Isaza estaban allí hablando mientras desayunaban.

- Buenos días Villito-Dijo Martín.
- Buenos días chicos- respondí.
-¿Y Lía?- Preguntó Isaza.
- En la cama, dice que hoy no sale de ahí- Dije encogiendo los hombros.
-¿Está bien?-Preguntó Isaza.
- Le duele la cabeza, tuvimos una noche dura- Dije mientras preparaba tostadas.
-¿Quién tuvo una noche dura?¿Usted o ella?- Dijo Martín.
- Los dos- Respondí.

Saqué las tostadas y les unté mantequilla y mermelada, tal como a ella les gustaban. Eché zumo en un vaso y preparé un café para mí.

-¿Pero noche dura en plan cómo?- Preguntó Martín.

No le contesté.

- No fastidie que ya lo hicieron- Dijo Martín abriendo mucho los ojos.
- No, no lo hicimos- Respondí.
-¿Entonces?- Volvió a preguntar
- Me temo que lo dejó a mitad- Dijo de repente Isaza.

Abrí los ojos como platos. ¿Cómo lo sabía?

- No me mire así, sólo hay que ver la cara entre enfado, frustración y además...- Dijo Isaza señalando a mis bajos.
- ¡Pero no sea burro! ¿A usted nunca le pasa en la mañana?- Dijo Martín.
-¿Entonces qué? ¿Lo hicieron o no?- Volvió a preguntar Martín.
- ¿Qué hizo quién?- Preguntó Simón entrando en la cocina.
- Le he dicho que no- Dije.
-¿Pero que no qué?- Preguntó un frustrado Simón.
- Lía lo dejó a la mitad anoche- Respondió Isaza.
-Ah...- Dijo Simón.
- Me están agobiando y tengo que llevarle el desayuno- Protesté.
- Usted no se va hasta que no nos cuente qué pasó- Me dijo Martín.
- En resumen: Lía me contó unas cosas de su pasado y lloró mucho, bueno más bien lloramos- Empecé a decir.
- Así que al final se lo contó- Dijo Simón.
- ¿Usted sabía algo?-Pregunté extrañado.
- Ah no, no. Ella no me contó nada, simplemente la vi mal y le dije que se lo contara a usted- Respondió Simón.

Yo sonreí ante tal gesto de mi amigo.

- Bueno, siga-Dijo Isaza.
- Entonces nos quedamos dormidos y a mitad de la noche noté como se levantaba, iba al baño. Cuando volvió me contó más cosas y una cosa llevó a la otra nos besamos, se pudo encima mía y cuando le quité la camisa me dijo que parara. Fin.- Dije rápidamente.
- ¡Madre mía! Qué dolor de hu...- Empezó a decir Martín.
-Martín no hace falta que lo diga- Le cortó su hermano.
- ¿Entonces qué hizo?- Preguntó Isaza.
- Nada, ella se quedó dormida y entonces fui al baño...- Dije avergonzado.
- No me lo creo que le pasara eso- Dijo Martín.
- No está preparada aún. Yo la entiendo.- Dijo de repente Simón.
- Os juro que ya no sé qué hacer con ella. ¡Me tiene loco!- Dije con frustración.
-¿Usted la quiere?- Preguntó Simón.
- Pues claro que la quiero- Dije irritado.
- Pues entonces no hay nada más que decir- Dijo Simón.
- Claro que lo hay, yo no me puedo quedar toda la vida así. Estoy harto de tener que esconderme detrás de cuatro paredes para poder besarla y para colmo ni saciado me quedo- Respondí enfadado.
- Pues igual es que no debes de estar conmigo- Respondió una voz femenina a mis espaldas.

Punto Y Aparte #1Where stories live. Discover now