22.Sé que te duele

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*Narra Simón*

No podía creer que la historia se fuese a repetir otra vez. Hace tres años estaba enamorado de Valeria, ella era la chica más guapa de todo el instituto. Íbamos juntos a clase y además de que me gustase, era mi mejor amiga. Un día vi cómo Martín y Valeria se besaban en el patio. El corazón se me partió en mil pedazos. Obviamente no me podía enfadar con ninguno de los dos, había estado manteniendo el secreto durante tres años. Lo que sí que no le perdoné a Martín fue que por su culpa Valeria me dejase de hablar. Para él fue un beso más, pero para ella no. Valeria me dijo que pasar tiempo conmigo era muy doloroso porque le recordaba todo el tiempo a Martín. En el fondo la entendía, pero me dolía que su decisión fuese no tratar más conmigo, igual tan buena amiga no era. Martín y yo tuvimos una pelea bastante gorda, le dije que nunca me había respetado, incluso le confesé que había estado enamorado de ella tres años. Al oír aquello se echó a llorar. Estuve un mes sin hablar con él, pero nuestra madre se hartó y nos obligó a perdonarnos, la verdad era que Martín había intentado hablar conmigo un montón de veces, pero yo no lo dejaba. Al final le perdoné, pues era mi hermano y en realidad lo quería. Ahora la historia se estaba repitiendo, en realidad yo no siento nada por Lía, o eso creo. Pero no pienso permitir que por culpa de mi hermano y sus relaciones catastróficas la pierda. Me había dolido bastante que Lía me lo ocultase, además no entendía cómo está con Martín cuando sé que sigue enamorada de Juan Pablo. Ese otro tema, menudo imbécil, volver con Gabriela después de darle esperanzas a Lía. Creo que todo lo que está pasando nos va a costar muy caro tarde o temprano. Aunque ya estaba pasando. Me niego a ver a Martín o a Lía.

*Narra Lía*

Martín decidió que fuésemos a su casa a intentar hablar con Simón. Yo sabía que no era una buena idea, pero tampoco quería ponerme a discutir con él después de todo lo que había pasado.
Llegamos a su casa, Martín abrió la puerta. Entramos los dos en silencio. Su madre nos miró con desaprobación.
- No creo que sea el mejor momento- Dijo Juana.
- Mamá- Dijo Martín con tristeza.
- Hijo mío, lo has vuelto a hacer, nunca piensas en los sentimientos de tu hermano y eso no es justo- Dijo.

Yo estaba de pié callada y contemplando la escena con tristeza.

- Lía y usted se lo podría haber dicho- Me riñó- Usted siempre ha dicho que Simón es muy importante en su vida y que es su mejor amigo, no entiendo nada. No me malinterpretéis, estoy contenta de que estén juntos, pero ésta no es la mejor manera.

Yo asentí sin decir palabra.

- No deberían de quedarse aquí, deberían de pasar la noche en un hotel o algo así. Por primera vez quiero ser justa con Simón, Martín.- Dijo Juana.

Martín se abrazó a su madre y se echó a llorar cual niño pequeño hace cuando le ocurre algo. Se me saltaron las lágrimas, pero seguía inmóvil.

- Lo siento cariño. Ahora, sí de verdad se quieren, no se deben de dejar sólos el uno al otro.- Dijo Juana.- Obviamente puede volver cuando quiera, no les estoy echando ni mucho menos, simplemente creo que se necesitan el uno al otro en estos momentos, y no es justo que Simón les vea juntos.

Martín asintió. En aquel momento salió Simón de su habitación y nos vio allí. Nos miró con ira y se volvió a encerrar. Decidimos irnos los dos, nos montamos en el coche. Martín condujo hasta un pequeño hotel a las afueras de Bogotá.
- Martín- Dije bajito mientras conducía.
- No quiero hablar ahora, Lía- Dijo
- Vale...- Dije y estuvimos todo el trayecto callados.

Llegamos al hotel. Martín pidió una habitación y le dijeron que sólo les quedaba una,la habitación tenía una cama de matrimonio. Martín aceptó.
- Martín paguemos a medias- Le dije.
- Ahora no quiero discutir- Dijo y pagó.

Punto Y Aparte #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora