Punto Y Aparte #1

29.Todo acaba mal

Pegaron a la puerta.

-¡Adelante!- Dijo Andrea.
-¿Estáis listas?- Preguntó Isaza abriendo la puerta- Vamos a comer algo y luego si encarta nos vamos de fiesta. He llamado a Simón y viene con Nath.
- Buah qué pereza salir de fiesta- Dije.
- Venga Lía, no sea aguafiestas. - Dijo Andrea.
- Bueno igual convenzo a Martín y volvemos pronto.- Dije.
- Lía, si usted es el alma de la fiesta, ¿qué le ocurre?- Preguntó Isaza cerrando la puerta tras de sí.
- Nada, que no me apetece salir de fiesta- Dije encogiéndome de hombros.- Además os recuerdo que mañana tenéis concierto y que tenéis que trabajar duro y tenéis que cuidaros las gargantas.
- Y tenéis y tenéis- Dijo Isaza repitiéndome- Parece usted nuestra madre. No se preocupe, no es la primera vez que hacemos algo así.
- No soy vuestra madre, simplemente sé que como os pase algo la que se va a llevar la bronca soy yo, porque por sino lo recuerdas Malaver me dejó a cargo de vosotros hasta mañana- Dije.
-¿Qué nos va a pasar?- Dijo.
- Espero que nada Isa- Dije.
..................
Llegamos a un pub. Me pedí un ron cola y me senté en uno de los sillones de la zona VIP. Villa estaba sentado allí también pero decidimos ignorarnos mutuamente. Me quedé pensando un rato mirando mi copa. ¿Por qué Villa volvió con Gabriela y luego la dejó? Era algo que necesitaba que me explicara pero que en realidad no quería escuchar. Me daba pena toda la situación de Martín y Villa, pero es lo que yo, sin querer me había buscado.
- Lía- Dijo Martín llamando mi atención.
-¿Qué?- Pregunté sin levantar la mirada de la copa.
- ¿Por qué no se viene a bailar?- Preguntó.
- No me apetece mucho, ve y disfruta- Dije.

Se sentó a mi lado y puso su brazo al rededor de mi cintura.

- Me gustaría disfrutar, pero con mi novia. ¿Qué le pasa?- Dijo.
- No me pasa nada- Dije.
- Está muy rara, ¿he hecho algo que la haya molestado? Sí es así, por favor dímelo.- Dijo.
- No en serio- Dije levantando la mirada y le sonreí.
- ¿Me da un beso?- Preguntó.
- No- Dije sonriendo.
-¿Cómo que no?- Dijo Martín y empezó a hacerme cosquillas.
-¡Para, para!- Dije riendo.
- Dígame que me quiere- Dijo sin parar.
-¡No!- Dije riendo a carcajadas.
-¿Cómo?- Dijo.
- Vale, vale. ¡Te quiero, te quiero!- Dije gritando y riendo.
- Así me gusta- Dijo riendo.
- Eres idiota- Dije y al fin pude respirar bien.

Martín se puso de pie y me extendió su mano, la cogí. Fuimos a la pista de baile.

-Eh, mirad quién se dignó a venir con los plebeyos- Dijo Simón sonriendo.
- Bésame los pies- Le contesté.
- Jamás- Dijo Simón riendo.
-¿Oye dónde están Isa y Andrea?- Pregunté.

Nath señaló hacia un lado y miré. Vi cómo aquellos dos estaban bastante pegados y mirándose a los ojos. De repente Andrea me miró, le sonreí. Le hice unos gestos con las manos que me entendió perfectamente, porque acto seguido besó a Isaza. Él le correspondió. Martín me giró la cara hacia él obligándome a mirarle. Sonrió, le devolví la sonrisa.

- Voy a por otra copa, ¿vale?- Dije y me fui.

Martín asintió. Pedí la copa y me quedé sentada en la barra. Miré hacia la izquierda y vi a Juan Pablo allí sentado con la mirada perdida en su copa, me acerqué a él y le di un golpecito en el hombro. Levantó la vista y sonrió al verme.

-¿Puedo?- Pregunté.
- Tú siempre- Dijo.
- No es muy bonito eso de beber solo- Dije- Pareces un borracho.
- Usted también iba a beber sola- Dijo levantando una ceja.
- Sí, pero es que yo soy una borracha, de hecho estoy en rehabilitación- Dije bromeando.
- Ya tiene que tener muchos problemas-Dijo.
- No te creas que tengo pocos- Dije haciendo una mueca.
- Ya somos dos- Dijo.
- Vale, ahora sí que parecemos unos borrachos- Dije riendo.
- Sí- Dijo- Lía, quiero hablar con usted de algo.
- Dispara vaquero- Dije sonriendo.
- No me gusta que hablemos tan poco. Sé que le hice daño y que no merezco nada, pero me gustaría tener esa amistad que teníamos al principio- Dijo.
- Eh Juan. El pasado, pasado es ¿vale? A mí también me gustaría retomar nuestra amistad, te echo mucho de menos. Me encantaban esas conversaciones sin sentido que teníamos. - Dije sonriendo.
- Sí, nos la pasábamos muy bien- Dijo.
- Oye, ¿y por qué has tardado tanto en decirme esto?- Pregunté.
- Pues porque siento que cada vez que me acerco a usted, millones de cuchillos se clavan en mí- Dijo.
- Ya... Lo siento, hay que entenderlo a él también- Dije.
- Si lo entiendo, pero somos amigos y ya apenas hablamos- Dijo.
- Bueno, vamos a darle un poco de tiempo, ya se le pasará. - Dije.- Ven aquí y dame un abrazo, anda.

Villa se acercó y nos abrazamos.

- Venga, volvamos con los demás- Dije apartándome de él.

Llegamos a donde estaban los demás. Miré a Martín y estaba dando vueltas por todos lados. Se acercó a mí, me cogió la cara y me besó.

- Martín, ¿estás borracho?- Le pregunté.

Él se empezó a reír.
Lo saqué a que le diese un poco el aire. Caminó como pudo, yo iba sujetándole para que no se cayese.

- Lía me siento mal- Dijo.
-¿Qué te pasa?- Pregunté.
- Me duele el estómago- Dijo.

De repente empezó a vomitar. Me llenó la ropa y los zapatos. Le cogí el pelo para que siguiera vomitando.

- Genial Martín, genial. - Dije.

Cogí el móvil y llamé a Isaza, no obtuve respuesta, hice lo mismo con Simón, tampoco. Llamé a Villamil y después de cinco tonos me lo cogió.

- Salid fuera por favor, Martín no está bien- Dije y colgué.

A los dos minutos salió Villa corriendo junto con los demás. Martín no paraba de vomitar y me estaba empezando a preocupar. Villa al verme que ya no podía sujetar más a Martín, lo cogió.

- Nunca lo he visto así- Dijo Simón.
- Moncho por favor, no me digas eso- Dije ya nerviosa sin parar de moverme de un lado a otro.
- Tranquila Lía, sólo le habrá sentado un poco mal y ya- Dijo Andrea poniéndome una mano en el hombro.

Cerré los ojos, el cansancio y la preocupación no me dejaban pensar bien.

-¡Isa! ¡Isa!- Gritó Villa.

Cuando abrí los ojos vi a Isaza y Villa sujetando a Martín. Martín se había desmayado. Yo me quedé inmóvil. Todo a mi al rededor parecía ir a cámara lenta.

-¡Llamad a una ambulancia!- Gritó Isaza.

Vi cómo Simón cogía el móvil mientras estaba de rodillas al lado de su hermano.
No podía moverme, estaba en shock. Sentí como alguien me zarandeaba para que reaccionara. Miré a quien me zarandeaba y vi a Andrea con cara de pánico. Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas.

- ¡Martín! ¡Martín!- Grité con pánico dirigiéndome a donde estaba.

Villa se levantó de su lado y corrió hacia mí para que no me acercara. Vi cómo le daban espasmos. Grité y grité su nombre pero él seguía igual. Mi cuerpo temblaba entero. Villa me agarró la cara para que dejara de mirar a Martín.

- Lía, míreme.- Dijo.- Lía por favor.

Lo miré y lo abracé con fuerza.