6. TAL PARECE QUE YO EN UN SOLO BAILE TE ENTREGUÉ MI VIDA

1.3K 82 6
                                    

-¿Que nos vamos de fiesta?-Pregunté con asombro.
-¡Claro!-Dijo Martín.-¿No se querrá quedar todo el día ahí,no?
-Bueno la verdad es que eso es justamente lo que estaba pensando...-Dije.
Todos me miraron con desaprobación.
-Usted se arregla, a las siete tiene que estar lista- Dijo Villamil.
Puse los ojos en blanco.
-Está bien...-Dije.
-Así nos gusta, que cumple usted veintitrés años y parece que tiene cincuenta- Dijo Martín entre risas.
Le saqué la lengua cual niña pequeña hace cuando la hacen de rabiar.
-Mejor retírelo Marto, está claro que cumple tres- Dijo Villamil con tono burlón.
-Pero mira qué majos. Todavía me quedo en casa para no tener que aguantarlos.-Dije con una sonrisa falsa.
-Os la sabe devolver- Dijo Simón riendo.
-Se crió con cinco hermanos. Sabe defenderse muy bien.- Dijo Alejo sonriendo.
-Si yo os contara...-Dije con sonrisa malévola.
De repente sonó mi estómago,¿en qué momento me había vuelto el apetito? Era normal que tuviese hambre, pues llevaba dos días sin probar bocado. Villa al oírlo sonrió.
-Si quieres te invito a comer- Me susurró al oído.
Volvieron los colores a mis mejillas. Creo que últimamente nunca se iban, y menos con Villamil presente.
-¿Qué habláis?- Dijo Sofía señalándonos.
-Lía tiene hambre. -Dijo encogiendo los hombros.

Al final comimos todos juntos en casa, para variar. Pero ésta vez pedimos en un restaurante que tenía una comida buenísima. A eso de las cinco de la tarde se fueron a casa para arreglarse. Sofía y Alejo tenían que bajar al centro antes para hacer algo que no me querían decir, les temía. Me dejaron sola en casa.Sofía me dijo antes de irse que mi carruaje llegaría a las siete. No sabía qué ponerme. Decidí ponerme una blusa blanca con un escote pronunciado pero que a la vez no enseñaba demasiado, unos vaqueros oscuros y unas botas negras con tacón. Dejé mi melena ondulada suelta. Ya que me había terminado de vestir y me maquillé para la gran noche que me esperaba, decidí hacer skype con mi familia.
-Estás muy delgada, ¿acaso no comes, niña?-Me reprochó mi madre.
-Sí que como, lo que pasa que bueno ya sabes, mamá.-Dije.
-Vas a enfermar. ¿Y ya has encontrado trabajo?- Preguntó agobiándome como siempre.
-No, mamá. No he conseguido trabajo.-Dije harta de la conversación.
-Pues no sé qué haces tan lejos de tu familia sin trabajo y encima de okupa en una casa.-Me riñó.
-¿Mamá te crees que para mí es fácil estar aquí? Osea ya me siento bastante mal porque estoy viviendo con Sofi para que tú vengas a recriminarme nada. Ya vale, ¿no?- Dije conteniendo las lágrimas.
Llamaron al timbre.Ya eran las siete. Me levanté y cogí la tablet para seguir hablando con mi madre. Abrí la puerta y vi a Villamil.
-Pasa, estoy terminando de hablar con mi madre- Le enseñé la tablet y sin prestarle mucha atención seguí hablando. El asintió. Se sentó en el sofá. Yo justo en frente.
-Bueno mamá gracias por alegrarme el día- dije con ironía- Tengo que dejarte que han venido a buscarme, vamos a salir.
-No te enfades, sólo quiero que veas la realidad-Dijo.
-Claro, que tú piensas que yo estoy ciega, vivo en un mundo que es todo de color de rosa y que mi príncipe azul va a llegar a salvarme el culo.-Dije con más ironía aún.
Juan Pablo se revolvió en el sofá incómodo.
-Te dejo ya que está aquí Villamil y se está sintiendo hasta incómodo.- Solté
-¿Villamil es aquel que tanto dices que es guapísimo?- Dijo.
-Adiós mamá- colgué lo más rápido que pude.
Miré a Juan Pablo y ahí estaba con esa sonrisa estúpida y triunfante que ponía cuando escuchaba algo que le gustaba.
- No digas nada- Le dije señalándole.
-¿Tampoco puedo decir que se ve hermosa?-Dijo sonriendo.
-Gracias - Dije con rubor.
Maldito zalamero. Para colmo estaba guapísimo. LLevaba una camisa de un azul celeste claro, unos vaqueros y por supuesto sus botas de color mostaza. Un mechón de su cabello moreno se había salido se su sitio y eso lo hacía todavía más atractivo. Villamil vivía sólo a dos calles de la nuestra, por eso se encargó él de recogerme.
Nos montamos en el coche. Yo no tenía muchas ganas de hablar gracias a la conversación que había tenido con mi madre. Además Villamil me ponía bastante nerviosa y era la primera vez en dos meses que nos habíamos quedado a solas.
-¿Está bien? Le veo un poco preocupada y un poco triste- Dijo con suavidad.
-¿Acaso me has visto alegre alguna vez desde que me conociste?- Dije con dureza, pero me arrepentí- Lo siento soy una estúpida.
-No se disculpe. - Sonrió. Seguía conduciendo.
-Si que tengo que disculparme.Además de por esta grosería,quiero disculparme por no haber contestado a ninguno de los mensajes que me has estado dejando estos días, preocupándote cuando no tienes la obligación de hacerlo. Así que perdón y gracias.-Dije
-En serio, no. La entiendo perfectamente, no me vuelva a pedir perdón. Y si me preocupo es porque pienso que usted es una gran chica y no se merece sufrir de la manera en la que lo está haciendo- Sentenció.
Se me escapó un lágrima.Paramos en un semáforo. Él me la secó con suavidad y sonrió con dulzura.
...................
El lugar donde me habían llevado era genial.Era una especie de discoteca, pero de lujo. Habíamos empezado a beber y eso nunca podía ser bueno para mí. Tenía un problema con la bebida, y era que me emborrachaba más deprisa de lo que me gustaba. Esa noche no me iba a importar. Estuve bastante tiempo hablando con Simón, no me cansaba de escuchar todas las cosas tan interesantes e inteligentes que tenía que decir. Me lo estaba pasando genal.En realidad no había pensado en nada triste en el rato triste que llevábamos allí, y eso me encantaba.
...................
-Feliz cumpleaños- Dijo Sofía y me entregó un sobre bastante grande.
Sonreí y abrí el sobre para ver lo que contenía.
-¡OH DIOS MIO!- Grité- ¡NO PUEDE SER!
Abracé a mi amiga. Era el catálogo de una de las mejores máquinas de coser que hasta ahora había en el mercado. Sabía que me encantaba diseñar y que en España me hacía mi propia ropa.
-El lunes la llevan a casa- dijo sonriendo.- De parte de Alejo y mía, bueno y de nuestros padres que ya sabes cuánto te quieren.
-Gracias en serio-Dije poniendo una mano sobre mi pecho.
-Ahora es nuestro turno- Dijo Martín sonriendo.
Me entregaron una bolsa con un par de regalos. Abrí uno de ellos y era un cuaderno de pentagramas. En la primera página estaba escrita la canción que los chicos me habían cantado hacía unas horas.
-Sabemos que compones, nos lo chivó Alejo- Dijo Isaza enseñando los dientes.
-Bueno en realidad ya hace bastante que no lo hago...-Dije con tristeza.- Además me dejé la guitarra en España.
-Por eso mismo , tome- Dijo Simón dejando pasar a Villamil con una funda de guitarra.
-Esto es broma ,¿no?- Dije incrédula.
-No- Dijo Villamil y me la entregó.
Abrí la funda y saqué de ella la guitarra. Era preciosa. Era una guitarra acústica de un color rosa palo y en una esquina llevaba puesta mis iniciales.
-De verdad esto es demasiado, no puedo- Dije.
................
La noche fue pasando y mi borrachera y yo, y yo y mi borrachera ya no podíamos más. No paraba de reírme y bailar con todos. Necesitaba descansar, y allí que estaba casi metro noventa sentado. Me senté a su lado. Los demás estaban a su rollo. Simón hablaba con una chica, Martín bailaba con otra. Alejo y Sofi estaban al lado nuestra dándose cariño e Isa allí estaba, enamorado de su copa. Empezó a sonar Cómo te atreves. Se me pusieron los ojos como platos y salté de mi asiento y me fui corriendo a la pista de baile. No sé en qué momento había arrastrado a Villamil conmigo. Bailamos, cantamos, gritamos la canción. Llegó la parte del solo de Villa y canté con tanta rabia que empecé a llorar, a Villamil le pasó lo mismo. Cantamos con fuerza aquella frase. Nuestras frentes se juntaron, el me volvió a secar las lágrimas con su dedo pulgar. Nuestros alientos se entrecortaban uno con el otro de lo cerca que estaban nuestros rostros.

Punto Y Aparte #1Where stories live. Discover now