18.Los Ángeles

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*Throwback*

Mi madre y yo siempre discutíamos por todo. Sus ideas tan cerradas no concordaban con las mías, que eran mucho más liberales.
- No sé cómo Sofía puede salir con alguien que está todo el día de viaje y rodeado de niñas.- Dijo mi madre.
- Pues está con él porque le quiere y además eso de las niñas es una tontería mamá. Conoces perfectamente a Alejo, que es más bueno que nada.- Contesté.
- Pero la carne es débil- Dijo.- Bueno y menos mal que está estudiando y no le ha dado por irse de gira con él.
- Cada minuto que pasa dices más tonterías, en serio. Y si no estuviese trabajando o estudiando, sí yo fuese ella me iba de gira sin pensármelo, vaya. - Dije.
- Tú te crees que irte de gira está muy guay ¿Eh?- Dijo.
- No lo sé mamá, nunca he ido. Ni tú tampoco para opinar de ello.- Contesté.
- Eso de estar todo el día viajando, sin ver a sus familias. Esos niños cuando quieran asentar la cabeza tendrán que dejar la música porque no pueden compaginar una cosa con la otra.- Dijo.
- Mamá eres un poco dramática. Lo de la familia se puede compaginar totalmente, sólo tienes que mantener los pies en la tierra y ya está. Y ésta gente los tienen. Hay mucha gente que lleva años casados y siguen juntos.- Dije.
- Sí, sí y se hacen viejos y como están hartos uno del otro, se divorcian. Siempre acaban todos divorciados. Y es una pena, Lía.- Dijo dramáticamente.
- Sí mamá da pena que la gente se divorcie. Pero va en serio, no todas las personas son iguales, ¿sabes?- Dije.
- ¿Tú si tuvieses un novio y no tuvieses trabajo te irías con él de gira?- Preguntó.
- Por supuesto. - Dije tajantemente.
- Tú estás loca. Ojalá nunca se dé el caso.- Dijo.- Menos mal que Joan es abogado.

No le contesté. No tenía más ganas de discutir, además llevaba razón, Joan era abogado.
........................
Preparé la maleta, ésta vez llevaba bastante ropa de verano, y eso me encantaba. No os equivoquéis, siempre he amado la lluvia y el frío, pero necesitaba un poco de calor, aunque sabía que me iba a arrepentir de querer el calor. El día en el que me dieron la noticia, llamé a mis padres. Mi madre no estaba de acuerdo en lo que iba a hacer. Pero a mí me daba igual, era mi vida y ella no se podía meter. Yo tenía claro que era la oportunidad de mi vida, y trabajar con mis amigos iba a ser genial. Aunque si soy sincera, me daba un poco de miedo la convivencia. Yo era muy maniática de la limpieza, y por lo que había escuchado, ellos eran un puto desastre. Me estaba agobiando solo de pensarlo.

-¡Alejo!- Grité desde arriba de las escaleras.
-¿Qué pasó? - Dijo asomándose para verme.
- Sabes que no me gusta pedir ayuda, pero te juro que no puedo bajar esto- Dije.
Alejo rió y subió a coger la maleta. Llevaba dos. La de mano no pesaba mucho, pero la otra demasiado. No podía creerme que iba a pasarme dos meses en Los Ángeles, y menos con mi banda favorita. Aunque quizá ya no los veía como banda, sino como amigos. Aún así los seguía admirando.
Alejo cargó las maletas en el coche y nos pusimos en camino hacia el aeropuerto.
- Menos mal que por fin me voy a librar de usted, aunque sea sólo dos meses- Dijo Sofía a tono de broma.
- Buah, y yo de ti, que pesada que eres. Ahora te voy a decir una cosa, la que se va a tener que encargar de limpiar la casa eres tú, bonita.- Dije burlándome de ella.
- Vale, Lía no te vayas por favor- Dijo.
Los tres reímos.
- La vamos a echar mucho de menos, pero sé que te dejo en muy buenas manos. No le voy a decir que me fío cien por cien de ellos, porque los conozco, pero voy a estar tranquilo.- Dijo riendo.
- Yo también os voy a echar de menos. Prácticamente no me he separado de vosotros durante los cinco meses que llevo aquí.- Dije.
- Sí, y el día que te dejamos sola, acabaste en El hospital- Dijo Sofi.
- Cierto, no se me puede dejar sola, Alejo tenía razón.- Dije.
Todos reímos. La verdad era que me costaba un poco alejarme de ellos. No iban a ser dos días separados, sino dos meses. Estaba triste por ese lado, pero por otro, estaba muy ilusionada. El miedo u odio que le había tenido a la música durante tanto tiempo, había desaparecido. Estos chicos me estaban haciendo cambiar mucho. También volvía a tener esperanzas en el amor, y eso para mí lo era todo.
Llegamos al aeropuerto. Allí estaban ya los chicos, con todas sus familias. Para mi sorpresa, Andrea estaba allí también. Eso sólo significaba que la cosa con Isa iba bien. Saludé a todos y nos pusimos a hablar.
- Andrea, me alegro mucho de verte.- Dije abrazándola.
- Yo también, Lía. No sabe lo que me alegro de que vaya usted con ellos, así sé que no se van a volver locos.- Dijo.
Las dos reímos.
- Yo también me alegro. Usted mano dura con ellos, no les deje pasar ni una.- Dijo Clemencia uniéndose a la conversación.
- No te preocupes Clemencia, a las ocho todos estarán duchados, comidos y en la cama.- Dije riendo.
- Así me gusta- Dijo Juana que estaba escuchando todo.
- Me estoy arrepintiendo de que venga- Dijo Simón.
- Pues yo nunca quise que viniese- Dijo Villamil riendo.
- Venga niño, no mienta, sí lo primero que dijo es que estaba muy contento de que Lía se fuese con ustedes- Contestó Mauricio.
Yo reí.
- Anda Juan, sí en realidad sé que me adoras- Le dije y le cogí los mofletes cual abuela.
- Suélteme. Y no, la detesto. - Dijo riendo.
- Eso no te lo crees ni tú, guapetón- Dije.
- Ya es la hora chicos. - Anunció Isaza.

Nos despedimos de todos e hicimos. Nos esperaban como mínimo siete horas y medias de vuelo. Mauricio nos iba a recoger allí, el llevaba unos días organizando todo.
Subimos al avión.Martín y Simón se sentaron junto a un hombre y yo me senté en medio de los dos Juan Pablos.
Pasaron unas cuatro horas. Isaza y Villa se habían quedado dormidos hacía rato. A mí me había sido imposible. Estaba muy nerviosa, y estar al lado de Villamil oliendo su perfume, tampoco es que ayudara mucho. Me quedé intentando escribir algo en la libreta que me había llevado para componer.
- ¿Le ocurre algo?- Preguntó Villamil con voz adormilada- ¿Por qué no duerme?
- No sé, no puedo. Además tengo un poco de frío y soy malísima para dormir en sitios incómodos.- Dije encogiéndome de hombros.
- Espere- Dijo.
Se levantó y cogió algo de su maleta de mano.
- Póngase el saco- Dijo dándome una sudadera.
- Gracias- Contesté.
- Venga aquí, a ver si consigue dormir algo- Dijo y me pasó el brazo por mi hombro para que me echase en el suyo. Me quedé dormida en seguida.
- No les haga fotos que le van a cazar.- Dijo Martín.
- Shhh. Ya está, ya se la tomé.- Dijo Isaza.
-¿Qué habéis hecho ya? No paráis y la vais a despertar. Sois idiotas.- Dijo Villa muy bajito.
Me revolví en el asiento y abrí los ojos.
-¿Qué os pasa imbéciles? Me habéis despertado - Dije con voz adormilada.
- Os lo dije, no pueden estar quietos ni un momento. Con lo que le costó dormirse.- Le riñó Villamil.
- Lo siento Lía- Dijo Isaza.- Pero mire el lado bueno, le saqué unas fotos muy bonitas.
-¿Qué fotos?- Pregunté aún adormilada.
De repente me di cuenta que todavía seguía abrazada a Villa. Las mejillas se me pusieron rojas y me puse derecha en el asiento. Isaza me enseñó las fotos y yo me puse más roja aún.
- Eres idiota Isa.- Dije.
- Ya me lo agradecerá- Dijo guiñándome un ojo.
Le pegué una colleja y él protestó.
.....................
Llegamos a lo que iba a ser nuestro apartamento. Era bastante amplio. Había tres habitaciones, dos baños, una cocina, una terraza bastante grande y un jardín bastante grande. Los chicos decidieron que yo me quedaba con la habitación individual. Aún así en mí habitación había dos camas, pero una se sacaba de debajo de la otra. Isaza y Simón compartían una de las habitaciones, y Villa y Martín, la otra.
..............
Pegaron a la puerta de mi habitación.
-¡Pasa!- Grité mientras iba ordenando mis cosas.
-¿Todo bien?- Preguntó Isaza asomándose a la habitación.
- Sí, cielo. Todo perfecto.- Dije sonriendo, pero sin parar de ordenar las cosas.
- Vamos a comer algo,¿ se apunta o prefiere quedarse aquí?- Preguntó.
- Prefiero quedarme si no os importa.- Dije.- Hasta que no lo tenga todo arreglado no me voy a quedar tranquila. Así que id vosotros y ya me comeré algo de lo que nos trajimos.
- Como quiera. Villamil se va a quedar también, dice que está muy cansado.- Dijo.- Aproveche.
Me guiñó un ojo.
- Idiota-Dije.
Me dio un beso y se marchó.
..................
Dejé la puerta abierta. Había pasado una hora. Seguía organizando todo. No me quedaban muchas cosas por ordenar.
- ¿No piensa descansar? Es usted demasiado intensa.- Dijo Villamil entrando a la habitación.
- Sí, cuando termine de organizarlo todo- Dije riendo.
Yo estaba sentada en el suelo. Él se sentó junto a mí. Cogió una foto que había colocado en la mesilla de noche.
-¿Es tu familia?- Preguntó.
-Sí- Dije.
- Qué bonito tener tanta gente al rededor- Dijo.
- Sí, a veces es agobiante, pero después es bueno porque sabes convivir con un montón de personas diferentes. - Dije.
- Lía- Dijo.
- Dime- Contesté.
- En serio que me alegro un montón de que esté aquí con nosotros- Dijo y me colocó un mechón detrás de la oreja.
- Yo también me alegro de estar aquí- Dije sonriendo.
Nos quedamos mirándonos a los ojos durante unos minutos, sonriendo.
-¡Chicos, llegamos!- Gritó Martín.

Punto Y Aparte #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora