37.Vuélveme a querer cuando hayas olvidado

800 58 15
                                    

Me miró como si estuviera viendo un fantasma, me puse tan nerviosa que no supe cómo reaccionar. De repente se dió la vuelta y salió por donde había llegado. Miré triste hacia abajo.

- No se preocupe, igual se agobió un poco- Dijo Simón.

Le sonreí como pude, y luego Andrea me dió la mano.
Al minuto volvió a abrirse la puerta y entró Juan Pablo con la mano en la nuca y mirando hacia abajo. Se notaba a leguas que estaba nervioso, igual tanto como lo estaba yo.

- Hola Juan, ¿qué tal estás?- Dije sonriendo nerviosa.
- Hola Lía- Dijo.

Al pronunciar mi nombre cerró los ojos, como si el simple hecho de pronunciarlo le hiciese daño. No lo culpaba, el que yo estuviese allí sólo hacía que aquella herida que estaba apunto o ya había cicatrizado, se abriese otra vez. Nos quedamos mirándonos en silencio.

- Lo siento, esto no ha sido buena idea- Dije y me levanté para irme.
- Lía- Dijo Simón.
- En serio lo siento- Dije negando con la cabeza.

Pasé por al lado de Villamil, él me miró en silencio.

- No es justo que se vuelva a ir- Dijo.

Me di la vuelta y lo miré, tenía toda la razón del mundo.

- Llevo diez meses y cuatro días esperando esto y ahora me niego a que se vaya otra vez- Dijo.

- Ay Juan- Dije al fin y lo abracé fuertemente.

Me correspondió. Hundí mi cabeza en su pecho, sentí un pequeño beso en la cabeza. No sabía qué estaba haciendo, me odié cada segundo que estuvimos así. Nos estábamos haciendo daño, eso lo tenía muy claro. ¿Qué necesidad tenía de hacer aquello si sabía que luego me iba a tener que volver a apartar de él? Encontré aquellos sentimientos que tanto juré que jamás iban a aparecer de nuevo. Temblé, temblé al olerlo, al sentir sus manos acariciar mi espalda suavemente. Por fin tuve la fortaleza de apartarme de él, pero lo que vino fue peor. Sus ojos se clavaron en los míos, aquellos ojos me pedían que no me fuera nunca más, aquellos ojos grises con los que soñaba cada noche y que por la mañana todavía no se habían ido de mi mente. Vi cómo se relamía suavemente los labios. Aquellos que tanto deseaba besar, pero que jamás me atrevería a hacerlo. Aparté la mirada de él y miré hacia mis amigos, los veía contentos como si aquello que habían visto lo hubieran esperado desde hacía mucho.

- Ahora vayan y hablen- Dijo Martín.
- Pero - Dije.
- Pero nada, a ver si se arreglan de una maldita vez- Dijo Simón.
- Nosotros llevamos esperando este momento tanto como ustedes- Dijo Isaza y nos empujó a una habitación.

En cuanto entramos, Isaza cerró la puerta y nos dejó allí.

- Bueno...- Dijo Juan Pablo.
- Menuda encerrona, maldita sea mi estampa- Dije.

Juan Pablo empezó a reír a carcajadas. Recordé que aquellas expresiones, tan mías como él decía, le hacían tanta gracia. Yo sonreí, me encantaba su risa.
De pronto carraspeó y me miró.

- Está muy cambiada, me gusta el color de pelo- Dijo.
- Gracias. La verdad es que necesitaba cambiarme el color, supongo que fue para poder empezar una nueva vida...- Dije.

Aquellas últimas dos palabras las dije bajito al darme cuenta de que fue por aquel chico, aquel que estaba delante de mí por lo que había decidido empezar una vida diferente. Miré hacia el suelo con tristeza.

-¿Cómo está?- Preguntó- Les he ido preguntando a los chicos, pero tampoco me han dado muchos detalles. Supongo que era lo mejor.
- Estoy bien- Dije sentándome en la cama- Ahora estoy preparando para abrir mi propia marca de moda y bueno ya terminé el disco de vuestras amigas.
- Eso está genial Lía, en serio no sabe cuánto me alegro por usted- Dijo y se sentó a mi lado.
- Gracias, ¿y tú cómo estás?- Pregunté.
- Bien, como siempre supongo.- Dijo.
- Juan- Dije.
- Dígame- Dijo.
- Sé que esto es muy complicado pero tenemos que solucionarlo como adultos que se supone que somos.- Dije - Yo me fui porque estaba muy dolida y de verdad este tiempo me ha servido para muchas cosas.
- Sabe que me he estado arrepintiendo cada día de que por mi culpa se fuera- Dijo.
- Lo sé Juan, pero a lo que iba era a decirte que... - Dije

Cerré los ojos para poder coger el valor que necesita para decirle lo que sentía.
Él me cogió la mano y yo sonreí.

- Echo de menos aquellas charlas a las cinco de la mañana o aquellas conversaciones absurdas que acababan en risas- Dije y cogí aire- En definitiva, que te echo de menos Juan. Que eres mi amigo joder, y ya que me he "curado" quiero que vuelvas a mi vida .
- Lía yo no me merezco volver, le hice muchísimo daño- Dijo.
- Juan, te perdono- Dije y empecé a llorar- Fui una idiota al irme y no intentar arreglar las cosas contigo, siempre luché porque nuestra amistad no se fuera a la mierda y en el momento que de verdad tuve que hacerlo me dió miedo. Y es que uno de los motivos por los que me fui era porque seguía sintiendo cosas por ti y me daba miedo salir con el corazón roto. Sigo teniendo ese miedo, de hecho no he podido rehacer mi vida en ese sentido. Pero no quiero estar mal contigo, no te sientas el único culpable porque yo también tuve muchísima culpa. No te voy a mentir al decirte que este tiempo que he estado sin verte me ha servido para hacer muchas cosas de las que nunca fui capaz de hacer. Me ha servido para madurar como persona. Quiero empezar de nuevo contigo, quiero que volvamos a ser amigos.
- De verdad no sabe qué falta me hacía escuchar éstas palabras. Te he echado muchísimo de menos. Pero Lía ésta vez quiero ser sincero del todo. Yo no puedo verla y no tener ganas de besarla, yo no la he olvidado. Me he pasado noches enteras mirando sus fotos, sé que suena un poco a acosador, pero es la verdad. No puedo sacarla de mi cabeza.- Dijo.
- Pero Juan, yo no puedo ahora mismo estar contigo. Me encantaría poder decirte que sí ahora mismo, pero sólo de pensarlo me muero. Tengo miedo y eso tengo que curarlo también.- Dije.
- Lía, la entiendo, no se preocupe. Sólo quería ser sincero con usted. Ya me conformo con poder hablarle o por el simple hecho de poder saber de usted sin la necesidad de tener que preguntarle a otra persona- Dijo sonriendo.- La esperaré todo el tiempo que sea necesario, pero no me prohíba conquistarla poco a poco. Sé que usted es para mí, lo supe desde el momento que la vi con aquella camiseta del Real Madrid, aunque después fui un estúpido al dejarla marchar. ¿Sabe que fui al aeropuerto? Pero fue demasiado tarde.

Las lágrimas aparecieron en mis ojos otra vez

- Te estuve esperando, si te hubiese visto allí no me habría ido. La mayor parte de mí no quería irse Juan Pablo. No quería apartarme de ti- Dije.
- Siempre llego tarde con usted- Dijo triste.
- Oye, ya está bien de lamentarnos. Pongamos un punto y aparte y empecemos una nueva historia,¿vale?- Dije secándome las lágrimas.-. A partir de ahora el pasado es pasado y vamos a construir un futuro nuevo, un futuro de amistad o si algún día lo conseguimos, de algo más. A esto último te va a costar mucho, pero si consigo superar mi miedo, algún día te volveré a dar la llave de aquello que cerré por completo cuando me fui.
- Voy a luchar cada día por conseguir esa llave- Dijo sonriendo.
- Por cierto, ¿qué es ese intento de barba que te has dejado?- Dije riendo.
- Maldita sea- Dijo riendo.- No se ría de mi barba.
- Estás guapo.- Dije sonriendo

Nos tumbamos en la cama, cada uno a un lado mirando para el techo. Empezamos a hablar de temas absurdos, las carcajadas retumbaban por toda la habitación. Aquella tensión y odio que hubo, se fueron para no volver nunca. Pasamos horas así.

-Juan- Dije.
- ¿Qué?-Pregutó.
- Yo no voy a volver a Bogotá- Dije.

Punto Y Aparte #1Where stories live. Discover now