26.Pequeños deslices

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Llegamos al apartamento que los chicos tenían allí. Me dispuse a deshacer la maleta.

- Lía, deje eso y ya cuando terminemos de comer lo hacemos.- Me dijo Martín.
- Ay Martín, siempre igual. Sabes que me estreso si no lo tengo todo ordenado.- Dije.
- Pues relájese un poco y vamos a comer- Dijo riñiéndome.
- Mira que eres pesado, está bien.¿Vamos a ir solos o con todos?- Pregunté.
- Vamos todos, ya tendremos tiempo para hacer cosas juntos- Dijo encogiéndose de hombros.
- Vale- Dije suspirando.
-¿Qué le pasa? Está muy rara desde que nos bajamos del avión- Dijo sentándose junto a mí.
- No me pasa nada- Mentí.
- Lía la conozco y sé que le ocurre algo- Dijo poniendo su brazo al rededor mía.
- De verdad que no me pasa nada.- Dije levantándome y me dirigí a la puerta- Venga vamos, que seguro que nos están esperando.

Martín se quedó en la cama sentado unos minutos con la cabeza gacha, sabía que le estaba mintiendo, pero no podía decirle que tenía sospechas de que Villa sentía algo por mí y que me daba rabia. Me puse de cuclillas delante suya.

-Amor, todo está bien, en serio.- Dije.

Me miró sin decir nada. Le besé en los labios. Me agarró y me puso encima de él, seguíamos besándonos pero pegaron a la puerta.

- No abro porque sé que lo que voy a ver no me va a gustar, pero salid ya malditos tórtolos.- Gritó Simón desde fuera.

Me quité de encima de Martín mientras reía.

- Vamos que nos van a matar- Dije tendiéndole la mano a Martín.
- Lía, júreme que si tiene algún problema o si le pasa algo me lo va a contar.- Dijo seriamente- No sé qué es lo que no me quiere contar, pero aunque respete que no me lo cuente, no me gusta verla preocupada.
- A ver es cierto que estoy preocupada, pero si fuese algo que tuviera claro, te juro que te lo diría, pero como no lo sé cien por cien, prefiero no hablar del tema ni preocuparte.- Dije.
- Tengo las sospechas de que no es algo suyo, de hecho está así desde que habló con Villa.- Dijo Martín.

Yo me quedé callada. Volvieron a pegar a la puerta.Martín harto de que nos molestaran, abrió la puerta con furia.

- ¡Que os esperéis que estoy hablando con Lía, joder!- Gritó.

Villamil que había sido el que había pegado a la puerta se quedó paralizado.

- Sólo venía a avisarles que les esperábamos en el restaurante- Dijo enfadado- Tampoco creo que haya hecho nada tan malo como para que me hable así.

Salí de la habitación.

- Ya vamos para abajo, gracias Villa- Dije y miré a Martín para que se disculpara.
- Lo siento Papo, estábamos hablando de algo y...- Dijo.
- No se preocupe, nos vemos abajo- Dijo y después de mirarme, se fue.
- Te has pasado un huevo, majo- Dije.
- Lo sé y ahora me siento mal- Dijo.
- Bueno Martín, que no te preocupes más, quiero que te quede claro algo. Si yo estuviese enamorada de Villa, no estaría contigo. Te quiero y punto. Quiero estar contigo, no sé cuántas veces voy a tenértelo que decir para que te quede claro- Dije señalándolo.

Martín sonrió y luego me besó.

- Ya me quedo más tranquilo- Dijo.- Pero entiende que no es fácil para mí.
- Sé que no es fácil mi vida, pero te lo digo en serio no hay nadie más en mi corazón.- Dije rodeándole el cuello con mis brazos- Te amo, te amo, te amo.

Él sonrió y luego me besó.

Entramos al restaurante de la mano, los chicos nos estaban esperando para pedir. Para nuestra sorpresa Malaver y algunos que otros chicos estaban allí, supuse que eran del equipo. Realmente sólo reconocí a Eduardo y Andrés, todavía no nos habían presentado pero yo sabía quiénes era. Ya lo he dicho muchas veces, yo era una de esas fans locas que se sabía hasta en qué tienda se compraba Isaza los sombreros. Martín me los presentó y se sentó al lado de Eduardo sin darse cuenta que me había dejado al lado de Villamil. Cuando se dió cuenta me miró y se encogió de hombros.

Punto Y Aparte #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora