62. Hasta luego.

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*Narra Villa*

Estaba en casa intentando estudiar. Digo intentar porque no me podía concentrar por todo lo que había pasado los días anteriores. Lía y yo no hablábamos demasiado, simplemente nos preguntábamos cómo estábamos y poco más. Recibí un mensaje, Lía.

+Hola Juan
- Hola,¿qué tal?
+ Si no quieres que te mienta, mejor no te contesto.
-Ya, supongo que estará igual de bien que yo...
+ Supongo. Bueno no te hablaba para esto, verás me gustaría que nos viéramos porque me gustaría hablar contigo.
- Mmmm....
+ Tranquilo...
- Cuando una persona le dice que quiere hablar con usted, nunca es buena señal.
+ Lo sé, pero tampoco es para tanto.
- Así no me tranquiliza, pero bueno.¿Ésta noche le viene bien? Me viene bien despejarme de los estudios por un rato.
+Siempre te dije que los números te volverían loco. Está bien, sí quieres ven a casa o salimos fuera.
-No quiero caer en la tentación, mejor la invito a cenar.
+ Pagamos a medias, no empieces y quizá sí, sea mejor idea que salgamos fuera. Te dejo elegir sitio pero conduzco yo.
- No pienso discutir con usted así que vale. Recójame a las 20.00.
+Ok, luego te veo y deja de pensar tanto y estudia.
- Cómo me conoce...
+ Son unos años ya, Villamil...

Lo de Villamil dolió. Pocas veces me llamaba así.

+Estudia, en serio. En  unas semanas tienes el examen y ya me siento bastante mal con robarte tiempo ésta noche como para que te esté quitando la concentración también.
- Es usted una creída, ¿por qué piensa que es usted en lo que pienso?
+ Porque yo tampoco puedo dejar de pensar en tí

Silencio por mi parte. Aquello me había dolido más que incluso el hecho de que nos estuviéramos hablando más de la cuenta.

+ No debí de haberte dicho eso, lo siento.
- No se preocupe, tiene toda la razón.
+ Intenta estudiar por favor.
- Lo haré, la espero en unas horas y usted coma o le mando a Clemencia con comida. Y sí, sé que no está comiendo porque yo también la conozco demasiado 😉
+ Que me amenaces con tu madre es lo peor que me puedes hacer y sí, eres un listillo. Ya ve a estudiar, ni siquiera deberíamos de estar hablando.
- Ta luego
+ Adiós.
............

Al final me cundió el día y pude concentrarme un poco más. Me iba a venir bien salir de casa, llevaba cuatro horas sin parar de estudiar. Me duché y me puse unos vaqueros con una camisa azul y unos naúticos. Pegaron a la puerta de mi habitación y abrí, era mi madre.

-¿Dónde va?- Preguntó.
- Quedé con Lía para cenar - Respondí.

Mi madre esbozó una gran sonrisa, llevaba triste unos días por todo lo que había pasado con Lía. Yo sabía que hablaba con ella todos los días porque la escuchaba hablar con ella, aunque trataba de esconderse siempre para que yo no la escuchara.

- Tiene que contarme algo, y creo que no es bueno mamá- Dije.
- Igual sólo quiere arreglar las cosas- Dijo esperanzada.

La miré triste y negué con la cabeza.

- Ay mi niño necesito verlos felices y sé que sólo pueden alcanzar esa meta si están juntos- Dijo triste.
- Es pronto todavía- Dije encogiendo los hombros.

Mi madre me miró con demasiada tristeza y yo simplemente la envolví abrazándola. Llamaron a la puerta y escuché cómo abría mi padre.

- Li- Lía- Dijo mi padre sorprendido- ¿Cómo está? Pase.
- Hola Mauricio. Estoy bien, gracias- Dijo- ¿Tú cómo estás?
- Bien, ¿qué le trae por aquí?- Preguntó mi padre.

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