20.Happier

945 65 21
                                    

Cuando tenía dieciséis años, me enamoré por primera vez. Pablo, así se llamaba, me gustó desde que lo conocí. Estuvimos cerca de un año siendo algo más que mejores amigos , pero llegó una chica y lo estropeó todo. Pablo dejó de hablarme y ya ni siquiera mantuvimos la amistad. Lo pasé bastante mal durante un tiempo. Me juré a mí misma que nunca nadie más iba a hacerme tanto daño como Pablo lo hizo. A los años volví a darle una oportunidad al amor con Joan. Esa historia ya sabéis cómo acabó, y ahora... Habían vuelto a jugar conmigo. No estoy cerrada a nada ni nadie,no os equivoquéis, pero prefiero estar sola y con el corazón de una sola pieza.

- Encantada Gabriela- Dije.
-¿Cómo está? Juan Pablo me habló mucho de usted y tenía muchas ganas de conocerla- Dijo sonriendo.
-Pues estoy bien. ¿Sí, Juan Pablo te ha hablado de mí?- Dije mirando a Villa con decepción.
Él ni se inmutó. No inmutarse era algo que sabía hacer bastante bien.
- Sí, me dijo que es usted una buena amiga y que trabaja con ellos, sólo sabe decir cosas buenas de usted, tranquila- Rió Gabriela.

Para colmo la chica era simpática y no podía ni caerme mal. En realidad me alegraba por ellos, pero no entendía el comportamiento que había tenido Juan Pablo conmigo. Me había hecho daño, y bastante. Alejo no paraba de mirarme.
- Bueno, sí me disculpáis, tengo que hacer la comida, que no se hace sola- Sonreí como pude y me dirigí a la cocina.
Me puse a cocinar, ésta vez comeríamos lasaña. Puse música para intentar no pensar en nada. Las ganas de llorar que tenía eran bastante grandes. Happier de Ed Sheeran empezó a sonar. Genial.
- Creo que no es la mejor canción para estos momentos.- Dijo Alejo entrando a la cocina.
- En realidad, así es cómo me siento ahora mismo. Así que sí lo es.- Contesté.
-No sé qué mosca le ha picado para volver con ella- Dijo.
- Alejo lo que sí que no es, es el mejor momento para hablar de este tema. Lo único que quiero es salir corriendo de aquí. Así que por favor deja el tema - Dijo.
- Como quiera- Dijo.
- Igual te quiero eh- Dije sonriendo.
- No más que yo a usted.- Dijo y me abrazó.
- No toque a mi novio, maldita- Dijo Sofía riendo.
Yo sonreí como pude.
- Tengo hambre así que déjese de dramas y cocine- Dijo guiñándome un ojo.
Aquella estúpida me conocía perfectamente y sabía que no hablar del tema era precisamente lo que necesitaba. La amaba por ello. Alejo lo sabía también, pero el chico se preocupaba tanto por mi bienestar que a veces se le olvidaba.

Todos estaban hablando mientras comían. Yo no tenía ganas de comer, y mucho menos de hablar.
- ¿Le pasa algo Lía? - Me preguntó Gabriela.
-Nada, ¿por qué?- Pregunté.
- Por que no ha probado bocado y no lo entiendo, porque realmente está increíble la lasaña- Dijo sonriendo.
- Ah es que no tengo mucha hambre- Dije.
- ¡Lía! ¿Recuerda que tenía que acompañarme a comprarle el regalo a mi madre?- Dijo Martín de repente.
-¿Qué regalo?¿Qué dices Martín?- Pregunté extrañada.
-Sí, ese que me iba a ayudar a elegir.- Dijo con mirada cómplice.
Entonces fue cuando entendí lo que quería hacer.
- Ah sí, ese regalo. Perdona, lo había olvidado.- Dije.
-¿Por qué le vas a comprar un regalo a mamá?- Preguntó Simón.
- Porque me apetece hacerle un regalo porque sí- Dijo Martín. - ¿Nos vamos Lía?
- Sí- Dije.
- No me la devuelvas muy tarde- Dijo Sofía.
- Tranquila Sofi- Dijo Martín.
- Que pena que se tengan que ir ya, tenía ganas de conocerla un poco más- Dijo Gabriela.
- No te preocupes, en otra ocasión será- Dije.
-¿Puedo hablar con usted antes de que se vaya?- Me preguntó Villamil.
- Claro- Dije.- Marto, ¿me esperas un momento?
Martín asintió.

-¿Qué quieres?- Le pregunté de mala gana una vez cerramos la puerta de la cocina.
- No entiendo la actitud que está teniendo- Dijo.
-¿Qué actitud no entiendes? ¿La mía o la tuya Juan Pablo?- Pregunté - Llevas sin hablarme desde que volvisteis y de repente apareces de la nada y cogido de la mano de tu exnovia. No entiendo nada.
-¿Qué hay de malo en que haya vuelto con Gabriela?- Preguntó.
- No hay nada malo Juan, nada.- Dije - Pero no entiendo las cosas que me has estado diciendo o...¿Sabes qué? Olvídalo. Quizás he sido yo la que se ha confundido. Ni si quiera puedo estar enfadada contigo. Me alegro mucho de que hayas vuelto con ella, sé cuánto la has querido y supongo que quieres.
- Lía yo...- Dijo Villa.
- Juan, no se habla más del tema. No pasa nada, seguimos siendo amigos,¿vale?- Dije y después de darle un beso en la mejilla me fui.

Martín me estaba esperando en el coche. Me monté sin decir palabra y él arrancó. No sé dónde me llevaba pero me daba igual, sólo quería salir de allí. Llegamos a un campo, el lugar era bastante tranquilo y no había nadie. Martín paró el coche y me cogió la mano. En ese momento empecé a llorar cual María Magdalena. Martín me abrazó y así nos mantuvimos hasta que me tranquilicé.
- No lo entiendo- Dije entre sollozos.
- Creo que ninguno lo entendemos. De hecho a todos nos ha sorprendido, pensábamos que le gustaba...- Paró al darse cuenta de que lo que iba a decir me podía hacer más daño aún.
- He sido una estúpida Martín. Creo que el amor no es para mí, lo juro. Me rindo.- Dije llorando.
- No diga eso, creo que simplemente no ha encontrado al correcto- Dijo.
-Ay Martín, me odio por haberme hecho ilusiones con Juan Pablo.- Dije.
- Es normal Lía, no se machaque más por eso.- Dijo.
- No quiero volver a caer en las telarañas de nadie nunca más.- Dije.
- Malditas arañas- Dijo Martín.- Las odio.
Yo reí a carcajadas al escuchar aquello. Martín al verme empezó a reír conmigo.
Se fueron las horas y Martín y yo seguíamos riendo a carcajadas y hablando de muchos temas bastante profundos. No sé cómo lo había hecho, pero había conseguido que Villa no pasara por mi mente ni un sólo segundo durante el tiempo en el que estuvimos hablando. Decidimos ir a cenar, llevaba todo el día sin comer y ya tenía la necesidad. Luego me dejó en casa.
.....................
Habían pasado cinco semanas y Martín y yo estábamos pasando mucho tiempo juntos.
Era jueves y yo estaba componiendo en el salón. Sofía estaba trabajando, tenía una conferencia en Cali y no vendría hasta el día siguiente. Llamaron a la puerta. Abrí y vi a Martín con unas bolsas de comida.
-¿Qué haces aquí? ¿No tenías cena familiar?- Pregunté.
- Sí, pero me aburría y mi mamá me pidió que le trajera esto.- Dijo dándome las bolsas.
- Gracias- Dije cogiéndolas.
Cenamos los dos juntos.
-¿Te apetece ver una peli?- Pregunté.
-¿Por qué no?-Dijo.- Me apetece ver una de miedo.
- Ay no- Dije.
-¿Por qué?- Preguntó divertido.
- Porque yo me cago de miedo, que me conozco. Y además hoy no está Sofi para irme con ella a su cama. Déjate.- Dije.- Es que te juro que como la vea y no pueda dormir me planto en tu casa a las dos de la mañana.
- Hagamos un trato, si ve que no va a poder dormir, me ofrezco a dormir en el suelo de su habitación- Dijo riendo.
- Sí claro, que tú eres el típico que después me asusta.- Dije.
- Venga Lía, por favor.- Dijo.
- Está bien, pero ve preparándote psicológicamente para dormir en el suelo- Dije riendo.
- Está bien, está bien- Dijo levantando las manos.

Martín decidió que viésemos It. Yo no sabía de qué iba así que acepté.
- Martín me cago en tú nación, que odio los payasos te lo juro. Que le tengo mucho pánico- Dije en el momento que vi aparecer al maldito payaso.
Me abracé a él como si no hubiese un mañana, me tapé la cara. Martín no dejaba de reír.
- Martín quita eso por favor que voy a llorar- Dije.
- ¡Qué exagerada!- Dijo riendo más.
- Martín definitivamente duermes aquí hoy, me cago en todo. - Dije.
Quitó la película y apagó la televisión. Yo seguía abrazada a él.
- Ya he quitado la película, puedes mirar- Dijo riendo.
Volví la cara y lo miré. Nuestros rostros estaban demasiado cerca. Martín me miró a los ojos. Yo hice lo mismo. Sonrió, ya sabéis lo que me ha gustado esa sonrisa siempre. Y de repente lo besé. Para mi sorpresa, él me correspondió. Estuvimos un rato besándonos. Fueron besos con ternura, pero a la vez con demasiada pasión. Le quité la goma que llevaba en el pelo, dejándolo suelto. Mientras nos besábamos,le agarraba el pelo con suavidad. No sé en qué momento terminamos en mi habitación, y bueno ya sabéis cómo acabó la cosa...

Punto Y Aparte #1Onde as histórias ganham vida. Descobre agora