69. Dependiendo de un hilo

603 53 50
                                    

Múnich
*Narra Lía*

Desperté con un fuerte pitido en mis oídos, me miré y tenía sangre por todas partes. ¿Qué había pasado?Miré a mi al rededor, todo el mundo gritaba y lloraba. Desesperación. Cuerpos sin vida por el suelo. El pánico se empezó a apoderar de mí poco a poco. Dos personas se me vinieron a la cabeza. Simón, David,¿dónde estaban? Me enderecé como pude y a pesar del dolor que invadía todo mi cuerpo, conseguí ponerme en pie.

-¡Simón! ¡David!- Grité con la poca fuerza que tenía.

Empecé a mirar a las personas de mi al rededor, no los veía.

- Bitte!- Intenté pedirle ayuda a un chico que pasaba por mi lado.
-Lauf!- me gritó.

¿Por qué me dijo que corriese? Tenía que encontrar a mis amigos.

-¡Lía!- Escuché gritar a Simón que venía corriendo hacia mí.
-¡Simón!- Grité yo también al verlo.

Se acercó y me abrazó con todas sus fuerzas.

-¿Qué ha pasado?¿Dónde estabas?¿Has visto a David?- Pregunté histérica.
- Creo que fue una bomba Lía, fui a buscar ayuda pero nadie me entiende y no sé alemán. David no sé dónde está- Dijo con desesperación.- Vi que usted estaba respirando y me fui para que alguien nos ayudase.
- Tranquilo, pero tenemos que encontrar a David, no podemos irnos de aquí sin él- Dije.

Simón asintió.

-¡Simón! ¡Lía!- Gritó alguien a nuestras espaldas.

Nos giramos y vimos a David a lo lejos tumbado en el suelo. Fuimos corriendo hacia él, ¿Cómo era posible que no lo hubiésemos visto?

-¿Estás bien?- Pregunté.
- Me duele mucho la pierna, creo que la tengo rota. He intentado moverme, por eso estaba tan lejos de ti, pero no puedo andar.- Dijo- Lía estás llena de sangre.

Me miré, realmente no sabía de dónde provenía o si ni siquiera era mía.

- No te preocupes, estoy bien- Dije- Vamos, Simón, ayúdame a cogerlo. Un chico me dijo que corriera y me temo que ésta mierda todavía no se ha acabado.

Simón asintió y me ayudó a levantar a David. Para Simón no fue difícil pues David sólo media un poco más que él, pero yo me las estaba viendo bastante mal.

De repente se escuchó algo como si fueran petardos. Me asusté.

-¿Eso fueron disparos?- Preguntó David con pánico.
-¡Mierda!¡Mierda!¡Mierda!- Dijo Simón con histeria.
- A ver chicos, hay que salir de aquí como sea. Hay que esconderse en algún sitio, no nos podemos quedar aquí en mitad de la calle- Dije intentando mantener la calma, pero el miedo y la desesperación ya se habían apoderado de mí y las lágrimas empezaron a  salir de mis ojos.

Empezamos a andar lo más rápido que pudimos porque  David no podía andar. De repente escuchamos a un hombre que nos decía algo detrás nuestra. Nos giramos y tenía un arma. No, ésto no podía estar pasando. El hombre seguía diciéndonos algo, pero mi cerebro no funcionaba como para poder traducir nada. Nos apuntó con el arma y nos obligó a que entráramos a un bar, justo al que teníamos pensado ir a comer ese día.
Entramos aterrorizados, con el hombre detrás nuestra. Vimos que habían otros cuatro hombres armados dentro del bar junto a  un montón de gente asustada. El hombre nos empujó y caímos al suelo por la inestabilidad que teníamos. David se quejó de la pierna y Simón y yo lo ayudamos a que se sentara bien. Una vez hecho esto, me senté entre David y Simón. No me podía creer que aquello estuviera pasando. Siempre había visto cosas así en la televisión, pero jamás me creí que me pudiera pasar a mí. Porque no sabes el miedo y la desesperación que se pasa hasta que no lo vives. Mientras pensaba en todo lo que estaba pasando, me acordé de una persona, sólo una persona vino a mi mente. Las lágrimas volvieron a salir sin parar. Mi casi metro noventa, el amor de mi vida, mi Juan, mí todo.... Pensé en la angustia que debería de estar pasando por no saber nada de nosotros, ¿y si no lo volvía a ver? ¿Y si no volvía a hablar con él? Lo último que había sabido de mí es que estaba con David, pero yo a David no lo amaba, yo lo amaba a él y si me pasaba algo, jamás lo sabría.

-¿Lía?- Preguntó bajito Simón.

Lo miré con angustia.

- Estoy seguro que lo sabe...- Susurró, lo dijo como si supiera en lo que estaba pensando- Él también la ama.

Entonces al escuchar aquello, el llanto se intensificó. David se había dado cuenta y me abrazó como pudo. Simón sostenía mi mano.

- Spanisch- Dijo uno de los hombres señalándonos.

Genial.

- Hola guapa- Dijo otro acercándose a mí.

Simón y David me sujetaron fuerte.

- Yo, Dicho hola- Dijo otra vez el hombre, su español no era muy bueno.
-Ho-Hola- Titubeé.

¿Qué narices quería?

- Tu venir conmigo- Dijo mientras cogía mi muñeca con fuerza.
- ¡Ni de broma!¡ Suéltela!- Gritó Simón pegándole en el brazo.

El hombre golpeó a Simón en la cabeza dejándole noqueado. Pegué un grito pero el hombre me cogió rápido para llevarme con él.

-¡Simón! ¡David!- Grité con desesperación mientras intentaba zafarme del hombre.

No tuve éxito, en menos que canta un gallo, me había llevado a una sala donde solamente se encontraban más hombres armados. Me temía lo peor.

- ¿Qué- Qué queréis de mí?- Pregunté.
- Pasarlo bien- Dijo quién supongo que era el jefe.
- Por favor no me hagáis daño- Dije histérica.
- Si haces todo lo que te digamos, no sufrirás mucho- Dijo acercándose a mí mientras se mordía el labio.

Las piernas me temblaban, de repente dos hombres me cogieron por los brazos para que no me moviese. "El jefe" se puso delante mía y de repente se escucharon unos disparos que provenían de fuera, los hombres me llevaron fuera de un tirón y todos vimos que el bar estaba vacío y que sus compañeros estaban muertos. Las piernas me volvieron a temblar, de allí no salía viva.

Con el arma pegada a mi sien, salimos fuera. La policía estaba esperando y los idiotas éstos no se iban a rendir fácilmente. La policía les dijo algo que no pude entender porque mi cerebro no funcionaba. ¿Saben cuando dicen que pasa la vida por delante de tus ojos? Pues así estuve yo, pensando en cada una de las personas de las que estaba casi segura que no iba a ver nunca más. Mis padres, mis hermanos y cuñados, Martín, Isaza, Andrea, Nath,Laura, Simón del que estaba segura estaba sufriendo como nadie en este preciso momento , Clemencia, Mauricio, Sofía y Alejo, Pedro, Pedro Baños, David y mi casi metro noventa, mi amor.

Un enorme estruendo se escuchó, caí al suelo, todo se volvió negro.
.................
Sé que me vais a matar, pero si no subo mañana capítulo, no creo subir más en ésta semana. La autora, osea yo, cumple años el viernes y pues.... Fiesta, fiesta. Así que intentaré subir lo más pronto posible. Os amo♥️

Punto Y Aparte #1Where stories live. Discover now