16.Pasado, presente y futuro

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- O se va por su propio pié o juro que lo echo yo.- Dijo Alejo gritando.
Simón, Martín e Isaza habían salido hacía rato al escuchar el primer grito de Alejo.
- No me pienso ir hasta que no hable con ella- Respondió Joan.- Y a mí no me amenaces, que sabes que no es la primera vez que te pego.
- Como le ponga una mano encima se queda sin dientes, lo juro.- Dijo Villamil bajito, pero todos lo escuchamos.
- Vamos a tranquilizarnos todos. Aquí nadie va a pegar a nadie.- Dije intentando calmar a los chicos, aunque yo era la primera que quería matar a Joan.
- Esto es increíble. Además, ¿cómo sabía dónde vivíamos?- Preguntó Sofía.
- A ti no te tengo que responder nada.- Respondió Joan.
- No ayudas nada hablando de esa manera- Dije.
- ¿Quieres que le hable bien a tu amiga,esa que siempre te puso en contra mía? Además siempre te ha tratado fatal- Dijo Joan.
- Que sepa que fue usted solito quien se puso en ese lugar.- Dijo Sofía- Yo sólo estaba ahí cuando usted la hacía sufrir. No tiene ni idea lo que ella pasó por usted y ahora viene a hacerle más daño. Porque eso es lo único que le hizo, sólo sabía hacerle sufrir. Ni un día la hizo sonreír en el último año, ni uno solo. Y yo fui la que estuvo ahí y la que le ha dado un techo en el que vivir. Yo he sido la que le ha dado la oportunidad de huir de usted y estar a miles de kilómetros. Jamás vuelva a decir que la trato mal.Jamás.- Dijo Sof.
Sofía tenía los ojos llenos de lágrimas, y después de decir ésto entró a casa.
- Váyase- Dijo Alejo con furia.
- Alejo entra a casa. Entrad todos.- Dije.
- Pero...- Dijo Simón.
- Pero nada, ésta es mi lucha y no la vuestra. Entrad, por favor.- Les supliqué.
Alejo se negó, pero Villamil lo cogió y lo forzó para que entrara. Joan y yo nos quedamos solos.
- No entiendo qué haces aquí- Dije.
- No me puedo casar Lía, no puedo. No sin antes decir lo que he venido a decir.- Dijo Joan.
- ¿Y a mí eso qué me importa?- Dije sin mirarle a la cara.
El corazón me iba a mil por hora. Pero no podía dejar que ni los nervios ni la rabia se apoderasen de mí.
- Mira no sé por qué he venido, pero tenía la necesidad de hacerlo.- Dijo y se le llenaron los ojos de lágrimas.- Tenía la necesidad de pedirte perdón. Sé el daño que te he hecho y me avergüenzo de ello.
- No me creo que hayas venido simplemente a pedirme perdón. No me lo trago- Dije.
- Pero es así Lía. No quiero hablarles a mis futuros hijos de mi pasado y que vean que su padre ha sido un monstruo, o peor aún, que hagan lo mismo que yo.- Dijo.
-¿Ahora sí quieres tener hijos?- Dije con rabia.
- Bueno, María está embarazada.- Dijo en voz baja.
Me quedé callada. Estaba aguantando las lágrimas. El poco trozo de corazón que había conseguido reparar, volvió a romperse al escuchar aquellas palabras.
- Así que lo que te pasa es que tienes miedo porque has tenido que madurar en dos días. Y vienes aquí a no se qué. Porque todavía no lo he entendido.- Dije.
- Vengo a pedirte perdón, ya lo he dicho. Y sí puede que tenga miedo.- Dijo.
-¿Y yo qué tengo que ver en todo eso Joan? ¿Sabes lo que realmente te pasa? Que perdiste la única seguridad que tenías en la vida, y esa seguridad era yo. Y ahora que sabes que me has pedido del todo, vienes a intentar no sé, ¿que vuelva contigo? Si es eso, vete por donde has venido.
- No intento que vuelvas conmigo. Voy a casarme con María. - Dijo.- Sería ruin dejarla embarazada y luego desaparecer.
- Claro, pero lo que hiciste conmigo no fue ruin, ¿no? Mira ya que estás aquí voy a soltar todo lo que tengo por dentro. Te di todo Joan, todo. La de peleas que no he tenido con Sofía por defender aquello que hacías que incluso yo creía que no era defendible. Me tratabas mal cuando te apetecía. Cuando querías hacer algo había que hacerlo porque tú y sólo tú querías. Oh, nunca me diste ni un solo capricho. Jamás me olvidaré del día del concierto. ¿Recuerdas que no quisiste ir?. Fuimos a mi casa hicimos el amor, mejor dicho, hiciste el amor y luego te fuiste como si nada. Estuve toda la noche llorando. Alejo estaba muy enfadado y sabías perfectamente lo que significaba que yo fuese al concierto. Tanto para él como para mí. Me dejaste por mi amiga. He tenido que venirme a vivir a miles de kilómetros lejos de mi hogar, de mi familia y amigos, para librarme de ti. ¡No sabes lo duro que es eso! Y cuando por fin estoy consiguiendo olvidarte, apareces aquí como si nada. ¡Te odio! - Dije éstas últimas palabras gritando.
- De verdad que lo siento Lía, de verdad. Por favor perdóname. Sabes que no soy tan mala persona, lo sabes.- Dijo llorando con el corazón encogido.
Sabía perfectamente que lo estaba pidiendo de verdad, con el corazón en la mano.
- ¿Qué va cambiar que te perdone Joan?- Pregunté.
- No lo sé. Pero necesito que no me odies.
- No sé si te odio Joan, ahora mismo necesito curarme y no saber nada más de ti. Cuando llegue el momento, podré hacerlo. Ahora me es imposible perdonarte. Me has quitado todo lo que tenía, incluso a mi familia. Y eso que has dicho de Sofía ha sido muy injusto. Sabes que ella ha estado ahí siempre, incluso cuando tú no estabas. Así que por mi parte no tengo nada más que decir. Deseo de corazón que te vaya bien todo, que seas feliz. Y no te preocupes porque has hecho lo correcto. En el fondo me alegro que hayas venido. Por fin voy a poder pasar página de verdad.
Después de decir ésto, besé a Joan en los labios sin saber por qué y entré en casa. Desde la puerta vi cómo se marchaba. No estaba satisfecho, pero sabía que no volvería a mí jamás.

Entré en casa. Todos me miraron.
- Estoy bien, ¿vale? No quiero volver a hablar del tema.- Dije un poco antipática.
Subí a mi habitación, no quería que nadie me molestase, aunque sabía que eso no iba a suceder. Pegaron a la puerta.
- Pasa- Dije sin saber ni siquiera quién había detrás de la puerta.
- Eh, ¿cómo está?- Preguntó Villamil y cerró la puerta tras de sí.
- Estoy bien- Dije secamente.
- ¿Sabe que hablando se queda uno mejor , verdad?- Dijo.
- Sí, pero yo no he pedido hablar con nadie.- Dije de muy malas formas.
- Bueno, si me va a tratar así mejor me voy- Dijo.
- Ay no, lo siento. Quédate por favor. Estoy enfadada y lo he pagado contigo.- Dije agachando la cabeza.
- No importa, venga aquí.
Abrió los brazos para que lo abrazara y abrazara. Así nos quedamos un rato.
- Juan Pablo- Susurré.
-Dígame- Dijo.
- Creo que por fin voy a poder superar todo esto, en realidad me alegro que haya venido.
- Eso es bueno Lía, pasar página es la mejor forma de empezar una vida que de verdad queremos.
- Gracias por estar siempre cuando te necesito.- Dije y lo abracé con más fuerza.

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