33.No es mi voluntad

778 52 11
                                    

Me desperté, estaba en la habitación de Isaza con una sábana echada por encima.

-¿Cómo se encuentra?- Me preguntó Isaza.
- ¿Todavía no he muerto? Mierda- Dije.
-¿Puede dejar el sarcasmo por un momento?- Preguntó.
- Me encuentro bien, un poco floja pero bien.- Dije.

Me levanté de la cama.

- ¿Dónde va?- Preguntó Simón.
- Ostras no sabía que estabas aquí- Dije sobresaltándome.
- Lía siéntese- Dijo Isaza - Queremos hablar con usted.
- Vaya, dadme otra alegría-Dije.- Contadme.
- Esto se os ha ido de las manos- Dijo Isaza.
- Lo sé- Dije- Pero la verdad es que yo no quería nada de esto.
-¿Lía por qué se desmayó?- Preguntó Simón.
- Pues por un ataque de ansiedad, no es el primero que me da- Dije encogiéndome de hombros.
-¿La llevamos al médico?- Preguntó Isaza.
- No hace falta, ya estoy bien. Sólo necesito respirar un poco y no ver a ninguno de esos dos por un rato- Dije.
-¿Seguro que no nos está ocultado algo?- Preguntó Simón.
-¿Qué voy a ocultaros?- Pregunté.
- No sabemos, por eso le preguntamos- Dijo Isaza.
- Nunca os he ocultado nada a ninguno de los dos y lo sabéis, no entiendo a qué viene este interrogatorio absurdo y sin fundamento- Dije un poco molesta.
- Bueno no se ponga brava- Dijo Isaza- Está bien, sólo nos preocupamos por usted.
- Y yo os lo agradezco, en serio.- Dije.- Ahora lo que necesito es respirar un poco de aire libre.
- Lía, Nath nos ha dicho que se puede instalar en su casa sí usted quiere- Dijo Simón.
- Y la verdad es que lo vemos una buena idea, sólo tendría que venir a trabajar los días que le toque y no tener que ver más de lo necesario a Martín y Juan Pablo.- Dijo Isaza.- No la estamos echando, simplemente vemos que es lo mejor para usted.
- Y para ellos...- Dije.
- Ellos se van a tener que ver la cara todos los días y sin remedio- Dijo Simón- Usted tiene la oportunidad de no aguantar eso.
- Acepto, me voy con Nath- Dije.
- Ya la iremos avisando de los días que tiene que ir y a dónde, obviamente nos veremos antes- Dijo Isaza.
- Está bien, voy a ir a hacer la maleta- Dije y me dirigí a mi habitación.

Cogí la maleta, abrí el armario y empecé a sacar mis cosas. Me dolía ver las cosas de Martín e incluso el olor que desprendía su ropa. Intenté aguantar las lágrimas pero no pude. Me senté en el suelo a arreglar todo. Alguien entró a la habitación. Me di la vuelta y vi a Martín. Me sequé las lágrimas para que no me viese llorar.

- Lo siento, no sabía que estaba aquí- Dijo.
- No pasa nada, pasa. Yo casi me voy- Dije con la voz ronca y volviéndome a secar las lágrimas.

Martín dejó la puerta abierta y se dispuso a hacer lo que tenía que hacer. Yo no paraba de limpiarme las lágrimas, me dolía tanto lo que estaba pasando que no podía aguantar. Martín me miró con los ojos llorosos. Tuvimos que terminar un momento muy bonito que habíamos vivido juntos y eso nos hacía sufrir.

-¿Dónde se va?- Me preguntó.
- A casa de Nath- Dije aguantando las lágrimas.
- Siento que esto haya llegado tan lejos, Lía- Dijo Martín.
- Y yo Martín, y yo- Dije.

Empecé a llorar a moco tendido, Martín se sentó a mi lado y me abrazó. Comenzó a llorar.

- Lo siento, lo siento- Dije sin parar de llorar.
- Perdóneme por haberla hecho sufrir tanto- Dijo.

Me abracé a él más fuerte. Cómo lo necesitaba y sabía que tenía que dejarlo ir, que aquello nos hacía daño a los dos. Me levanté del suelo. Ninguno paraba de llorar, escucharlo con el corazón encogido me hacía más daño todavía. Simón entró en la habitación y se quedó mirando el panorama con tristeza.

- Lía nos tenemos que ir, ¿está lista?- Preguntó.

Asentí entre sollozos, besé a Martín en la cabeza y salí fuera. Simón se encargó de coger mis cosas. Isaza estaba fuera.

- Ay Isa- Dije llorando y lo abracé.

De repente Juan Pablo salió de su habitación, nuestras miradas se cruzaron. Le volví la cara, le di un beso a Andrea y otro a Isaza. Martín salió de la habitación corriendo y me abrazó fuerte.

- Martín no lo hagas más difícil, por favor- Dije llorando.
- Lo siento, lo siento- Dijo.
- Lo sé. No te tengo rencor, te lo juro pero necesitamos curarnos, ¿vale?- Dije.

Me aparté de él y salí de la casa, dejé a Martín destrozado. Volví a mirar a Villamil, me miró con tristeza. Le sostuve la mirada. Quería que viese que nos había destrozado, que había hecho que su amigo estuviese mal, que jamás me iba a tener y que lo odiaba con todo mi corazón. Se volvió a meter en su cuarto y yo me fui con Simón.
..................
Llevaba una semana en casa de Nath, la verdad es que me había sentado bastante bien estar allí alejada de los chicos. Las noches, como siempre eran bastante duras, pero Nath cuando me escuchaba llorar venía, se acurrucaba conmigo en la cama y me calmaba. Nath estaba siendo un apoyo muy grande para mí en aquellos momento, al igual que Andrea, que venía todos los días a verme.

Estábamos desayunado las tres tranquilas, Andrea había pasado la noche con nosotras. Empecé a encontrarme mal, fui al baño corriendo y empecé a vomitar. Nath y Andrea salieron corriendo detrás mía. Terminé y me senté en el suelo.

- Lía, ¿qué le ha ocurrido?- preguntó Andrea.
- No lo sé, me he empezado a marear y me han entrado ganas de vomitar- Dije.
-Lía, ¿lleva así muchos días?- Preguntó Nath.
- Pues hará dos o tres semanas, no lo sé. Me dan náuseas y mareos.- Dije.
- Lía, ¿desde cuándo no le baja el periodo?- Preguntó Andrea.
- Pues dos meses, pero es que yo siempre la he tenido muy descontrolada, ¿pero a qué viene esta pregunta?- Dije.
- Lía...- Dijo Nath.

De repente caí en la cuenta.

- Oh no. No jodas, no jodas- Dije echándome las manos a la cabeza- No puedo estar embarazada, ahora no por favor.

Punto Y Aparte #1Where stories live. Discover now