35.El pasado no es amigo del presente

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Salí de la finca lo más rápido que pude, Villamil salió corriendo tras de mí.

-¡¿Cómo que se va?!- Gritó a mis espaldas.
- Pues como que me voy,¿ qué no entiendes de eso?- Dije parándome y dándome la vuelta.
- Lía no se puede ir, por favor.- Dijo.
-¿Por qué no?- Pregunté.
- Porque ya tiene hecha su vida aquí, me moriría si se va por mi culpa- Dijo.
- Mi vida no está hecha en ningún sitio Juan Pablo. ¿No te das cuenta? Huí de España porque no soportaba el dolor. Y ahora me tengo que ir de aquí por el mismo motivo, necesito salir de aquí, necesito no verte más- Dije entre lágrimas- Te juro que me duele más a mí que a tí. Te tengo miedo, tengo miedo a enamorarme de ti. No puedo perderte otra vez, mi corazón no lo soportaría. Necesito curarme. Juro que no es para siempre, pero en serio no sabes lo que duele verte y no poder sentir nada más que rabia, rabia porque lo estropeaste todo y sin motivo.
- Y me arrepiento todos los días de eso, me arrepiento de haber sido el mayor imbécil del mundo, me arrepiento de haberme callado cuando tendría que haber dicho todo lo que sentía por usted. Me arrepiento de haberla dejado sola cuando me necesitaba. Pero juro que si se queda le daré todo lo que no le he dado, juro que reviviremos aquellos momentos que pasamos, juro cumplir todas mis promesas, juro que no volverá a sufrir. Olvidémoslo todo y empecemos de nuevo.- Dijo con la voz quebrada.
- Juan, lo siento- Dije y me di la vuelta para irme.
- La amo...- Dijo.

Me paré, aquellas palabras habían llegado como mil cuchillos a mi corazón. Cerré los ojos un momento y sin mirar atrás, seguí mi camino para no volver.
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Estaba en silencio, todos me habían acompañado al aeropuerto para despedirse de mí. Miré para todos lados con la esperanza de que apareciese, con la esperanza de que no me dejase ir aunque le había dicho lo contrario.

- No va a venir- Dijo Simón.

Me encogí de hombros tristemente.

- La vamos a echar muchísimo de menos- Dijo Isaza.
- Y yo a vosotros Isa...- Dije aguantando las lágrimas.
- Promete que me llamará todas las semanas- Dijo Martín.
- Te lo prometo - Dije.

Simón me abrazó.

- Todavía está a tiempo de quedarse- Me susurró.- No sea orgullosa y ve a por él.

Me abracé a él fuerte y empecé a llorar.

- No puedo- Dije.
- Sí que puede, y lo peor es que quiere, pero el orgullo y el dolor la han dejado ciega del todo- Dijo.
- Simón, para por Dios- Dije secándome las lágrimas.
- Sabe que solo quiero ayudarla- Dijo.
- Lo sé cielo, lo sé.- Dije- Bueno, tengo que irme. Os quiero chicos.

Me dispuse a caminar, me quedé parada por unos segundos. Pensé en darme la vuelta y volver a casa, aquella casa que durante casi dos años había sido mi hogar. Pensé en Sofía y Alejandro, me lo habían dado todo y yo a la primera de cambio me había ido de su lado. Luego pensé en los chicos, mis tres chicos. Ellos me habían dado la felicidad sin medida, sin pedir nada a cambio, y también los dejaba atrás. Y luego estaba Villamil, me dolía simplemente escuchar su nombre. ¿Me estaba equivocando? ¿Había elegido la puerta equivocada? ¿Estaba tan ciega como decía Simón? Lo único que sabía era que estaba dolida y que con lo que estaba haciendo iba a salir más herida de lo que ya me iba. Después de todos aquellos pensamientos, me subí al avión sin mirar atrás.
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Llegué a Madrid, me instalé en un pequeño piso. Otra vez estaba allí y otra vez estaba sola. Llamé a mi madre para decirle que ya había llegado. Las trece horas de avión habían sido horribles. No había dormido nada porque mi cabeza no paraba de darle vueltas a todo. Cerraba los ojos y veía a Juan Pablo, todo aquello se me iba a costar muchísimo superarlo, pero había que hacerlo.
Organicé la casa. Puse la ropa en el armario y bajé a comprar algo de comida. El piso tenía tres habitaciones, una la utilizaría de vestidor y la otra como habitación de invitados. Mis padres llegaban mañana a Madrid para verme. Oh sí, tenía ganas de verles, pero también sabía que el tema de Villamil y Martín saldría y no tenía ganas de pensar en ello.
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- No deberías de haberte mudado allí desde un principio. Osea sales con uno y después el otro del que estabas enamorada va detrás tuya pero como te ha hecho daño vas y te vuelves a España. Tenías un trabajo allí y por temas personales lo dejas y te vienes aquí.- Dijo mi padre.
- Sí, ¿y qué?- Dije enfadada.
- Que no tienes dieciséis años Lía, que tienes veintitrés. Tu hermana a esa edad ya estaba prometida y con trabajo y tú mírate. Has estado con dos hombres en dos años y ahora vuelves a estar soltera.- Dijo mi madre.- Que madures Lía, que madures.
- Perdón por querer que mi vida sea una puta mierda- Dije con rabia- Os pensáis que yo elijo todo lo que me pasa. Ah sí, mirad yo elegí que Juan Pablo volviese con Gabriela y luego que por culpa del mismo Martín y yo lo dejásemos ah y que después de eso me creyese que estaba embarazada y luego que el maldito de Villamil siguiese dándome por saco.
-¿Cómo que creías que estabas embarazada? - Preguntó mi madre- Lía, no me esperaba esto de tí.
- Pues es lo que hay, nunca he sido la hija perfecta, para eso ya teníais a los otros cinco. - Dije.
- Te estás cavando el hoyo tú solita hija mía- Dijo mi padre.
- Mi pregunta es, ¿para qué habéis venido? Estoy harta de que siempre que os veo me echáis la bronca y me recordéis lo mal que va mi vida. Incluso la última vez me llegásteis a decir que la culpa de que Joan me dejara fue mía. ¿Vosotros creéis que es normal? En casi dos años que llevo en Bogotá, sólo os he visto en Navidad y encima os preguntáis por qué. Prefiero estar sola antes de que me hundáis más.- Dije entre lágrimas.
- Tienes razón, lo sentimos cariño,ven aquí.- Dijo mi madre y me abrazó.- En realidad estamos muy orgullosos de tí, simplemente nos preocupamos y no queremos verte mal.
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Llevaba diez meses en Madrid, las cosas me iban muy bien. Había superado lo de Juan Pablo. Llevaba sin hablarme con los chicos un mes, me sentía fatal, pero la diferencia horaria y el trabajo no me lo permitía. Había escrito casi un disco entero para un grupo de chicas colombianas. Me había inspirado en mi historia con Juan Pablo y eso había hecho que me curara aún más. Había salido un par de veces con un chico de la disquera pero a la segunda cita me di cuenta que aún no estaba preparada para salir con nadie. Las últimas noticias de los chicos eran geniales. Eran número uno en España y México, habían sacado unas cuantas canciones más y estaban listos para preparar el segundo álbum. Martín se había echado novia y Simón llevaba meses saliendo con Nath, al igual que Isaza que llevaba saliendo con Andrea bastante tiempo. De Juan Pablo no sabía casi nada, porque yo no preguntaba por él. Lo que sabía era porque Simón o Martín me contaban. Además de componer, me había dedicado durante unos meses a diseñar ropa. Hoy iba a buscar local para poder abrir mi propia marca. Martín estaba súper orgulloso de mí, pues le encantaba la moda, y eso me hacía muy feliz. Incluso me había ayudado con algunas gestiones y diseños. Llevaba sin verlos diez meses, diez meses que no habían sido fáciles, pero que me habían hecho crecer y madurar como persona. La relación con mis padres había mejorado muchísimo, de hecho siempre que podía me escapaba a Málaga para ver a toda mi familia.
Estábamos a lunes y el jueves iría a Málaga a visitarlos, este último mes había sido muy intenso y necesitaba descansar. Había cambiado todo tanto que incluso cambié el color de mí cabello y lo puse de un tono naranja.

Iba caminando por la calle dirección al local, llevaba los planos que me había diseñado Alejandro y llevaba también algunos diseños. Iba hablando por teléfono con mis padres porque seguramente tendría que alojarme en un hotel porque iban mis cuñados a ver a mis hermanas y me tocaba a mí ésta vez dormir fuera, pero no me importaba. Había decidido ir por el parque del Retiro porque era un camino más corto. Iba distraída y me choqué con una chica, todos mis papeles salieron volando.
-Lo siento muchísimo- Dijo aquella chica y empezó a recoger todo.
- Mamá te dejo.- Dije colgando- Lo siento yo, iba distraída y no te vi.
-¿Lía?- Dijo una voz masculina detrás mía.

Me di la vuelta, no podía ser verdad. No me habían avisado de nada.

- Martín- Dije con sorpresa.

Punto Y Aparte #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora