64. Los otros.

618 44 13
                                    

Los días siguientes fueron bastante extraños. Me limité a hacer compras de todo tipo y a ir al restaurante donde trabajaba David a comer. Comíamos siempre juntos, así yo no me sentía sola y él tampoco. Había decidido no hablarle a Simón de David todavía, yo sabía que solamente era un amigo con el que charlar y también con el que  ver las cosas de distintas formas, pero igual Simón pensaba que era otra cosa y me daba miedo.

Intentaba hablar con los chicos lo más mínimo, me sentía fatal y no sabía ni el por qué. Iba de camino al restaurante y sonó mi teléfono como hacía todos los días.

- Hola guapo- Dije un poco nerviosa.
- Cuéntemelo ya- Dijo.
-¿Qué? ¿Qué te tengo que contar?- Pregunté nerviosa.
- Lía, no me tome por idiota- Dijo con un tono duro.

Suspiré.

- Verás he conocido a un chico...- Empecé a decir.
-¿Co- Cómo?- Preguntó.
-¿Lo ves? Por eso no te quería contar nada- Dije enfadada.
- No, venga. La escucho- Dijo aclarándose la garganta.

Le resumí que llevaba durante las dos semanas comiendo con David y que solamente era un amigo, que ni siquiera habíamos quedado fuera del restaurante. Simón se limitó a decir solamente: Ajá.
Me estaba poniendo nerviosa.

- No te debería de haber contado nada- Dije enfadada.
-¿Qué? ¿Por qué? - Preguntó.
- Me estás juzgando, te conozco- Dije en el mismo tono.
- No lo hago- Dijo con calma- Simplemente que no me fío mucho de que pueda...

Se calló.

Entré al restaurante y me senté donde siempre, sin pensar en que David podía escucharme.

-¿De que pueda qué Simón?¿De que pueda tirármelo? Fue tu amigo de los cojones el que me hizo prometer que si  conocía a alguien, que fuera a por él así que si pasara sería por su culpa- Dije alterada.
- No le eche la culpa, si usted hace algo con el tipo ese, será porque usted quiso- Dijo en modo de regaño.
- He venido aquí a olvidarme de él, si pasa no me voy a sentir mal- Sentencié, pero realmente no era lo que mi corazón decía.
- Lía sí hace algo se va a arrepentir- Dijo- Sólo lo hará por despecho.
-¿Y? Ya soy mayorcita para saber lo que tengo o no tengo que hacer. Pero el punto es que es solo un amigo y que deberías de alegrarte de que no estoy aquí llorando por todos los rincones. Sí, me siento más sola que en mi vida y os echo de menos a todos y eso lo incluye a él pero necesitaba vivir otra vida antes de volver a mi puta realidad. La realidad de que no puedo estar con el hombre que quiero porque mi puta cabeza no me lo permite.- Dije con lágrimas en los ojos- Además a saber si él no ha conocido a alguien ya.

Hubo un silencio por parte de Simón.

- Simón no me jodas- Dije entre sollozos.
- No, yo emm...- Dijo sin saber qué decirme.
-¿Quién es?- Pregunté.
-No Lía- Dijo.
-¡Qué me lo cuentes!- Grité.

Idiota,calma. Estás en un restaurante- pensé.

- Sólo sé que estudian juntos, no-no creo que haya pasado nada más- Dijo con preocupación.
- Puta madre, puta madre- Dije sin parar de llorar.
- Lía...- Dijo casi en un susurro- Usted también...
- Adiós Simón- Dije y colgué.

Me puse las manos en la cara y seguí llorando. Gracias a Dios la gente ya se había ido, como de costumbre sólo quedaban los que trabajaban allí. Sentí una pequeña caricia en la cabeza . No levanté la cabeza, seguí llorando.

- Shhh, tranquila. Ya pasó- Dijo David.

Noté que se ponía de cuclillas a mi lado y poco a poco hizo que quitara mis manos de mi cara e hizo que lo mirara. Yo tenía los ojos cerrados pero me abalancé sobre sus brazos y hundí mi cabeza en su hombro mientras rodeaba su cuello con mis brazos.
Él me susurraba que todo iba a ir bien mientras acariciaba mi melena.

Punto Y Aparte #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora