Pedido de esthervelasquez2020
—¡Siguiente ! —Exclamó el joven doctor desde el interior de aquella habitación mientras observaba a su penúltimo paciente del día salir.
Finalmente... El último turno de la semana. Ya podía oír a su cama, llamándolo para que se acostase durante los últimos dos días, durmiendo y descansando como correspondía. A pesar de amar su trabajo como doctor, se sentía agotado... ¿Cómo no hacerlo? Tenía que encargarse de operaciones de gran riesgo, jefe de cirugía, tutor y, si no tenía nada que hacer, debía ejercer como médico de diagnóstico... ¡Maldita sea con esos tipos que decidieron ponerse de acuerdo para pedir vacaciones a la vez!
La puerta se abrió, provocando que el joven doctor despertara de sus pensamientos. ¡Sólo un paciente más! Al darse la vuelta, sus ojos se abrieron desmesuradamente y se apresuró a cerrar la puerta tras aquella persona. ¡Ojalá no se hubiera dado cuenta nadie! Rápidamente se volvió, observando a la chica que estaba de pie frente a él, sonriendo casi con inocencia.
—¡¿Qué demonios haces aquí?! ¡Sabes que no puedes ser vista por nadie de la familia! —Reprochó el doctor Law a la joven, reflejando la molestia en su rostro.
—Tranquilo. Sabía que Baby 5 estaba de turno en la recepción, así que simplemente le pedí que no dijera nada.— Respondió la chica, sonriendo segura de sí misma.
—¡¿Baby 5?! ¡¿Estás loca?! ¡Si alguien llega a preguntarle sobre ti, ella va a hablar sin dudarlo! —Respondió molesto.
—¿Y qué van a decir? "Oye, Baby 5-ya... ¿Has visto a una chica de cabellos ___ (c/c), ojos ___ (c/o), usando un vestido negro de tirantes hoy al final del turno de Law?" —La chica sonrió de lado, como si retase al joven médico.
—Nadie le va a preguntar algo tan específico.
—Entonces ella no va a decirles nada sobre mí. —Suspiró ante su respuesta.
—A veces no entiendo cómo es que estoy contigo, ___-ya... —Dijo mientras se alejaba lentamente, rascando su cabeza por la molestia que sentía.
—Porque te gustan mis estupideces... Y porque sabes que no tengo miedo a Doflamingo o cualquiera de los demás.
A pesar de equivocarse a menudo, Law supo que ella tenía la razón esa vez... Desde que Donquixote Rosinante lo adoptó, el resto de la familia se había encargado de protegerlo constantemente, incluso intentando apartar las malas influencias para asegurar el bienestar del joven... Aunque no pudieron deshacerse de todos, como fue el caso de Monkey D. Luffy junto a su banda, Eustass Kid, Killer y su grupo más cercano, con Bepo a la cabeza.
Por si fuera poco, se encontraba en una situación un tanto delicada, pues su familia estaba intentando obligarlo a comprometerse con una joven de familia influyente para asegurar su bienestar en caso de cualquier desastre... Claro, pensaban en lo mejor para él a la hora de sobrevivir, no en sus sentimientos.
—(Si no fuera por ___-ya, me habría resignado...) —Pensó mientras apoyaba su rostro en el escritorio ni bien terminó de sentarse.
—Otra vez están intentando obligarte sobre la boda, ¿cierto? —Preguntó preocupada la chica, acercándose al joven mientras masajeaba sus hombros, intentando relajarlo un poco.
—Sí... Doflamingo-ya vino temprano para hablar conmigo... Dijo que quería lo mejor para mí por ser su sobrino.
—¿Y? ¿Qué pasó?
—Estoy obligado a conocerla esta noche.
—Ya veo... Entonces te dejaré tranquilo... —Respondió la joven mientras se dirigía a la puerta, extendiendo su mano hacia el picaporte.
Rápidamente Law se puso de pie, sosteniendo su muñeca con algo de fuerza. Antes que la chica pudiera decir algo, el joven la tomó de su mentón y besó con fogosidad, desesperado por volver a sentir sus suaves y dulces labios... Sí, podía ser molesta a veces, pero la amaba con locura, hasta el punto de plantearse huir con ella... Lejos, donde nadie nunca pudiese separarlos.
Abrazándola contra sí mismo, comenzó a retroceder con torpeza hacia su escritorio, buscando a tientas su sillón con la mano hasta finalmente encontrarlo, dejándose caer sentado sobre este con ___ en sus piernas, aún sin separar sus labios. Sus manos, impacientes y desesperadas por aquel cálido contacto humano, acariciaban con devoción sus voluptuosos muslos. Los dedos de la chica, se aferraban a las ropas del mayor, arrugándolas por la creciente excitación.
—(Law... Me volviste adicta a ti...) —Pensó para sus adentros la joven.
Poco a poco, la ropa fue siendo apartada o directamente lanzada al otro lado de la habitación, hasta dejar a la chica en prendas interiores y al médico tan sólo con los pantalones abiertos, dejando a la vista su erección. El cuello de ___ estaba decorado con marcas rojizas provocadas por la boca Law, además de alguna que otra mordida nueva que sobresalía por sobre las antiguas. La espalda del doctor tenían marcas de arañazos; antiguos encuentros apasionados de la pareja.
Los dos jóvenes se fundieron en un beso largo demandante, donde sus lenguas danzaban con erotismo mientras la chica tomaba el endurecido miembro de su amado mientras lo guiaba a su húmeda entrepierna, para finalmente introducirlo en su cálido y palpitante interior. La habitación fue llenándose poco a poco de suaves gemidos, gruñidos y susurros de eróticas palabras.
—Law... No sabes cuanto te amo... —Gemía suavemente la chica, moviendo sus caderas lentamente, sincronizando su movimiento con el del doctor.
—Y yo a ti, ___-ya... No sabes cuán loco me vuelves... —Gruñía el joven, moviendo sus caderas, profundizando aquellos apasionados besos que su miembro le daba en el interior a su amada.
¿Qué haría sin ella? Se preguntaba el joven mientras observaba embelesado a la mujer que lo obsesionaba tanto. Sus pechos rebotaban ligeramente cada vez que descendía sobre la virilidad de su amado, el sudor que perlaba su cuerpo la hacía brillar ante la luz nocturna de la luna, sus cabellos ___ (c/c) parecían danzar sobre sus hombros, sus ojos ___ (c/o) permanecían ocultos tras esos hermosos párpados decorados con sus finas pestañas.
—(Una obra de arte de la naturaleza...) —Pensó el joven doctor mientras la observaba.
Sabía que no era perfecta... Ante los ojos de cualquiera, ella era una mujer bastante normal, promedio, corriente... Pero para él, ella era la mujer más hermosa y sexy que nunca antes había visto. Alguien que le hacía sacar lo mejor de sí mismo, incluso cuando sentía que no podía seguir avanzando, ya fuese en su trabajo o en su hogar... Ella siempre estuvo allí para él.
—(Nos iremos juntos si no te aceptan, mi ___-ya...) —Juró en su corazón Law, observando su hermoso rostro.
Poco a poco los movimientos comenzaron a hacerse más rápidos y bruscos; ambos buscaban llegar a aquel paraíso del placer que solo ellos lograban dar al contrario... Law nunca había tenido una experiencia tan maravillosa hasta que conoció a ___... Y lo mismo con ella. La habitación se llenó de gruñidos, gemidos y susurros de amor entrecortados por sus jadeos.
Finalmente, llegaron al éxtasis, rozando el paraíso con los dedos. ___ sentía cómo su interior iba llenándose de gran calidez, mientras que el joven expulsaba su semilla, abrazando contra su pecho a su amada. Sin duda, esa era la mejor forma de terminar una semana agotadora y pesada... Haciéndole el amor a la mujer que lo completaba.
—___-ya, quiero que vengas conmigo esta noche. —Dijo el joven mientras ambos se vestían, sorprendiendo enormemente a la chica.
—¿Ir contigo? Pero si se supone que hoy tienes que juntarte con tu prometida...
—Al demonio con ella. Te presentaré a la familia. Si no quieren aceptarte, se joden. —Respondió Law, sonriendo de lado mientras abotonaba su camisa.
—Pero... ¿Qué pasará con tu matrimonio?
—Estoy decidido a casarme, pero solo contigo. —Sonrió Law, besando a su amada.
El viaje a la mansión de la familia Donquixote fue extremadamente tenso para el joven doctor... ¿Cómo reaccionarían todos? ¿Qué diría Cora-san? A pesar de estar decidido a casarse solo con ___, no podía evitar temer por lo que dirían su familia... Ellos lo recogieron de las calles, curaron su enfermedad, le dieron una vida llena de amor y lujos... Aunque a él tan sólo le interesaba el amor de ellos, no el dinero.
Finalmente estacionó su automóvil frente a la iluminada mansión de paredes rosa claro. Ya habiendo bajado del vehículo junto a ___, caminaron hasta la enorme puerta de caoba, la cual parecía más grande que nunca. El joven tragó nervioso, sus manos temblaron ligeramente al imaginar el peor escenario posible, a lo cual la chica entrelazó sus dedos con él, dándole a entender que, pasase lo que pasase, ella jamás lo abandonaría.
—(Es la hora...) —Finalmente abrió la puerta.
—¡Maldita sea, Law! ¡Ya era hora que llegaras! ¡Tu prometida está a punto de llegar y estás hecho un desastre! —No alcanzó a abrir la boca cuando su tío Doflamingo se abalanzó sobre él, tomándolo del brazo para llevarlo rápidamente al baño.
—Doffy, dale un respiro. Viene llegando. —Comprensible como siempre, Rosinante se atravesó en el camino de su hermano, cortándole el paso.
—Ahora no es el momento de ser pacientes, Rosinante. Law tiene que dar una primera buena impresión, no es tiempo de dormir. —Respondió el mayor.
—(¿Desde cuándo demonios eres mi padre, Doflamingo-ya?) —Preguntó para sus adentros el joven, siendo arrastrado por el rubio.
Law sabía que Doflamingo podía ponerse bastante defensivo cuando tuviera que tratar con un tema relacionado al bienestar de cualquier miembro de la familia... ¿Cómo olvidar cuando Baby 5 se casó con Sai? El rubio estuvo interrogando al tipo por casi una semana completa... ¡Sin parar! Al final tuvo que ceder gracias a la presión del resto de los integrantes, sino había seguido hasta el fin de los tiempos.
—Sí. Hola. ¿Y los demás?
—Bienvenido, Law. El resto están quedándose tarde en la empresa esta vez... Están tan entusiasmados con la boda que decidieron buscar miles de opciones para hacerla lo mejor posible, así que mañana tendremos que revisar una lista interminable... —Respondió alegremente Rosinante, bajando su tono feliz poco a poco al pensar todo el trabajo que tenía por delante.
—¡Ve a cambiarte de una vez, Law! ¡Va a llegar en cualquier segundo! —Avisó Doflamingo, tenso por la situación.
—No va a poder hacer eso. Ya llegó. —Dijo Rosinante, provocando que Doflamingo soltase a Law y que el joven se quedase en shock unos segundos.
—(¡Mierda! ¡Tengo que presentarles a ___ antes que sea tarde!) —Rápidamente corrió hasta su amada, tomando su mano decidido a plantarle cara a su padre y su tío.
—¿Qué demonios? —Preguntó sorprendido Doflamingo.
—Doffy-ya, Cora-san... Les presento a mi novia y futura esposa, ___-ya. —Dijo el joven médico, mientras apretaba con suavidad la mano de su amada.
—¿...___...? —Preguntaron los hermanos al mismo tiempo, observándolos sorprendidos.
—Buenas noches, señores Doflamingo y Rosinante. —Respondió sonriendo la joven. —Siento haber llegado antes, pero decidí visitar a Law en su trabajo hoy.
—Eh... No te preocupes por eso, ___. Más bien dicho... Me sorprende que se conozcan, tomando en cuenta que íbamos a presentarlos hoy... —Dijo riendo el menor de los Donquixote.
A Law se le cayó la quijada al oír aquella conversación... ___... Conocerla... Esa noche... Llegar antes... Presentarlos... ¡¿___ era la mujer con la que querían casarlo?! Rápidamente miró a su amada, la cual solo sonrió como respuesta. ¡¿Por qué demonios no le dijo?! ¡Estaba preparado para desafiar a su familia por ella!
—Bueno... Para mí también fue una sorpresa cuando supe que me casaría con un desconocido... Así que decidí ver cómo eras desde lejos y... Bueno, soy feliz a tu lado, Law. No pude evitar enamorarme de ti. —Rió la joven, nerviosa y emocionada.
—...Solo avísame la maldita próxima vez. Casi me da un infarto cuando venía a enfrentarme a Doffy y Cora-san. —Respondió entre susurros el doctor.
—¿Ellos? Pero si ellos estaban decididos a cancelar la boda si llegabas a oponerte. —Aquel comentario sorprendió mucho al joven. —A ellos les importa más tu felicidad que cualquier otra cosa.
Sin decir más, se adentró en aquel lugar. Law se quedó en silencio, observándola durante unos segundos... Estaba preparado para perderlo todo... Y aún así, nadie iba a dejar que él sufriera o viviera infeliz... Querían su felicidad y su bienestar... En ese momento lo supo... No sólo iba a casarse con la mujer que amaba con todo su ser... Sino que se había dado cuenta que su familia siempre estaría allí para él... Sin duda, tendría una vida muy feliz.