Pedido de Levity_D
—¡Franky! ¡Llegaron los materiales!— Grito con una sonrisa en mi rostro, sabiendo que estará feliz.
Vuelvo a martillar los clavos del navío que estamos construyendo, puedo observar mis manos llenas de ampollas... Rasposas y llenas de cicatrices. Tan contrarias a las de una chica común... Pero no me molesta, porque no son las manos de una mujer promedio, sino de una carpintera que puede trabajar en lo que ama junto a su esposo. Una actividad que ambos pueden disfrutar y fortalecer aquel vínculo que los unió hace tantos años.
—¡Franky! ¡Date prisa!— Vuelvo a insistir y oigo una gran explosión. Río para mis adentros, sabiendo que él estará bien.
—¡Ya era hora! ¡Creí que nunca llegarían!— Veo a Franky acercándose alegre, corriendo hacia los materiales. Río en silencio al ver su rostro con algunas piezas de metal al descubierto.
—Franky, te falta una mejilla.— Me acerco a él, dejando los clavos sobre una caja cerca de mí.
—¿En serio? La explosión debe haberla arrancado...— Con una de sus grandes manos acaricia aquel lugar, notando que falta un pedazo de su piel.— Maldita sea...
—No te preocupes. Apenas lleguemos a casa, volveré a coserte y estarás como nuevo.— Veo que sonríe.
—Eres tan amable... ¡Me alegro tanto de haberme casado contigo! ¡Eres una SÚPER esposa!— Río al ver que hace su típica pose, juntando sus antebrazos sobre su cabeza.
—¡Claro que soy súper esposa! ¿Qué dirían todos si vieran al mejor carpintero del mundo casado con una persona que no sabe la diferencia entre un clavo y un tornillo? ¡Por algo también soy la secretaria del dueño de "Franky's Workers"!— Guardo mi martillo en el cinturón que hizo especialmente para mí en nuestro primer aniversario.
—¡Franky! ¡___! ¡Dénse prisa o nosotros seremos quienes abran la caja con los materiales!— Me doy la vuelta, encontrando a Mozu, Kiwi y el resto de la familia Franky con palancas en sus manos, listos para abrir la caja.
—¡Ni hablar! ¡Yo los abriré!— Veo a mi esposo correr a la caja, listo para abrirla con sus propias manos.
Río nuevamente, avanzando tranquilamente hacia ellos, preparada para un nuevo día de arduo trabajo. Todo ha cambiado mucho desde que Franky volvió a Water 7 después de su gran viaje en el mar. Por muchos años estuvo como carpintero del segundo Rey de los piratas "Monkey D. Luffy", encargándose de cuidar y reparar al legendario barco "Thousand Sunny", mismo navío que construyó junto al alcalde Iceburg... El hombre que logró hacer flotar a la isla que poco a poco era sumergida en el océano.
—(Se nota que lo extraña...)— Sonrío con algo de tristeza al ver a mi esposo abriendo la caja, entusiasmado como un niño que ha recibido juguete nuevo.
Cuando finalmente estalló aquella gran guerra después de llegar a la legendaria isla final y su capitán dio por finalizada aquella aventura, todos los miembros de su tripulación habían cumplido sus sueños, por lo que volvieron a sus hogares. Poco tiempo después él fue ejecutado ante la mirada del mundo, repitiendo las mismas palabras que su predecesor e iniciando una nueva era pirata... Recuerdo que Franky lloró con más fuerza que nunca... Reía y se lamentaba a la vez... Fue la primera vez que vi a mi esposo llorar con tanta fuerza... Hasta el punto de no tomar un martillo en aquella jornada.
—¡Por fin la sierra nueva! ¡La antigua no cortaba ni un mendrugo de pan!— Grita Zambai mientras levanta la herramienta.
—Traeré a Sodom y Gomorrah para que nos ayuden a poner el barco en el agua. Es mejor asegurarnos que flote antes de tenerlo listo.— Dice Tamagon mientras camina hacia las casas que construimos para esos dos King Bull cerca de nuestro nuevo hogar.
—¿Acaso insinúas que uno de los barcos de MI mujer podría hundirse?— Río al ver a Franky molestarse ante las palabras de Tamagon.
—Estaba hablando del que nosotros solos armamos, no tú, Franky-aniki.— Responde Tamagon con una sonrisa en su rostro.— Armar un barco desde cero no es lo mismo que desmantelarlo hasta los clavos.
Es cierto, ellos aún están aprendiendo a ser verdaderos carpinteros, aunque Iceburg les estuvo enseñando, es algo completamente distinto hacerlo sin órdenes ni supervisión de alguien que realmente sepa, como nosotros tres. Observo a Franky y el resto de la familia, agradeciendo estar viva... Ser una pareja feliz cuyo matrimonio ha traído felicidad a ambos. No me importaría tener que vivir en la chatarra si con eso significa poder estar al lado de mi amado esposo hasta el fin de nuestros días.
—Franky... He escuchado rumores...— Susurro en la oscuridad de la noche, con mi cabeza apoyada en su pecho, ambos acostados en nuestra cama.
—¿Rumores? ¿Qué tipo de rumores?— Pregunta, acariciando mi hombro con sus grandes y heladas manos metálicas... Manos que aprendí a amar a pesar de su falta de calidez.
—Dicen... Que el gobierno mundial podría venir a arrestarte... Por construir el Thousand Sunny y ser parte de los Mugiwara...— Susurro cada vez más bajo, temiendo de esos rumores.
—¿Desde cuándo haces caso a rumores, ___?— Ríe por mis palabras, pero deja de hacerlo al ver que no imito su actuar.— Hey, hey, no llores...— Con cuidado limpia mis lágrimas, las cuales no dejan de brotar.
—¿Y qué pasa si es cierto, Franky? ¿Qué pasará si vienen a llevarte? Si... Si pasa lo mismo que con Tom... ¡No quiero que te pase nada!— Sus manos se aferran con cuidado a mis mejillas, acercándome a su rostro.
—___, todo estará bien. No vendrán a buscarme... Y si lo hacen, lo aceptaré porque es cierto. Construí el barco que conquistó los mares, sé del arma ancestral Plutón, fui parte de los Mugiwara y perfeccioné aquello que Vegapunk no pudo. No voy a negar nada, estoy orgulloso de todo en mi vida... Si tengo que ser llevado a Enies Lobby y ser ejecutado como él, lo haré orgulloso con un Don.
—Pero ya no estaremos juntos... No podré volver a verte nunca más...— Acaricio sus heladas manos metálicas... Manos que me han protegido tantas veces... Que me han abrazado y transmitido su calor a pesar del frío metal.
—Estuvimos gran parte de nuestras vidas sin conocernos, ___... Ahora que estamos juntos sé que será difícil el separarnos... Pero será algo temporal. Yo creo que volveremos a vernos, sea cuando estemos viejos... Sea cuando nuestros ojos se cierren para siempre. Si parto primero, estaré esperándote, listo para oír orgulloso todas tus hazañas. Sean barcos de la marina, del gobierno, de piratas, pesqueros o simples cruceros... Muéstrale al mundo que tú puedes sobrepasar al legendario Cutty Flam y llegar aún más lejos.
Lo abrazo con fuerza, ambos quedamos despiertos toda la noche... Él consolándome, recordando cuando nos casamos y fundamos "Franky's Workers"... Y yo temiendo en silencio por esos rumores... Rezando porque no sean más que mentiras o ideas erróneas... Que no seamos separados por el destino que a veces recompensa a quienes lo retan... Que a veces castiga a quienes lo aceptan...
—¿___?— Detengo mi martilleo, dándome la vuelta, encontrándome con el alcalde Iceburg un tanto sorprendido, preocupado.
—Iceburg-san. Es bueno verte... Siento si no tengo nada para ofrecerte, pero no he tenido tiempo de preparar la comida hoy... Le pediría a la familia, pero no vinieron hoy.— Me doy la vuelta, volviendo a trabajar duro en el barco.
—___... ¿Qué haces?— Oigo sus pasos, acercándose a mí.
—¿Acaso no es obvio? Es un barco. Eres el alcalde de Water 7, presidente de la Galley-La Company, aprendiz de Tom-san... ¿Y no reconoces un barco cuando lo ves? Deberías volver a estudiar.— Sigo martillando, sin apartar la vista de mi trabajo ni un segundo.
—Sabes que no pregunto por eso, ___.— Continúa acercándose.
—¿Qué es lo que preguntas, entonces? Estoy trabajando, eso es lo que he hecho desde... Bueno, desde hace muchos años.— Sigo con el trabajo, sé que está al lado mío. Mi cabello ___ (c/c) cae sobre mi rostro, evitando que vea nada más que sus zapatos.
—¿Por qué estás trabajando, ___? No deberías estar haciéndolo en esta situación...
—Porque es deber de un carpintero de Water 7 construir un barco, pase lo que pase.— Respondo, martillando sin detenerme.
—El que los haya contratado entenderá que no puedes trabajar así, ___... Deja que mi compañía se haga cargo... Ahora no es tiempo de construir...— Veo que me quita el martillo con cuidado.— Ese clavo ya ha sido golpeado mucho más de su límite, ___.
—¿Y qué tiempo se supone que es? ¿De beber hasta que no pueda más? ¿De encerrarme en mi casa hasta que se hunda con el Aqua Laguna? ¡¿De patear la chatarra que encuentre en mi camino?! ¡¿De lamentarme porque el destino es una mierda?!— Lo miro, gritándole con los ojos empapados en lágrimas.
—De darte tiempo por la pérdida... Como el resto de la familia... Como yo... Franky era mi hermano de la vida... Era el salvador de la familia... Y era tu esposo, ___... Apenas ha pasado un día desde que se lo llevaron como a Tom... Sólo que esta vez no hay un Mugiwara para que lo saque de Enies Lobby.— Veo sus labios temblando, intentando no llorar.
—¡¿Y qué quieres que haga, Iceburg?! ¡Él se fue! ¡Franky se fue y esta vez no va a volver! ¡Cumplió su sueño de crear un barco que conquistara los mares! ¡Se marchó alegre, diciendo estar orgulloso de haber hecho todo con un Don!— No puedo dejar de gritar, llorando de dolor...— ¡El llorarlo no me lo traerá de vuelta!
—Ya es suficiente, ___...— Siento que me rodea con sus brazos, obligándome a ocultar mi rostro en su pecho.
No puedo seguir soportándolo... Este dolor que me destroza por dentro... Comienzo a llorar aún más, gritando una y otra vez el nombre de mi amado, sufriendo por su partida... Caigo de rodillas sobre la chatarra, Iceburg se arrodilla, aún sin soltarme de ese abrazo... Mis manos se aferran a su traje, apretándolo con fuerza mientras mi garganta desgarrada llena la bahía con lamentos...
—¡FRANKY! ¡¡FRANKY!! ¡¡¡FRANKY!!!— Grito una y otra vez su nombre, como si aquello fuera a devolverme a mi amado...
Pero no es así. Él no volverá... Porque el gobierno mundial ha venido por él... Por haber construido el Sunny... Por saber de Plutón... Por ser un Mugiwara... Por vivir orgulloso con un Don... Ayer se fue... Con una sonrisa en sus labios... Prometiéndome volver a vernos algún día... Partiendo en aquel Umi Ressha y perdiéndose en aquel mar que su mayor obra fue capaz de domar...
—¡___! ¡Date prisa!— Grita un joven, lo veo haciendo señales para que vaya de una vez.
—¿Estás segura de esto, ___? ¿Realmente es esto lo que quieres?— Oigo que pregunta Iceburg a mis espaldas, provocando que me de la vuelta.
—Totalmente... Nunca he estado más segura.— Sonrío decidida, sosteniendo en una de mis ancianas manos la caja de herramientas de mi difunto esposo.— Sé que Franky estaría feliz de ver esto.
—Seguro que sí...— Suspira, sonriendo con algo de tristeza.
—Cuídalos por mí, Iceburg-san. Pueden ser estupendos carpinteros ahora... Pero se que aún necesitan a un guía.— Miro a la familia detrás de él, varios llorando con la misma exageración que mi amado lo hacía en vida.
—Lo prometo, ___.
—¡Vamos, ___! ¡Que nos espera la siguiente isla!— Grita nuevamente aquel chico.
—¡Ya voy, capitán!— Veo que la espadachín lo regaña por su impaciencia, al igual que el médico y la cocinera.
—¿Estás segura que ellos podrán dar la vuelta al mundo?— Pregunta, observando al joven capitán pirata.
—Tengo un buen presentimiento con ellos.— Sonrío decidida, echándome al hombro la caja de materiales y el bolso con mi ropa.— Voy a asegurarme que el "Cutty Flam" sea un barco adecuado para el próximo rey de los piratas.
—Sabes qué pasará cuando vuelvas... ¿No?— Pregunta con preocupación y tristeza.
—Lo sé, pero eso no sucederá hasta que mi aventura termine. Y, cuando sea hora, Franky estará allí, esperándome... Y nos iremos juntos con un Super Don.— Y sin decir más, subo al único barco que hice después que mi esposo partió.
FIN