Pov Calle
Días después
Hoy era el concierto de Camila, tenía que presentarse en el Staples Center para dar así inicio a su gira por Latinoamérica, estaría un par de meses dando varios shows y entrevistas; le pedí a Raúl que la acompañara como miembro de la empresa y el aceptó gustoso.
Lo que más me alegró de todo eso fueron dos cosas, la primera que Lauren la acompañaría también, tenía que promocionar su single y fue ideal que concordaran sus fechas, quizás no estarían tanto tiempo juntas como el que me gustaría pero al menos sería el suficiente para saber si por ahí tenía la posibilidad de alejarla de Poché y hablando de Poché, eso me lleva al segundo motivo de mi felicidad, ella no acompañará a su novia está vez.
Aunque no sé muy bien el motivo por el cual decidió eso, lo único que supe fue que Valentina no quería quedarse sola. De igual forma, sea lo que sea, me dedicaré estos meses en poder conquistarla de nuevo. Espero que todo pueda salir bien.
Otro suceso relevante es que en mi lista de trabajadores se añadió un nombre más, una vieja amiga, Kim De Sutter; estará trabajando en la parte de finanzas y llegó a nosotros gracias a Juliana que la recomendó. Por supuesto, después de ver su hoja de vida no dudé en contratarla, era muy talentosa con lo que hacía.
Curiosamente la mayor parte de mi vida en Bogotá se estaba mudando a Los Ángeles y eso me llenaba de buen humor, además que gracias a la relación con Valentina, los acercamientos con Maria José ya no son del todo traumáticos como antes.
Nos encontrábamos todo el equipo de Stream of Dreams en la parte baja del recinto, una zona VIP. Yo insistí en verlo desde el palco pero los demás quisieron "sentir" la emoción de estar entre el público, obviamente ahí estaba la peliazulada, a 6 personas de mí, pero estaba. A veces sentía su mirada sobre mí pero cuando volteaba a verla ella estaba haciendo otra cosa.
Las luces se apagaron.
El concierto comenzó.
All these Years fue con la que abrió el show, ella iba a cantar parte de sus éxitos viejos y de los actuales. Decir que aquel lugar se vino abajo es poco, definitivamente los camilizers eran poderosos.
Ya iba sonando la sexta canción y mis ánimos cada vez eran menores por la poca atención que podía obtener de la peliazul. Mis ganas de irme estaban en aumento, por eso me acerqué a Villa y le susurré que se quedará a cargo y que me avisara cualquier inconveniente.
Encaminé mis pasos al túnel que daba a la salida especial que tenía el recinto, una mucho más fácil y más rápida.
Al llegar a la camioneta estaba Mike con dos guardaespaldas.
— Señorita Calle ¿ya nos vamos?
— Sí, estoy cansada y necesito estar en mi cama con Ramón en éste momento.
— Muy bien, súbase mientras activamos el plan de seguridad –asentí subiendo a la parte de atrás, me quité la chaqueta de cuero que llevaba y recargué mi cabeza hacia atrás cerrando los ojos. Después de unos minutos una de las puertas se abrió abrirse y lo siguiente que sentí fue un cuerpo acomodándose a horcajadas sobre mí.
— ¿Qué demon...? –unos labios interrumpieron mis palabras y yo me dejé llevar al segundo que pude identificar aquel sabor, cerré mis ojos y llevé mis manos a su cintura atrayéndola más a mí. Su lengua jugaba desesperadamente con la mía, nos mordíamos los labios, nos saboreábamos. Sus manos se enredaban en mi cabello y las mías bajaban y subían por su espalda.
— No puedo sacarte de mi cabeza, Calle –dijo entre jadeos —¡Joder! me haces tanta falta que no puedo olvidarte, por más que lo intento.
— No lo sigas intentando, bebé –le contesté cortando el beso para sostener su rostro en mis manos y ver sus ojos —Déjate llevar por este amor, deja que te ame y que recuperemos todo el tiempo perdido.
— Bésame, Calle, bésame y hazme recordar porque fue que me enamoré de ti –volví a poseer su cintura esta vez con mis brazos abrazándola más a mí, el beso era desesperado, era necesitado, era con ganas, con infinitas ganas y con mucho deseo, podía sentir la lujuria emanando de su cuerpo.
— Te...Te amo –le decía entre cada beso —Dime que me amas, amor. Dilo por favor, no sabes lo que necesito escucharlo –era ya una súplica, mi alma estaba necesitada de esas palabras saliendo de su boca.
— Te amo, Calle. Jamás dejé de hacerlo. Te amo y te amaré siempre, mi frutita –no puedo explicarles lo que sentí, fue como si Dios me diera aliento otra vez, como si pudiera alcanzar las estrellas y tocarlas.
— Calle...Calle...Calle... ¡CALLEEEEE! –una odiosa voz me sobresaltaba.
— ¿Qué..qué? ¿Qué pasó? ¿Qué haces aquí Laura? ¿Dónde está Poché? –tenía el cuerpo agitado y la respiración descontrolada.
— ¿Poché? –preguntó confundida —¿De qué carajos estás hablando, Street? -se quedó callada unos segundos tratando de entender la situación —Ahhh por eso es que estabas haciendo esos sonidos tan extraños Jajaja ¿estabas teniendo un sueño húmedo con la pochas? -¿QUÉ? ¿FUE TODO UN SUEÑO?
— ¿Un sueño? ¿Era un sueño? -pregunté decepcionada.
— Ay, Danielita, estás peor de lo que imaginaba. Para ubicarte en tiempo y espacio, estamos en frente de tu casa, hace una hora nos encontrábamos en el concierto pero me pediste que me quedará a cargo porque estabas muy cansada, cuando te estabas yendo le dije a Vale que yo también me iría y que me avisará cualquier cosa porque también estoy cansada. Así que salí corriendo detrás de ti pero cuando llegué a la camioneta tú estabas dormida, no quise despertarte hasta que llegamos y voilá aquí estamos.
— No puede ser –solté un suspiro pesado —se sentía tan real, Villa. Me estaba diciendo que me amaba –las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.
— Calle... amiga no te pongas así. Haremos un plan para que puedas estar con ella, además te tengo una muy buena noticia.
— ¿Qué? –contesté sin ganas.
— Pues... ¿recuerdas que te dije que estuve hablando con Alejo? Bueno, gracias a mis habilidades logré sacarle información.
— ¿Qué clase de información?
— Poché sigue enamorada de ti, amiga.
— ¿Qué? ¿Qué dices Villa? No juegues con eso por favor.
— No estoy jugando, yo le conté tu parte de la historia y después de meditarlo mucho, está de tu lado, claro que me hizo saber que la próxima vez que te vea te golpeará mucho por estúpida, pero a este punto ya te lo mereces. Lo bueno es que quiere que ustedes dos estén juntas... Pero para eso tú tienes que hacer muchos cambios.
— ¿Cambios? ¿Qué clase de cambios?
— Vamos adentro y te explico todo –asentí y bajamos.
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— ¿De verdad te dijo eso? –no podía creer lo que Villa me estaba diciendo.
Poché en todo este tiempo no había dejado de amarme, solo estaba con Camila por estar, no sentía por ella nada más que agradecimiento y cariño. El alma me volvía al cuerpo, era esa señal que tanto estaba pidiéndole a la vida para seguir con todo el plan de recuperarla.
No será nada fácil, porque por lo que pude entender, Poché me ama pero sigue sin querer estar conmigo, se rehúsa a la idea de volver porque teme que la lastime y eso lo confirmó cuando me vio con Alexa en la reunión.
—El primer paso es desligarte por completo de ella, Calle –me decía Villa mientras caminaba en medio de la sala de un lado a otro.
—Hace semanas que no la veo, Laura, desde el incidente en la piscina.
—Igual ella te ha estado buscando, no creas que no la he visto por la empresa.
—Y la he rechazado, cada vez que va, igual que sus llamadas y sus mensajes.
—Por eso es que tienes que hacer algo más para que le quede claro que no quieres nada más con ella.
— ¿Algo como qué?
—Eso déjamelo a mí, amiga.
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Habían pasado varios días desde que tuve la conversación con Villa, trece para ser exactos y de los trece, diez soñé con Poché, los otros tres fue con Ramón, no puedo evitar soñar con la adorable bolita de pelos que es mi hijo.
Lo cierto es que en la mayoría de esos sueños con María José, ella me repetía que me amaba, no sé si mi subconsciente estaba jugándome una mala pasada o si en realidad era mi ansiedad por el plan que estaba ideando Villa junto a Alejo, pero yo me sentía muy nerviosa y ansiosa porque cada vez que soñaba con ella lo peor era cuando abría los ojos y me daba cuenta que no estaba entre mis brazos besándome.
La extraño, la extraño con locura, extraño poder estar recostada sobre su pecho en los días en los que no me apetece hacer nada, extraño sus mensajes preguntándome qué hacía, extraño sus besos, sus abrazos, sus mimos, sus manías, extraño eso que hace con los deditos cuando está nerviosa, incluso extraño su comida, aunque siempre terminaba quemada; no sé si ahora después de seis años haya podido aprender a cocinar, pero sin duda yo me comería la pasta al carbón que le quedaba tan mal.
¡Dios, te extraño tanto mi Poché!
Ssolo espero que todo esto pueda funcionar y que tengamos una nueva oportunidad.
Holaa... me encantaría que me dijeran que tal les está pareciendo esta historia, quiero saber si es de su agrado. Siento que solo escribo al aire, pero igual está bien ¿no? jaja yo me entiendo.
En fin, se vienen capítulos interesantes pero los dejaré para la maratón.
Espero que estén teniendo un día bonito.
Besoos!
~Dai.