Capítulo 47 - Con las ganas

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Pov Poché

Y ahí estaba yo.

Con mil emociones en mi cabeza.

Y con mil más revoloteando en mi cuerpo.

Daniela Calle estaba abrazándome a ella y desordenando mi vida nuevamente, haciéndome recordar cada segundo a su lado, haciéndome revivir cada caricia, cada beso, cada risa, cada silencio y cada mirada.

Y yo la sostenía de vuelta.

Se sentía tan bien estar en ese lugar, se sentía tan jodidamente bien que me fue imposible evitar llorar porque me estaba sintiendo estúpida, idiota y sin una pizca de voluntad.

— No llores, mi amor. Por favor, pégame, grítame, insúltame pero no llores, Poché –me decía mientras sujetaba mi rostro y pegaba su frente a la mía.

No le respondí, no podía.

Mi cabeza era un caos y ella era la responsable pero también la única capaz de calmarlo.

Sentí su abrazo aún más fuerte, era como si tratase de que todo mi dolor se traspasara a ella, sé que era eso lo que intentaba y yo no me resistía, simplemente ya no podía resistirme a ella.

La abracé con la misma intensidad, mis manos recorrían su espalda y su piel reaccionaba al toque de mis dedos. Nuestros cuerpos se extrañaban y eso era algo que se podía notar a kilómetros.

Mi boca se acercó a su oído y con la voz entrecortada murmuré...

— Me estás desordenando la vida, Daniela.

Volvió a sujetar mi rostro y me miro con esos ojos avellanas tan hipnotizantes, con esos mismos ojos que años atrás ponían mi mundo de cabeza y que aún después de tanto tiempo seguían teniendo el mismo efecto en mí.

Limpió las lágrimas que caían sin restricciones por mis mejillas.

El silencio volvió a apoderarse del lugar y después de unos segundos sentí mi piel erizarse al escuchar nuestra canción. La que yo canté para ella cuando le pedí ser mi novia en la casita del árbol.

Recuerdo que al llegar ni me miraste

Fui solo una más de cientos 

Y, sin embargo, fueron tuyos

Los primeros voleteos

— No sé cómo explicártelo, discúlpame por ser tan torpe, tan idiota. Pero ya no sé cómo decirte que te amo y que me estoy enloqueciendo por no poder besarte –Calle no contenía sus lágrimas, sé que no podía al igual que yo.

Detrás de las Cámaras | Caché | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora