Capítulo 63 - Tortura

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[N/A:] ¡ADVERTENCIA! Este capitulo contiene situaciones y diálogos que pueden ser sensibles para el lector

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[N/A:] ¡ADVERTENCIA! Este capitulo contiene situaciones y diálogos que pueden ser sensibles para el lector.


Pov Narrador

En algún lugar de Estados Unidos – 3 días después

Los minutos pasaban con una lentitud que era mucho más allá que tormentosa. Era como si cada segundo representara una hora. Definitivamente el tiempo es relativo, para algunos pasa rápido y para algunos tortuosamente lento.

Según la ocasión.

Según la compañía.

Según si estás o no debatiéndote entre la vida y la muerte.

Aquel lugar era un espacio amplio pero que aun así no te permitiría sentirte libre, para nada. Era totalmente lo opuesto.

— Por favor.

Se escuchó una nueva suplica, una que se sumaba a las miles que repetía sin parar la voz desgastada de una mujer que ya prefería morir que continuar con aquel tormento.

— Eso. –respondió con un tono que rozaba entre excitación y lujuria. —me encanta cuando suplicas. –acercó el objeto filoso a la piel ya magullada de la joven y volvió a hacer una pequeña presión.

— ¡Ahhh! –gritó con las fuerzas que escasamente tenía. —Po-por favor, no más. No sigas. No lo resisto más. –lagrimas caían en total desorden por las mejillas ya rojas a causa del tiempo que tenían siendo maltratadas por repetidas cachetadas.

— No sabes como deseaba esto –dijo el hombre con su voz ronca y agitada —te deseaba tanto, pequeña. Tanto que hice de todo para poder tenerte.

Se separó un poco del cuerpo que estaba maniatado en aquella silla y dejó el cuchillo en la mesa donde había un montón de objetos que lamentablemente estaban siendo usados para la tortura constante de la joven.

Pasaba lentamente su mano por encima buscando cual sería el nuevo elemento que emplearía en aquel retorcido momento.

Una oscura sonrisa se dibujó en su rostro al encontrar lo que para él sería ideal. Unas pinzas.

Las tomó y regreso lentamente con la mujer que se hallaba con la cabeza gacha ya sin fuerza alguna, recorrió lentamente la piel de ésta con aquel objeto frío lo cual la hizo reaccionar un poco al contacto.

— N-no sigas. –rogó.

Más allá de molestarle sus ruegos, para el hombre era excitante cada vez que la mujer suplicaba.

— ¿Qué no siga? ¡Cariño, pero si me estoy divirtiendo! –dijo en un grito eufórico como si aquello fuese lo más obvio del mundo. —eres mi juguete. Mi linda y maravillosa muñeca.

Las pinzas llegaron al lugar menos ideal para la mujer, lo supo porque al momento del hombre apretar con fuerza lo que se escuchó en aquel solitario lugar no fue un simple grito, fue mucho más, fue dolor, fue un infinito y terrible dolor que le hizo tensar cada musculo del cuerpo.

Detrás de las Cámaras | Caché | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora