Daniela Calle y Maria José Garzón empiezan una amistad a través del concierto de Justin Bieber, sus caminos se van trazando sin darse cuenta para estar juntas.
Pero varias situaciones que van pasando a través del tiempo pone a prueba la fuerza de s...
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Pequeño maratón para celebrarlo :)
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Pov Calle
Después de un trayecto de varios minutos, 24 para ser exactos ¿qué por qué llevaba la cuenta? Fueron los 24 minutos más placenteros de mi vida desde que la volví a ver porque estaba sujetando su mano. En ningún momento nos soltamos, quería que supiera que yo me encontraba ahí, que estaba para ella y que no me iría, que no la dejaría sola.
Llegamos a su casa, estacionamos en la puerta principal y nos quedamos en silencio.
Yo la veía... ella no.
Pero seguíamos sosteniendo nuestras manos.
— En lo que lleguen Mauricio y Hiroshi con todo el equipo, te lo haré saber –comenté rompiendo aquel silencio.
— Gracias.
— No tienes nada que agradecerme. Valentina es muy importante para mí, no permitiré que le hagan daño.
— Gracias por estar, Calle. Gracias porque cualquier otra persona se hubiera ido después de cómo te trate y de lo que te dije.
— No pienses en eso, solo importa Valentina ¿sí?
— Tienes razón –se acomodó en el asiento para mirarme a los ojos, todo esté tiempo estaba mirando al exterior a través del cristal de la puerta —Pero realmente me hace sentir mejor el saber que puedo contar contigo.
— Siempre podrás contar conmigo, Poché.
Ese momento era de tranquilidad para ambas, lo necesitábamos, nuestras almas estaban reencontrándose a través de los silencios y la oscuridad.
Ella bajó del auto no sin antes dejarme la marca de sus labios en mi mejilla y susurrando otra vez un gracias en mi oído.
Yo me quedé mirándola hasta que la vi desaparecer en el interior de aquella casa que compartía con su novia, con Camila. Y yo solo pude pensar que quizás si nada hubiese pasado, estaríamos en ese pequeño apartamento en Bogotá, con nuestro hijo Ramón acompañándonos mientras nos abrazamos en la cama.
Qué injusto ese final a nuestra historia.
Pero que agradecida estoy de volver a tenerla en mi vida.
Con la camioneta nuevamente en marcha y rumbo a mi casa, tenía clara dos cosas, la primera, que atraparíamos al maldito psicópata que acosa a Valentina y la segunda que en definitiva, el plan que me dijo Villa tenía que funcionar, necesitaba a Poché más de lo que necesitaba respirar.
