Capítulo 14 - Calle di que sí

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Pov Calle

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Pov Calle

Sus manos sostenían las mías, sentía como temblaba todo su cuerpo. Mi mundo desapareció para solo verla a ella, solo existía ella en ese momento. Ella y yo en un instante mágico, sus ojitos iluminaban todo a nuestro alrededor. Me quedé congelada por unos segundos, mi cuerpo trataba de asimilar lo que mi corazón quería escuchar desde hace mucho tiempo. Estaba dando el paso que tanto le asustaba, estaba aceptando todo lo que sentía, me prefería a mí antes que al miedo.

Escuché a lo lejos algo que reconocí enseguida...

♪ A quién tengo yo sino a ti

Tu a mí me llevas me levantas me sostienes

A quién llamaré sino es a ti

Eres mi entrada mi puerta mi consuelo ♪

Era la canción que Poché me había dedicado, sostuve mas sus manos, las entrelacé con las mías, en ese momento sentí como las lágrimas recorrieron mis mejillas. Solo quería besarla, amarla como tanto había querido. Pero de mi boca solo salió:

— Bueno, Poché... –empecé reprendiéndome mentalmente casi de inmediato al ver sus ojitos apagarse «mal comienzo Daniela Calle, mal comienzo» aclaré mis pensamientos y seguí —Yo sí quiero ser tu novia –sonreí y ella también —pero... si me lo vas a pedir tiene que ser de una manera muy romántica, además no puedo aceptar hoy porque es justo mi cumpleaños, entonces tiene que ser otro día.

♪ Tú me haces feliz me llenas de ti

Me abraza tu paz me endulza tu miel

Contigo estaré en tu mar viviré

Que basto y profundo es tu amor ♪

Quizás estaba muy nerviosa, quizás no pude manejar aquella situación, o quizás simplemente fui una idiota. No podía creer que le estuviera respondiendo eso. Pero ella solo sonrió, sabía que no lo decía de mala manera sino para cortar aquella tensión que había.

— ¿En serio, Calle? –escuché su risa —eso no me lo esperaba –me acarició la mejilla —ok, señorita consentida. Te lo pediré de la manera más romántica que puedas imaginar. Pero antes... ¿puedo al menos besarte? –mi estómago era un zoológico con todos los animales que puedas imaginar.

— Claro que puedes, mi amor –dije y sus ojos se iluminaron.

— ¿Mi amor? Eso se escucha tan lindo viniendo de tus labios –Poché se acercó, me tomó de la cintura y empezó a besarme con tal pasión que sentí como todo mi cuerpo subía de temperatura. Apretaba mis caderas y yo cedía a sus caricias, estaba rendida ante sus manos. Saboreó mis labios y yo saboreé los suyos, nuestras lenguas bailaban al compás de nuestros sentimientos.

Detrás de las Cámaras | Caché | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora