Daniela Calle y Maria José Garzón empiezan una amistad a través del concierto de Justin Bieber, sus caminos se van trazando sin darse cuenta para estar juntas.
Pero varias situaciones que van pasando a través del tiempo pone a prueba la fuerza de s...
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Pov Poché
El baile siempre ha sido la pasión más grande que he sentido desde pequeña. Bailar es como si mi alma dejara de pertenecer a mi cuerpo y saliera volando. Me produce tranquilidad, paz, felicidad lo mismo que me pasa cuando estoy cerca de Calle.
Es increíble como ella se ha vuelto tan necesaria en mi vida. Trato de imaginar un momento sin ella y se me hace imposible, desde aquella salida al cine mis sentimientos cambiaron, pero no he querido decirle nada, quizás para no dañar todo o confundirla más de lo que ya estaba.
Obviamente cuando alguien se le acercaba me daba muchísimos celos, tal y como paso cuando salió con Mario, allí fue que comprendí que ella me había gustado desde ese momento, es solo que no quería aceptarlo.
Daniela me había llamado temprano esa mañana, me dijo que tenía que hablar conmigo de algo muy importante. Por mi mente pasó el recuerdo de lo sucedido aquel día en el parque, una parte de mí no quería que se repitiera y la otra se moría de ganas de volver a escuchar de su boca que yo le gustaba.
La forma de hablarme ese día, como me tomaba la mano o como me miraba
¡Dios, su mirada!
La mirada de Daniela Calle es de ese tipo que es tan penetrante que puedes sentir mariposas y zoológicos en tu panza de manera inmediata. Y llámenme loca, pero quería sentir ese zoológico para siempre.
Me di un baño, me arreglé, tomé una camisa que sé que le gustaba a Calle y me vestí, lo combiné con un jean roto en las rodillas y unos deportivos.
Bogotá estaba fría esa tarde así que opté por llevar una chaqueta. Recibí una llamada, era ella.
Llamada:
— Hola pollito -escuché como sonreía después de decirme así —solo te llamo para recordarte nuestra cita, es algo importante.
— Sigo sin entender por qué es una cita si es en tu casa –respondí mordiendo mi labio —pero igual ya terminé de arreglarme y estaba saliendo para allá.
— Tú no necesitas arreglarte, te ves linda como estés –respondió haciendo que mi cara se pusiera roja al instante.
— Ya voy para allá –le dije nerviosa y cuando iba a finalizar la llamada, volví hablar —Te quiero, Calle –se escapó de mi boca y quise que la tierra me tragara porque me sentía tan avergonzada.
¿Es demasiado pronto? ¿Seré muy intensa?
Pero cualquier duda se disipó cuando ella sonrió a través del celular y respondió...
— Yo te quiero más, María José "pollito" Garzón.
No sé cómo lo hacía, pero Daniela lograba mover cada fibra de mi cuerpo con solamente escuchar su voz, estaba muy emocionada por ir a verla, necesitaba estar cerca de ella.
