Daniela Calle y Maria José Garzón empiezan una amistad a través del concierto de Justin Bieber, sus caminos se van trazando sin darse cuenta para estar juntas.
Pero varias situaciones que van pasando a través del tiempo pone a prueba la fuerza de s...
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Pov Alexa
Unos meses antes
Estuve durante mucho tiempo tratando de comprender que me pasaba, porque constantemente me repetían lo que la sociedad quería de mí. Lo que estaba bien y lo que estaba mal, pasé muchos años sumergida en una depresión debido a no poder ser quien quiero ser, negándome la posibilidad de amar libremente a quién yo quisiera. Desde que descubrí mi orientación sexual, mi vida cambió por completo.
Tenía alrededor de 14 años cuando empecé a notar que los temas de los que hablaban mis amigas no eran los mismos que me interesaban a mí; ellas podían pasar horas y horas hablando de cómo fue vestido el chico popular del instituto, mientras que yo me perdía imaginando que se sentiría tomarle la mano a una chica.
Supe que algo no iba "bien", sin embargo, no le presté atención. Hasta que pasó lo que tanto temía, lo que sabía que generaría un gran problema en mi familia, a los 17 años empecé a sentir cosas por una chica de la universidad. Solía sentarme bajo la sombra de un árbol del campus todas las mañanas, solo porque a ella le gustaba leer en el banquito que estaba justo al frente.
Allí podía admirarla sin que lo notara, yo disimulaba colocando varios libros a mí alrededor para que las personas pensaran que estaba estudiando, como cualquier otra de las chicas que estaban por ahí.
Nunca pasó nada con aquella mujer, en realidad, no había pasado nada con nadie hasta que conocí a Daniela Calle.
Una casualidad me llevó hasta ella, recuerdo que el día que la conocí fue a visitar temprano a Valeria, es mi amiga desde la universidad. Fue la primera persona a quién le confesé que me gustaban las chicas, su reacción fue simplemente de abrazarme; lloramos toda la noche.
Ella es una gran persona y alguien muy importante en mi vida, así que esa mañana decidí pasar por su casa a llevarle el desayuno y que practicáramos unos pasos de baile. Sin embargo, Valeria tenía otros planes, ayudaría a unas amigas con una coreografía, así que, sin pensarlo dos veces, le pedí que me dejara ir con ella. Era perfecto para así practicar el baile, una de mis más grandes pasiones, además del canto.
Cuando llegamos, me sorprendió lo grande y hermosa que era la casa.
— Vale y es que acaso ¿quién vive acá, la hija del presidente? –Valeria solo sonrió.
— No, tonta. Aquí es donde vive Calle, su familia tiene mucho dinero... trabajan en algo con el golf o algo así. –toqué el timbre sin imaginar que eso cambiaría mi vida por completo; nos recibió la mujer más hermosa que mis ojos habían visto.
— ¡Calleeee! –la voz de Valeria me hizo reaccionar en aquel momento de hipnosis que tuve a causa de Daniela Calle, ella amablemente nos invitó a pasar y cuando finalmente entramos, pude conocerla.
