Daniela Calle y Maria José Garzón empiezan una amistad a través del concierto de Justin Bieber, sus caminos se van trazando sin darse cuenta para estar juntas.
Pero varias situaciones que van pasando a través del tiempo pone a prueba la fuerza de s...
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— ¿Hola? –Daniela atendió un poco nerviosa.
— Hola, señorita. ¿Cómo estás? Estaba pensando en ti –dijo con voz risueña Mario del otro lado del teléfono.
— ¿Ah sí? Estoy bien, estoy en el apartamento con Poché, todos salieron de fiesta y decidimos quedarnos -respondió Calle mientras veía a Poché.
— Claro, siempre con Poché ¿no? –algo en el tono con el que lo decía tuvo un sabor amargo en Daniela.
— Sabes que sí.
— ¿Has escuchado los rumores? -preguntó un poco nervioso.
— El chisme que Poché y yo somos novias, si, lo hemos escuchado y no es nada gracioso –rodó los ojos y su acompañante hacía lo mismo mientras negaba con la cabeza.
— Si, lo sé. Es muy raro. Pero, en fin, estaba pensando que cuando regreses a Bogotá podríamos salir. ¿Te parece?
— ¿Hablas de una... cita?
— Si, algo así. ¿Quieres?
— Ok –respondió seria para no delatar la emoción que sentía por dentro.
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Poché
Estaba revisando el teléfono, mirando fotografías. Tratando de no escuchar la conversación que tenía Calle con Mario. Por alguna extraña razón sentía.... ¿celos? Era muy extraño porque tenía este sentimiento dentro de mí que era muy parecido al miedo. Me daba miedo que Daniela comenzara a pasar más tiempo con él y menos conmigo.
Patético ¿no?
Trataba de repetirme en mi cabeza que Daniela era solo mi amiga para no pensar en los rumores que habían comenzado todos en la academia acerca de ella y yo.
Era imposible pensar que podríamos ser novias, no entiendo porque dirían eso. Es decir, Calle es muy linda, tierna, talentosa. Pero solo somos amigas.
¿Qué acaso no hay amigas que se lleven así de bien como nosotras?
Aparté un momento la vista de mi celular y me enfoqué en la castaña que aún seguía sonríe que sonríe en el teléfono.
¿Mario es un payaso o qué?
Por otro lado... Dani se ve muy linda cuando sonríe.
«¡Por Dios, Poché! ¿qué te está pasando?» me recriminaba volviendo mis ojos a los mensajes que poco y nada me importaban.
— ¡Poché! -gritó Calle emocionada mientras se acercaba y yo traté de mantenerme fija en lo que hacía —¿Poché? ¿Estás bien? ¿Me escuchas? –paso su mano frente a la pantalla de mi celular y no me quedó más remedio que prestarle atención.
