Capítulo 9 - El inicio en YouTube

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Pov Calle

Sentir a Poché tan cerca de mí, me hacía temblar. Ella era todo lo que buscaba en una persona, cuando me dio ese primer beso puedo jurar que el mundo se detuvo solo para nosotras.

Todo hizo complot, la noche, el ambiente, la soledad en aquella habitación, su silueta marcada por la ropa que llevaba puesta.

Todo fue perfecto, pero no dijimos nada. El silencio se apoderó de nosotras, no emitimos sonido alguno después de aquel beso que cambiaría nuestras vidas. Desde el momento que sus labios tocaron los míos, entendí que no existía otro lugar en el que quisiera estar.

Solo la miré al finalizar, la miré tratando de guardar ese instante en mi memoria.

Ella era tan tierna, lograba lo que nadie había logrado en mí. Sonrió, se alejó y fue al baño, quizás tratando de escapar de aquella situación. Honestamente yo no quería que se terminara, pero la solté.

Al día siguiente todo era exactamente normal, ella no hablaba conmigo de lo que sucedió y yo no quería mencionar el tema. De hecho, cada vez que los chicos decían algo con respecto a un beso, mis mejillas se volvían rojas al instante, sabía que a ella también le pasaba lo mismo.

Siempre me ha sucedido que cuando alguien empieza a gustarme y le doy un beso, inmediatamente no puedo sacarlo de mi cabeza. En éste caso, no podía sacar a Poché de mi cabeza. Incluso durante todo ese día hice cosas para terminar a solas con ella o para que mi mano rozara la suya.

Necesitaba su presencia, su calor, su aroma. No sé en qué estaba metiéndome, pero no quería bajarme de aquel barco que ya había zarpado.

Esa noche, la siguiente a la noche de nuestro primer beso, volvió a pasar lo mismo. Nos besamos, nos hundimos la una en la otra en un beso que trataba de borrar cualquier momento, persona o lugar que existiera a nuestro alrededor.

Sentir como su boca se fundía con la mía hacia que mi cuerpo estallara de satisfacción, estaba en éxtasis junto a ella. Sus manos recorrían mi espalda, me tocaban de la manera más dulce y delicada posible pero aun así era inevitable que la temperatura de mi cuerpo no parara de subir.

En ese punto, Poché y yo no éramos nada serio. Pero no podíamos evitar lo que sentíamos. Ese viaje a Cartagena había cambiado mi idea de irme a Los Ángeles, quería quedarme y ver que resultaba con ella. Quizás estaba jugando una partida en las que llevaba todas las de perder, pero su amor lo valía.

Volvimos a Bogotá, ella y yo no hablamos mucho de lo que sucedió ese fin de semana, en realidad no hacía falta; las miradas lo decían todo. Cuando iba a su casa y me quedaba a dormir, era exactamente igual que siempre. Lo único que había cambiado entre las dos es que nuestros sentimientos se volvieron más fuertes.

Pov Poché

Eran las 3:06 p.m. el clima era lluvioso, incluso si lo hablamos poéticamente, sería como si estuviese llorando y tratara de limpiarse las penas. Yo estaba recostada en la ventana de mi habitación viendo como las gotas recorrían el vidrio empañado.

Detrás de las Cámaras | Caché | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora