Capítulo 37 - Recuerdos

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Pov Calle

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Pov Calle

Más tarde esa noche – Casa de Daniela Calle

El encuentro con todas las personas que de alguna manera formaban parte de mi pasado me había ayudado a reencontrarme a mí misma, me hizo recordar lo bien que solíamos pasarlo cuando estábamos juntos.

El cariño seguía intacto, el tiempo no fue obstáculo para que nuestra amistad sintiera algún quiebre, incluyendo a Poché, quién después que Juancho y Villa le rogaron aceptó venir a mi casa en donde seguiríamos con nuestra reunión.

Camila la acompañó y yo para ese punto solo podía sentir como mi sangre hervía cuando las veía besarse. Juró que pensé que podría sobrellavar todo aquello pero muy profundo en mi corazón estaban todas las palabras y momentos que viví junto a ella, como nos conocimos, nuestro primer beso en Cartagena, cuando me llevó a la cabaña para pedirme que fuese su novia. ¡Maldición! Todos los recuerdos me golpeaban como si yo fuese un saco de box.

No podía entender como ella parecía tan desentendida de mi presencia, como si yo no existiera, como si nuestra historia solo la hubiese vivido yo. Quería caminar hacia ella, tomarla del brazo, llevarla a mi habitación y hacerla mía, quería comprobar si podría resistirse a mis besos, si aún sentía una pizca de amor por mí.

«Que estúpida eres, Daniela Calle» era lo que pensaba al reprocharme porque yo también tenía a alguien a mi lado, estaba con Alexa quien en ningún momento dejó de hacerme mimos.

Ella estaba al tanto de la situación sabía que mi actitud solo tenía un nombre: María José Garzón Guzmán. Y es que volver a ver al que siempre ha sido el amor de tu vida después de seis años, es algo que logra desestabilizarte por completo.

Agradecía que al menos ella estuviera siendo comprensiva y no me reprochara la poca atención que le prestaba.

— Señorita Calle –la voz de Nicole me hizo reaccionar y quitar mi mirada de Poché para verla a ella, quien tenía en sus brazos a un Ramón desesperado e inquieto —siento interrumpirla, es que Ramón no se queda quieto desde que usted llegó.

— Ramonchis... -dejé el trago que estaba bebiendo en la mesa que estaba al frente de mí y tomé a Ramón entre mis brazos —hijo, ¿qué tienes? ¿te pasa algo? –lo acariciaba tratando de calmarlo pero no lo conseguía.

— Tienes que cargarlo como un bebé, eso lo calma –levanté mi mirada para encontrarme con Poché parada frente a mi estirando sus brazos — ¿me permites? –sin dudar se lo di y enseguida ubicó la cabeza de Ramón en su hombro para acariciar todo su cuerpo, sus paticas estaban completamente estiradas.

— A veces olvido lo consentido que lo tienes –sonreí al ver la escena tan tierna —cuando lo busco donde Vale siempre trae una nueva maña de la que estoy casi segura tú eres la responsable –ella por primera vez me sonrió y yo solo pude sentir como mi corazón dio un brinco.

Detrás de las Cámaras | Caché | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora