Capítulo 64 - Rastro

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En algún lugar de Estados Unidos

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En algún lugar de Estados Unidos

Una situación irreal.

Compleja.

Valentina no podía sostenerse sobre sus propios pies. La tortura a la cual estaba siendo sometida fue tan brutal que no podía sentir sus extremidades. La piel le ardía y el dolor punzante que palpitaba en carne viva estaba siendo una extensión del horror vivido las últimas horas.

Pero algo en su subconsciente.

Algo muy muy lejano.

Aquella voz que se le repetía una y otra vez en la cabeza.

La voz de Juan Carlos.

Lucha, mi bebé. Pelea con todas tus fuerzas.

— ¡Valentina! ¡Valentina, reacciona! –pedía con desesperación aquella voz que quería sacarla del trance en el cual estaba sumergida —Vale no tenemos tiempo, por favor ¡ayúdame, tienes que levantarte!

Haciendo el máximo de todos sus esfuerzos logró enfocar la poca energía que le quedaba en visualizar el rostro de esa voz.

Abría y cerraba los ojos con pesadez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Los cerró con fuerza y respiró profundamente.

— ¡Vale, tenemos que irnos! ¡Por favor!

Soltó el aire buscando regular su propia respiración.

Los latidos de su corazón.

Calmar aquel tormentoso dolor.

Y los abrió.

— ... -quería vocalizar, pero la garganta le ardía, se la aclaró y lo intentó —¿L-lau?


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Mansión de Daniela Calle – Sala de investigación

Hiro y Mauricio llevaban más de 36 horas despiertos, habían tomado esporádicas siestas para descansar levemente los ojos, pero no eran más de 1 hora. Sabían que no tenían tiempo, que Valentina y Laura dependían de todo lo que hicieran ellos junto a su equipo de trabajo y la policía.

De más está decir que habían revisado cada lugar en Los Ángeles, al menos, gran parte. Había sitios que estaban siendo difíciles de investigar. Así que Hiro, trató de rastrear a Nicolás por otro lado. Por el lado cibernético, él sabía que en algún punto tuvo que haber cometido un error y justo allí es que lo iba a atrapar.

— ¡José! ¡Dios santo! ¡Deja de hacer eso y ponte a trabajar! –le gritó Mauricio a uno de los técnicos que se estaba tomando un café. El joven informático acató la orden y regresó rápidamente a su puesto.

Detrás de las Cámaras | Caché | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora