CAPÍTULO 166
*narra Ana*
En cuanto ha intervenido Eva, todos nos hemos ido del comedor, hacía tiempo que no se respiraba tan mal rollo. Yo he ido directa a buscar mi garfio, lo necesito para que me dé apoyo moral, y ahora tengo a Efrén acorralado en la habitación de las chicas que actualmente no ocupa nadie.
Ana: Dime ya qué carajos haces aquí.
Efrén: Recuperarte, preciosa.
Ana: Te lo vuelvo a repetir, corté contigo antes de venir aquí.
Efrén: Pero eso es porque no sabías lo que hacías.
Ana: Si crees que tu actitud prepotente va a conseguir que vuelva contigo, cambia de estrategia.
Efrén: Ah, ¿así que tengo posibilidades?
Ana: Ni la más remota. Por si no te ha quedado claro, ahora mi novio es Manuel.
Efrén: Un novio que se enfada contigo a la mínima de cambio.
Ana: No tienes ni idea de cómo es Manuel. Debería denunciarte por la paliza que le has dado.
Efrén: Debería denunciarte yo a ti por todos los daños psicológicos que me has causado.
Ese comentario me fastidia lo suficiente como para acercarme a él y rodearle el cuello con mi falso garfio.
Ana: ¿Ah, sí? ¿Y cuáles son? - escupo, apretando los dientes y apretándolo todavía más contra la pared. Él, sin embargo, se ríe.
Efrén: No sabes la de tiempo que llevo enamorado de ti, siempre has jugado conmigo, siempre tenías dudas de nuestro amor.
Ana: ¿Por qué siempre tienes que tergiversar los hechos? ¡Eres muy posesivo, Efrén! Todo lo que llegué a sentir por ti ya se ha desvanecido, al conocer tu lado oscuro...
Efrén: Reconoce que todavía sientes algo por mí y te dejaré en paz. Me iré por dónde he venido.
Ana: No voy a reconocer nada porque no es verdad.
Efrén: Hasta que no lo reconozcas no voy a dejarte tranquila. Ana, tú eres mía. - y me agarra tan fuerte de la cintura que no puedo zafarme de él - Y yo soy tuyo. Pensar otra cosa me resulta imposible.
Ana: ¡Suéltame! - pero me aprieta más fuerte, está intentando besarme. Por suerte, se me ilumina la mente y le pego una buena patada en sus partes nobles, eso hace que me suelte. - DÉJAME EN PAZ O ESTO NO VA A ACABAR BIEN. - me voy corriendo, sofocada por lo que acaba de ocurrir. Su mirada destellaba fuego, Efrén antes no era tan agresivo... Necesito que desaparezca ya de mi vida.