Liam decide quedarse, sólo con la condición de que le permitan sentarse en el medio del sofá. Louis lo observa con molestia desde que estampa su trasero en medio de él y Harry, poniendo una distancia entre ellos. Una distancia que le desagrada bastante.
Harry, sin embargo, parece muy cómodo, y su sonrisa le asegura que la está pasando bien. Entonces Louis se relaja visiblemente, disfrutando de la pizza cortesía de Liam.
La noche no es tan incómoda en presencia de Liam como él pensaba que sería. Louis no se cansa de escuchar las fuertes carcajadas de Harry cada vez que Liam cuenta alguna anécdota de ellos, cosas que sucedieron cuando estaban en el colegio. Se alegra porque al menos alguien se está divirtiendo con aquellos vergonzosos recuerdos de su infancia. Ver cómo Harry limpia sus ojos llenos de lágrimas después de una larga risa, es fascinante. Esas son las únicas lágrimas que debería derramar. Louis no puede dejar de mirarlo.
—¿Estaban jugando videojuegos? —Pregunta, viendo la consola en el sofá y el televisor encendido con algún juego pausado.
—Uhmm sí, pero sólo yo estaba jugando. —Responde Louis.
—Yo nunca he aprendido a jugar. Tampoco he tenido un videojuego en mi vida. —Harry se encoge de hombros, y Louis tiene una gran idea.
—Te enseñaré a jugar, ahora mismo. —Se coloca de pie y corre fuera del salón.
—Sé sincero, Harry. ¿Acaso interrumpí algo? —Harry abre los ojos como platos, mirando a Liam.
—Oh, no no no, claro que no. —Asegura, sacudiendo la cabeza un par de veces.
—Sólo digo, la cara de perro de Louis me hizo pensar que estaba interrumpiendo algo. —Harry se sonroja.
—No, nada en absoluto.
—¿Están solos en casa? —Pregunta con curiosidad. Harry asiente, y luego sacude la cabeza.
—No. Jimena está en alguna parte también. —Liam asiente, y luego sonríe de manera pícara.
—No voy a arruinar la diversión entre ustedes. Voy a dormir en el sofá, es muy cómodo aquí, de hecho. —Comenta, estirándose en el sofá. Harry se sonroja aún más. Si supiera que Louis ni siquiera le ha puesto una mano encima tal vez no estaría diciendo eso.
Harry todavía sufre recordando la noche pasada. Realmente quería sentir alivio. Quería a Louis. Y a decir verdad, Harry ha esperado lo suficiente. Está comenzando a frustrarse mucho. Ha sido evidentemente indiscreto a la hora de coquetearle, ha dejado claro que quiere tener intimidad, pero Louis parece desinteresado.
Tal vez Louis tiene miedo. Nunca ha hecho nada íntimo con un hombre, tal vez sólo tiene miedo. Harry no sabe exactamente qué sucede, pero realmente le urge estar con él. Lo necesita.
—Gracias. Uhmm, no lo sé. Dudo mucho que vayamos a divertirnos. Louis no es... Muy... Él no...
—¡No puede ser! —Exclama Liam, interrumpiendo a Harry—. ¿No han tenido sexo? —El menor sacude la cabeza, pensando que tal vez no debió decir eso—. Eso es increíble. Louis es hiperactivo. Él no dejaría pasar algo así. Digo, prácticamente te come con la mirada cada vez que caminas por allí, le encantan tus piernas de catálogo, y no puede ocultar las ganas que te tiene desde hace mucho tiempo. ¿Qué rayos pasa con ustedes?
La respiración de Harry se acelera al escuchar esa confesión de Liam, aunque agradecería que fuese el mismo Louis quien le dijese todas esas cosas.
—Él se detiene. No lo sé. Creo que no se atreve, tal vez porque no soy mujer. —Liam frunce el ceño, y Harry esquiva su mirada, jugando nervioso con sus manos.
—Eso es basura, Harry, ya Louis dejó de prestarle atención al género que eres. Él te ama, lo que me parece extraño es que no hayan tenido relaciones aún. Louis no es así. —Harry se encoge de hombros, y decide dejar la conversación hasta allí. Le incomoda hablar de su intimidad con Liam. Le incomoda saber que Louis se retrae únicamente con él. Tal vez lástima o algo parecido, Harry odia pensar en eso.
Louis regresa segundos después, con dos pequeños aparatos electrónicos. Le ofrece uno a Harry, y él otro lo conserva.
—Bien, tenía mucho tiempo sin jugar esto. ¿Recuerdas Liam? Qué buenos tiempos. —Dice, ansioso mientras enciende el aparato. Liam todavía no puede dejar de pensar en la conversación que tuvo con Harry—. Yo te ayudo.
Louis se sienta en el piso, a un lado de Harry, quien sigue sentado en el sofá. Enciende el aparato y coloca un juego de carreras, nivel inicial para que sea fácil para él.
—Aquí tienes. —Le vuelve a entregar el aparato—. Eres el carro rojo, yo soy el azul que está frente a ti. Debes tratar de ganar la carrera. Puedes cambiar la dirección presionando las flechas del control, también tienes algunos poderes que puedes usar para ganar.
Harry escucha las indicaciones con atención, y cuando está listo, comienza la carrera. Louis le da ventaja, frenándose lo más que puede y conduciendo detrás de él, hasta que Harry puede mantenerse en línea recta sin chocar con todos los obstáculos en su camino. Louis trata de ocultar su sonrisa mientras lo ve jugar, con su labio inferior atrapado entre sus dientes, y moviendo el aparato en sus manos cada vez que pasa una curva, como si se tratara de un volante virtual. Es muy adorable.
Harry pierde las tres primeras carreras, hasta que descubre cómo usar los poderes que Louis le mencionó. Se divierte sacando a todos los contrincantes de su camino cada vez que lanza una bomba para hacerlos explotar. Y cuando el carro de Louis se coloca frente a él, no duda en atacar, lanzando una bomba contra él. El carro de Louis explota, y éste se gira rápidamente para mirar a Harry indignado, lanzándose sobre él. El menor comienza a reír, sin tratar de cubrirse, y Liam los observa con gracia mientras Louis arremete contra Harry, haciéndole cosquillas, causándole un ataque de risa.
—¡Eres un tramposo! —Lo acusa, sin dejar de hacerle cosquillas en la zona de su vientre.
Harry se retuerce en el sofá, sin dejar de reír escandalosamente, colocándose en posición fetal para cubrir gran parte de su cuerpo. Louis se ríe igualmente, comenzando a estrujar la cintura del rizado, haciendo que éste pegue un brinco. Liam pone los ojos en blanco, ignorando a la pareja a su lado mientras Louis toma un puesto en el sofá sin sacar sus manos del cuerpo de Harry, y antes de darse cuenta ya el menor está sobre su regazo, removiéndose inconscientemente.
Liam decide que es un buen momento para salir de allí sin ser visto. Entonces simplemente sale del salón, dejando a los chicos solos para que puedan seguir tocándose lejos de su vista.
Harry toma aire, exhausto de tanto reír, y Louis presiona sus labios contra su nuca, manteniéndolo firme en su regazo, rodeándolo con sus brazos con fuerza. Harry se relaja al instante, sin intenciones de moverse a ningún otro lado.
—Louis, yo... Te mentí esta mañana. —Louis frunce el ceño ante la confesión de Harry, pero no dice nada, esperando que termine de hablar—. No me encerré en el baño por las pesadillas. Simplemente sentí vergüenza porque al despertar yo tenía una pequeña erección y me sentí muy incómodo, no quería que lo vieras. —Louis lo abraza más fuerte.
—Está bien, tranquilo, eso suele pasarme todas las mañanas. Es normal. —Harry hace una mueca. Eso no suele pasarle a él, no así. Todo se debió a la posición en que se encontraban en la mañana, él sobre Louis, sintiendo todo debajo de su cuerpo. Era simplemente imposible no sentirse así.
—No es normal para mí. —Responde con simpleza.
—No te preocupes, ¿de acuerdo? Pudiste decírmelo, no te hubiese obligado a salir del baño con tanta prisa. —Harry se sonroja al instante, sintiéndose nervioso.
—Yo no estaba tocándome, no lo hice, lo juro. —Louis frunce el ceño, notando cómo el cuerpo de Harry se estremece.
—Hey, está bien. Todos lo hacemos. Es totalmente normal y recomendado por los médicos. Siempre tenemos que liberarnos de alguna manera, de lo contrario podríamos causarnos daño. —Harry sacude la cabeza.
—No. Yo no lo hago. No está bien. —Louis no entiende nada, absolutamente nada.
—¿Harry, qué sucede?
—Yo... —Louis lo interrumpe. no necesita que Harry lo diga, él ya lo sabe.
—¿Fue Jacob? ¿Ese idiota de nuevo? Harry, dime qué fue lo que te hizo creer. Háblame. —El menor suspira profundo, sintiendo temor por lo que pueda pensar Louis de él.
—Decía que no debía tocarme nunca. Si alguna vez me tocaba, él me lo haría pagar. Decía que mantuviera la respiración hasta que la erección bajara por sí sola. Y dolía, dolía mucho. —Louis aprieta la mandíbula con fuerza mientras lo escucha en silencio.
—¿Él no te tocaba? ¿No te aliviaba el dolor? —Harry sacude la cabeza una vez más, y el corazón de Louis se rompe.
—Él odiaba mi pene. —Confiesa con nostalgia—. Decía que no era bonito, que no merecía ninguna atención allí abajo, que eso no servía, que significaba un estorbo en nuestra relación. Decía que tenía que deshacerme de él con una cirugía, y colocarme una vagina en su lugar. —Louis siente impotencia, pero no lo quiere demostrar frente a Harry.
—Tú dijiste que Jacob era hetero, ¿cierto? Me lo dijiste aquella vez. —Harry asiente, y Louis continúa—. Amor, él sólo te utilizaba, o mejor dicho, utilizaba tu trasero únicamente, es por eso que no le gustaba tu pene, decía que era un estorbo porque él no era un aficionado a ellos. Le gustaban las mujeres, no los hombres. Tenía gustos diferentes, sólo quería sexo. El problema allí no eras tú, o tu cuerpo, el problema es que él quería convertirte en una mujer cuando tú obviamente no lo eres. Le molestaba que no lo fueras, por eso no le entusiasmaba la idea de tocarte. Él es un jodido enfermo, tú sólo tuviste la mala suerte de caer en sus manos. Eres perfecto, Harry, y tu cuerpo también lo es. El hecho de que Jacob tuviese asco de tocarte no significa que nadie quiera hacerlo.
Toda la información cae como agua helada sobre Harry.
—No todos somos iguales a él, Harry, es una lástima que sólo tengas esa horrible experiencia donde ni siquiera llegaste a sentir verdadero alivio. El sexo no es ni siquiera la mitad de lo que él te hizo creer, no sólo se trata de una persona, aquél idiota era un egoísta que no tomaba en cuenta tus necesidades. Harry, sólo quiero que lo olvides. Quiero que olvides esa mala experiencia que tienes. Quiero cambiar tu mente y mostrarte cómo se hace realmente. No quiero que me compares con él. No quiero que lo recuerdes. Ahora estás conmigo, yo no te voy a decir que es malo tocarte, maldición, es tu cuerpo, puedes hacer lo que te dé la gana con tu cuerpo. No te cohíbas de nada conmigo. No te avergüences de tu cuerpo, no te avergüences de lo que eres. Yo te amo así. Dudo mucho que Jacob sienta amor por alguien más que no sea él.
Harry siente las lágrimas corriendo por sus mejillas, y una grata sensación en su pecho. Siente mariposas en el estómago, y piensa que va a explotar.
—Eso... —Su voz se corta, pero no se detiene—. Eres el primero en decirme eso, Louis. —Louis aprieta su agarre sobre él—. Es verdad, Jacob amaba a las mujeres, él no era gay. Él nunca me amó. Siempre me usaba como segunda opción cuando alguna chica le decía que no.
—Así es, bebé.
Un silencio invade el salón, mientras Harry se remueve en el regazo de Louis para colocarse a su lado.
—Louis, quiero que me muestres cómo se siente hacer el amor. Quiero recordarte a ti, y no a él. Quiero sentirme aliviado como dices. Sólo quiero ser tuyo, Louis. Estoy listo, no había estado más listo que ahora. No me rechaces otra vez.
Louis lo mira fijamente, viendo la suplica detrás de su mirada, viendo sus mejillas manchadas de lágrimas, viendo aquél rostro esperanzado y hermoso. Jamás podría decirle que no cuando Harry lo está mirando de esa manera.
—Sí. Lo haré. Voy a cambiar la perspectiva que tienes acerca del sexo. —Se acerca para acariciar las mejillas del menor, limpiando algunas lágrimas—. Te voy a demostrar que yo sí te amo, y te voy a aliviar por todos esos años que nadie lo hizo.
Harry lo mira ilusionado, con sus ojos brillantes, ansioso. Su corazón está palpitando con fuerza en su pecho, incapaz de reducir la velocidad de sus latidos. Louis sonríe mientras posa sus labios sobre los húmedos de Harry, atrayéndolo hacia él para profundizar el beso. Luego se aparta hasta rozar sus narices.
—Vamos arriba, chiquito. —Harry asiente, levantándose con tanta rapidez que Louis no puede evitar reír ante su desesperación.
Harry toma su mano con ansiedad, en silencio, pidiéndole que se ponga de pie, y entonces Louis lo hace. Ambos salen del salón, casi corriendo, pero cuando están a punto de subir las escaleras, encuentran a Liam. Harry escucha cómo Louis suelta una maldición entredientes.
—Liam, dejé la televisión encendida y todos los juegos están allí. Puedes jugar con lo que quieras. —Liam sonríe pícaramente, sin decir nada, viendo cómo Harry aferra la mano de Louis con tanta fuerza y se muerde el labio con desesperación.
La mirada de Liam va de Harry hacia Louis, quien le hace señas y frunce el ceño cuando Liam no entiende las señales.
—De acuerdo, estaré bien, no se preocupen por mí. Ya le dije a Harry que dormiré en el sofá. —Le guiña un ojo.
—Sí, como quieras. Sólo no... —Liam lo interrumpe.
—Tranquilo, Louis. Me quedaré abajo. —Las mejillas de Harry están cada vez más rojas, como si eso fuera posible. Su mirada nunca encuentra la de Liam, demasiado avergonzado para mirarlo.
Louis asiente con la cabeza, y entonces ambos suben las escaleras, corriendo como si su vida dependiera de ello.
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Nos leemos en el próximo capítulo ❤ cada vez falta menos para el final de Houseboy ╥﹏╥
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