Una pequeña historia (One Pie...

By LucaDGropius

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En estos One Shot, Reader será lo que pida el lector (Duh). (No necesariamente del mundo de OP) Estas histori... More

Introducción
Smoker x Reader
Trafalgar Law x Reader
Mihawk x Reader
Buggy x Reader
Kid x Reader
Katakuri x Reader
Daddy!Smoker x Baby!Male!Reader (+18)
Doflamingo x Reader
Katakuri X Male!Reader
Sanji x Reader
Corazon x Reader (+18)
Usopp x Reader
Doflamingo x Reader
Marco x Reader
Katakuri x Reader
Chopper x Reader
Zoro x Reader
Luffy x Reader +18 (Parte 1)
Luffy x Reader +18 (Parte 2)
Doflamingo & Crocodile x Male!Reader (+18) (Parte 1)
Zoro x Reader
Basil Hawkins x Reader
Luffy x Male!Reader (+18)
Reiju x Reader
Zoro x Reader +18
Shirohige x Reader
Luffy x Reader
Crocodile x Reader
Cracker x Male!Reader
Perospero x Reader
Daddy!Crocodile x Baby!Reader +18
Sabo x Reader
Sabo x Reader
Alfa!Katakuri x Omega!Male!Reader +18
Alfa!Cracker x Omega!Male!Reader +18
Marco x Reader
Katakuri x Male!Reader +18
Law x Male!Reader +18
Sabo x Reader
Law x Male!Reader +18
Rob Lucci x Reader +18
Ichiji x Reader
Law x Reader +18
Perospero x Reader
Kanjuro x Reader
Alfa!Rob Lucci x Omega!Reader +18
Nico Robin x Reader +18
Sabo x Male!Reader +18
Doflamingo x Male!Reader
Ace & Sabo x Male!Reader +18
Zoro x Male!Reader +18
Buggy x Reader +18 (Parte 1)
Sanji x Reader +18
Yonji x Reader +18
Franky x Reader
Sabo x Reader
Smoker x Reader +18
Marco x Reader +18
Katakuri x Reader +18 (Parte 1)
Law x Reader +18
Sabo x Reader +18
Lucci & Kaku x Reader +18
Smoker x Reader (Parte 1)
Cracker x Reader (Parte 1)
Cracker x Reader +18 (Parte 2)
Kid x Reader +18
Shanks x Male!Reader (Parte 1)
Alfa!Katakuri x Alfa!Reader +18
Alfa!Ace x Omega!Reader +18
Daddy!Male!Reader x Baby!Luffy +18
Ace x Reader
Sabo x Reader +18 (Parte 1)
Reiju x Male!Reader +18
Ace x Reader +18
Ichiji x Reader +18
Ace x Reader +18
Kin'emon x Male!Reader +18
Zoro x Reader +18
Yonji x Reader (Parte 1)
Crocodile x Reader
Katakuri & Cracker x Reader +18
Luffy x Reader +18
Shanks x Reader
Usopp x Reader (Parte 1)
Mihawk x Reader +18
Zoro x Reader +18
Sanji x Reader
Katakuri x Male!Reader +18
Franky x Reader
Ace x Reader
Inazuma x Male!Reader +18
Killer x Reader +18
Alfa!Paulie x Omega!Reader +18
Akainu x Reader
Male!Reader x Luffy +18
SugarDaddy!Luffy x Male!Reader +18
Sanji x Male!Reader +18
Daddy!Male!Reader x Baby!Smoker +18
Alfa!Killer x Omega!Reader +18
Shanks x Reader
Ace, Luffy & Sabo x Reader +18 (Parte 1)
Luffy x Reader +18
Marco x Reader +18
Perospero x Reader +18
Page One x Reader +18
Ace x Male!Reader +18
Kizaru x Reader
Nami x Reader
Pell x Reader
Oven x Reader (Parte 1)
Ace x Male!Reader +18
Usopp x Reader +18
Chopper x Reader
Franky x Centaur!Reader
Sanji x Male!Reader +18
Zoro & Sanji x Reader +18
Sanji x Reader +18
Izö x Reader +18
Ace x Reader +18
Arlong x Reader +18
Alber x Reader +18
Alber x Reader (Parte 1)

Alfa!Shanks x Omega!Reader +18

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By LucaDGropius

Pedido de KarenCervantes219 (Anotado el 20 de Marzo del 2021)

En el salón se encontraba la reina del territorio, sentada en el gran trono que se elevaba por las cabezas de los soldados gracias a los peldaños y la plataforma hechos de marfil. Nadie podía acercarse a la joven ___, excepto por su caballero de mayor confianza... No era extraño, pues debía mantener su distancia con el mundo; a diferencia de sus progenitores, ella había nacido como una Omega... Y como su única descendiente, era su deber reinar tan bien como lo haría un Alfa.

—Majestad, he venido a pedirle ayuda... —Dijo con voz suave el ciudadano, inclinando su cabeza ante la reina. —Mi hijo ha perdido su trabajo en una taberna cercana y mi familia se ha quedado sin dinero... Mi esposa omega ha comenzado a vender tejidos mientras que mi descendiente busca un nuevo empleo, aquí en la ciudad.

—Es una pena oír eso... —Dijo la reina, observando desde su trono al alfa que bajaba su cabeza. Genuinamente estaba preocupada ante las palabras del ciudadano.

—Mi chico es un alfa muy apuesto, majestad... Un gran joven que podría llegar más lejos que nadie si usted lo ayuda. —Levantó la mirada el hombre, sonriendo con algo de malicia.

—Por supuesto. —Dijo la reina, conectando su mirada con el alfa. —¿Cómo podría ayudarles?

—Este reino necesita de un buen alfa que pueda liderar las tropas. —Se puso de pie, observando con superioridad a la monarca. —Mi hijo es muy responsable, fuerte y capaz... Estoy seguro que sería un buen prospecto para usted, ¿no lo cree?

La mujer comenzó a sentirse incómoda ante las palabras del ciudadano. No era la primera vez que intentaban proponerle algo tan atrevido como casarla con un Alfa por "el bien del reino"... Ella había sido criada para gobernar tan bien como uno de ellos, aunque jamás había logrado cambiar su personalidad tímida y asustadiza... Tan solo lograba imitar el comportamiento de alguien capaz, como sus padres.

—Me honra con tal proposición, pero he de declinar. —Dijo en voz alta, sintiendo la mirada amenazante del alfa. —No necesito ayuda para llevar el reino a un mejor futuro y no estoy interesada en delegar mis tareas reales a otra persona sólo por su genética, cuando yo misma soy más que capaz de cumplir con mi deber como reina.

—¡¿Acaso está rechazando a mi hijo, majestad?! ¡A un alfa! —Exclamó el ciudadano, poniéndose de pie de golpe.

El salón comenzó a llenarse de feromonas amenazantes, las cuales provenían de aquel enfurecido alfa. Los soldados se mantuvieron en silencio, esperando órdenes, pero ya se encontraban preparados para obedecer... Aunque no a una reina omega, sino a la persona que realmente respetaban. ___ suspiró nerviosa, sintiendo su corazón latiendo con fuerza ante aquella fragancia que exclamaba "Peligro".

—Puedo enviar una lista de trabajos disponibles en la ciudad para tu hijo y entregarle un permiso a tu esposa para vender sus tejidos en un puesto en la plaza... Eso es todo. —Respondió, sintiendo su voz temblar ligeramente.

—¡¿Cómo se atreve?! ¡Le he ofrecido a un buen alfa para llevar las riendas de este reino! ¡Una omega no tiene lo que se necesita para...! —Gritó el ciudadano enfurecido, dando un paso hacia adelante.

—Es suficiente. —Dijo una voz a la derecha de la joven, provocando que su corazón diera un vuelco. —Su majestad ___ ha dado opciones para ayudar a tu familia y tú has tenido el descaro de, no solo rechazar sus más que razonables propuestas sino que, insultarla.

El hombre de armadura dorada dio un paso al frente, liberando lentamente sus propias feromonas... Estaba enojado. La monarca tragó frío, no sólo por la fragancia del ciudadano que ya había llegado a sus fosas nasales, sino por la imponente figura que se alzaba a su lado... Si había alguien que la respetaba en todo el reino, era él.

—¿Un alfa obedeciendo a una omega? —Preguntó el ciudadano, escupiendo al suelo y sonriendo. A pesar de ello, se le notaba ligeramente nervioso ante la imponente figura del caballero pelirrojo. —¿Tan bajo ha caído este reino? ¿O acaso obedeces como un perro a cambio de un premio?

—Su majestad ___ es la reina de este territorio, independiente si es una Alfa u Omega. Y como tal, debes respetarla. —La voz del caballero se hizo aún más grave. —¿Entendido?

Como si una bomba hubiera explotado de repente, el salón del trono se inundó de las feromonas de aquel pelirrojo, las cuales opacaron rápidamente las del ciudadano. Los soldados cubrieron sus bocas, intentando aguantar las arcadas... Era más que sabido que la esencia de un alfa provocaría náuseas en otros alfas... Y sin duda, las de ese hombre eran las más fuertes, seguramente del reino.

—Ruega por el perdón de su majestad ___. Ahora. —La mirada de aquel caballero parecía atravesar su alma, como el más filoso de los cuchillos.

—Yo... Lo... Lo siento, majestad... Perdóneme por favor... —Dijo aquel hombre; su mente gritaba que huyera lo más rápido posible, como si fuera una presa ante el máximo depredador.

—...Lo perdono... —Dijo en voz alta ___, apretando nerviosamente con sus manos la falda de su delicado vestido.

—Ahora... Vete. —Ordenó el caballero, provocando que el ciudadano huyera despavorido.

—Shanks... —Dijo la reina. —Es suficiente por hoy... Mañana recibiré más súbditos... Me siento cansada... —Temblando ligeramente, se puso de pie y comenzó a bajar con cuidado por los escalones del salón.

—La escoltaré, majestad. —Dijo el pelirrojo, acercándose a ella.

Con cuidado extendió su mano, ofreciéndosela a la joven para que se apoyase y no cayera... Sabía que ella estaba asustada, podía sentirlo por su fragancia... Lo único que podía hacer era sacarla de aquel cuarto y esperar a que se sintiera mejor. Si ella fuera una Alfa, habría soportado sin ningún problema las feromonas que inundaban el lugar... Pero sólo era una Omega que había sido obligada a tomar una posición demandante y peligrosa.

—Gracias... —Dijo en voz baja, tomando la mano del caballero.

—A sus órdenes. —Sonrió comprensivamente. —¡Abran los ventanales y manténganlos así toda la noche! ¡Este salón debe estar vacío de feromonas para mañana al amanecer! —Exclamó.

—¡Sí, capitán! —Dijeron al unísono los soldados, obedeciendo sus órdenes sin dudar. Después de todo, él era la persona que más respetaban... A diferencia de su monarca omega.

El pelirrojo abrió una puerta, permitiendo que la joven de ojos ___ (c/o) caminase silenciosamente por los extensos pasillos y escaleras que la esperaban. Ambos siguieron avanzando sin decir una sola palabra y, para alivio de la monarca, no se encontraron con nadie más durante su caminata.

—Permítame, majestad. —Dijo con una sonrisa Shanks, abriendo la puerta que acababan de alcanzar.

—Gracias... —La joven se adentró en el gran cuarto real, quedando de pie a espaldas de su caballero de más confianza.

El pelirrojo entró con ella, cerrando la puerta tras de sí. Apenas la entrada fue sellada, la joven cayó de rodillas al suelo, temblando y cubriendo su boca, intentando desesperadamente regular su respiración. El vello de su piel se erizó completamente por el terror, su corazón palpitaba con fuerza, hasta el punto que parecía estar por salirse de su pecho. El caballero la miró con tristeza, sintiendo las feromonas que ella emitía... Era como un animal herido e indefenso que se enfrentaba a la muerte inminente.

—___... —Susurró Shanks, acercándose con cuidado.

—Lo siento... Lo siento, Shanks... —Sollozó la joven. —Intenté ser fuerte... Pero no pude... Esas feromonas... Ese alfa...

—Hey, hey... No llores... —El hombre de cabello rojo se arrodilló frente a ella y acarició su mejilla con cuidado, obligándole a levantar la mirada. —Resististe muy bien... Mantuviste la compostura y no cediste ante ese alfa. No sabes lo orgulloso que me siento de ti.

—Pero lo que dijo es cierto... No soy una buena reina para este territorio... Sólo soy una inútil omega... —Su corazón lastimado volvía a resquebrajarse como un cristal.

—No digas eso, ___... No es verdad. —Con cuidado tomó a la joven del mentón, observándola con un profundo amor. —Eres responsable de cuidar este reino y lo has hecho como toda una verdadera líder... Y da igual que seas una omega... Porque has trabajado más duro que nadie para proteger este país y a sus habitantes. Eso es lo que realmente importa.

—Shanks... —Susurró llena de lágrimas.

—Sé que te asusté con mis feromonas, ___... No pude evitar enojarme cuando ese imbécil comenzó a insultarte... Si me lo hubieras permitido, sin duda le habría arrancado la cabeza con mi propia mano. —Su semblante se volvió serio al recordar aquel encuentro. Se sentía tan enojado que nuevamente su esencia comenzó a llenar la estancia. —Y cuando te propuso casarte con su hijo...

—Shanks... Por favor... —Rogó la joven, observando a su caballero y amado. Al sentir el aroma amenazante de su alfa, ella comenzó a dejar salir sus feromonas para poder tranquilizarlo.

—Lo siento... Lo siento... —Sus ojos se conectaron y él  besó su frente con amor. —No puedo soportar imaginar mi vida sin estar a tu lado...

—Shanks... Tú eres el único alfa para mí... Eres la única persona que quiero en mi vida... —Sonrió tímidamente, observando a su amado a los ojos.

—Y así será, mi amada ___... Seré el único en tu vida... Y tú la única en la mía. —Lentamente se acercó a ella y besó sus dulces labios.

La estancia poco a poco se llenaba de la fragancia de los dos amantes... El capitán de los caballeros reales y la reina del país... Si las personas se enterasen, seguramente ella perdería el poco respeto que sus súbditos le tenían... Esa era la única razón por la cual ocultaban su relación. ___ deseaba ser marcada por Shanks, juntar sus destinos en aquel lazo que los uniría hasta la muerte... Y, aunque él deseaba morder su cuello, sabía que no podía... Porque volverse su esposo significaría que ella sólo terminaría siendo vista para procrear a la siguiente generación de monarcas por el resto del reino... Y la respetaba y amaba demasiado como para permitir que eso sucediera.

El pelirrojo rodeó la cintura de la joven con su brazo, sosteniéndola con cuidado y levantándola sin dificultad alguna. Rápidamente ___ se afirmó de sus hombros, los cuales estaban cubiertos por la brillante armadura que había ordenado a hacer para él cuando le había entregado el título de capitán de la guardia real, mucho antes de comenzar su relación secreta. Shanks caminó hacia la gran cama del cuarto de la reina y depositó suavemente a la monarca sobre las sábanas de seda.

—¿Me permite hacerle el amor esta noche, majestad? —Preguntó con coquetería el pelirrojo.

—¡Shanks! —Exclamó avergonzada, cubriendo su rostro.

No era la primera vez que se unían en una noche de pasión y tampoco sería la última. A pesar de ello, la joven no podía evitar sentirse avergonzada cuando él le preguntaba si podían hacerlo... Y eso le encantaba a Shanks. Ver a su hermosa reina comportándose tímidamente, como la omega que era... La única persona que él amaba con todo su ser.

—Permítame, majestad. —Tomó un mechón de sus ___ (c/c) cabellos y lo besó con cariño, guiñando su ojo.

Lentamente descendió su mano hasta el corsé de la joven, desatando con cuidado los lazos que lo unían. La chica le dio la espalda al caballero, permitiendo que pudiera hacerlo con mayor facilidad... Aún recordaba cuando él perdió su brazo izquierdo y cómo fue una tortura para él intentar quitarle aquella prenda las primeras veces. Pero el tiempo lo terminó haciendo un verdadero experto... Lo cual agradecía ___, tomando en cuenta que ya no usaba su espada para terminar rompiendo el resto de la ropa por culpa de sus instintos.

—No sé cómo puedes soportar usar esto todo el día... Te ves mucho mejor sin el corsé puesto. —Volvió a hablar con cercanía, deshaciéndose por fin de la prenda para luego comenzar a quitar con paciencia el resto del ropaje. —Con tantas capas de ropa que llevas encima, podrías sobrevivir a una tormenta de nieve sin problema. —Bromeó el pelirrojo, empezando a molestarse con el vestido.

—Tú llevas una armadura, así que no es muy distinto de un vestido. —Rió con alegría la joven, deshaciéndose lentamente de los ropajes.

Pasaron algunos minutos y, cuando Shanks parecía estar a punto de tomar su espada para cortar nuevamente el vestido de la monarca, ella logró quitarse la última prenda, quedando completamente desnuda. El pelirrojo tragó frío al observar el busto de la joven rebotar ligeramente y sus feromonas inundaron de golpe aquel lugar.

—S... Shanks, espera un poco... —Dijo la joven sonrojándose de sobremanera al sentir el aroma que llenaba la habitación, comenzando a excitarla. —Déjame quitarte la armadura o te volverás loco...

—Lo siento... Es difícil controlarme teniéndote desnuda frente a mí. —Sonrió sonrojado el pelirrojo, besando su frente con amor.

Los delicados dedos de la chica se apoyaron en las hombreras del caballero y las quitaron con cuidado, comenzando a desarmar la armadura poco a poco hasta que, tras algunos minutos, el pelirrojo también quedó completamente desnudo, dejando a la vista el muñón de su brazo izquierdo y su gran erección.

—Shanks... Tus feromonas... —Comenzó a jadear ligeramente la joven, sintiendo que el ambiente se volvía más pesado y la atmósfera se había vuelto extremadamente lujuriosa.

—Sé que no debería... Pero que ese imbécil quisiera casarte con su hijo realmente me molestó... —Dijo el pelirrojo, acercándose a ___ hasta acorralarla en la cama. —Y necesito asegurarme que sepas que eres mía...

—(Oh no... Está perdiendo el control...)

La monarca temblaba excitada y su rostro estaba teñido en rojo. No podía negar que le gustaba ver a su amado caballero dejar que los instintos tomaran control de su cuerpo... Después de todo, se comportaba como un verdadero alfa en la cama, especialmente cuando sus celos lo dominaban. Esa noche darían rienda suelta a sus sentimientos y dejarían que la pasión los poseyeran.

De un suave empujón, Shanks obligó a su querida omega a tenderse en la cama. Sonriendo con cariño, se acostó a su lado y la abrazó contra su pecho, luego tomó su muslo con la mano derecha y la hizo apoyar su pierna sobre la cadera de él, permitiendo que su erección y la intimidad de ___ estuvieran en contacto. El pelirrojo la observaba con un profundo amor; sus falanges se deslizaron por la piel de la chica hasta llegar a su glúteo, el cual apretó con fuerza.

—(No puedo marcar tu cuello, ___... Pero sí el resto de tu cuerpo.) —Miró de reojo que sus dedos habían dejado pequeños rastros rojizos, provocando que sonriera aún más.

—Shanks... —La joven temblaba, sintiendo que las feromonas del pelirrojo eran aún más fuertes que antes.

—Shhh... —Susurró suavemente, observándola a la cara. —Cierre los ojos y disfrute, majestad. —Pronunció con cariño aquel título.

Sus dedos se deslizaron lentamente por su piel, acariciando con las yemas los humedecidos labios de la joven. Poco a poco sus falanges fueron descendiendo por el glúteo hasta llegar a la intimidad de la reina y comenzó a frotar el índice con el del medio por la entrada, jugando con sus pliegues.

—Responde bien a mis feromonas, majestad. —La miraba a los ojos, profundamente enamorado.

—Ya... Estás hablándome con respeto de nuevo... —Suspiró de placer.

—Me gusta hablarle con el respeto que se merece, majestad... Incluso cuando estamos solos... Incluso cuando acaricio su cuerpo. —El índice y el dedo corazón frotaban suavemente los labios de la joven, esparciendo los jugos lubricantes de la joven por su intimidad.

De vez en cuando su mano volvía a su muslo, apretándolo ligeramente en aquellos puntos sensibles que tanto conocía. Los brazos de la chica rodeaban el cuello del caballero, sus dedos se enredaban cuidadosamente en sus hebras rojas. Sus párpados se hallaban cerrados, evitando que su amado pudiera ver esos orbes ___ (c/o) que le encantaban.

—Estás más que lista, ___... —Sus falanges bajaron hasta su erección, la cual tomó desde el tronco y apoyó la punta en la entrada de la monarca.

—Hazlo... Por favor... —Suplicó la joven, su mente estaba nublada por las feromonas que inundaban el cuarto.

—Lo haré lento primero... Quiero que disfrutemos un poco de paz... Antes de reclamarte por completo otra vez. —Besó su frente, adentrando su falo en ella.

Al dar la primera embestida, el cuerpo entero de ___ se tensó de placer. Había estado esperando aquel falo durante varios minutos... Y finalmente estaba dentro de ella otra vez. Su pierna derecha abrazó por la cadera al pelirrojo, acercando aún más sus cuerpos.  La mano de Shanks se apoyó sobre los glúteos de la reina, empujándolos ligeramente para llegar aún más profundo.

—Mmhh... —Gemía suavemente la monarca, sintiendo sus feromonas mezclarse con las de su amado alfa.

Las caderas del pelirrojo se movían lentamente, pero con el paso de los segundos sus penetraciones comenzaron a hacerse más rápidas y rítmicas. Los glúteos de ___ se tensaban por cada embestida, moviendo con algo de dificultad su cintura. La mano de Shanks apretaba con gusto la piel de la monarca, empujándola contra su virilidad para seguir besando la profundidad de su ser. No era una posición muy cómoda para hacerle el amor a su omega, pero sí era una de sus favoritas por la cercanía que tenían.

—Te ves tan linda gimiendo... Quisiera verte así toda la vida... —Las mejillas de ___ se tiñeron de rojo ante el comentario de su amado.

Tras algunas embestidas más y, debido al movimiento de las caderas de ___, la erección del pelirrojo salió accidentalmente de su interior, dejándola con una sensación de vacío y una expresión de ligero dolor. Su intimidad apretaba y succionaba, buscando ser llenada nuevamente por la virilidad de su alfa... Y él tampoco se sentía muy complacido por aquella pequeña interrupción.

—Bueno, ya que te he preparado suficiente... —Sonrió con algo de malicia, provocando que la joven se estremeciera ante la gravedad de su voz. —Creo que es tiempo de pasar a un plato más fuerte... ¿No lo crees, ___?

Con impaciencia se sentó en el borde de la cama y extendió la mano a la monarca, quién se sonrojó fuertemente al darse cuenta qué es lo que él deseaba. Temerosamente ella tomó su extremidad y se acercó, arrodillándose sobre la pelvis del pelirrojo para quedar con su entrepierna sobre su erección.

—¿Qué piensa hacer, majestad? —Preguntó, aunque ya sabía la respuesta. —¿Va a premiarme por protegerla hoy?

La joven no dijo nada, sólo asintió en silencio. Sus mejillas ardían fuertemente, no estaba acostumbrada a ser quién llevase las riendas en las relaciones sexuales, pero sabía que a él le gustaba verla tomar la iniciativa de vez en cuando, aunque su amado debiera dar el primer paso la mayoría de las veces.

Con cuidado sostuvo el falo de Shanks y lo mantuvo quieto mientras ella descendía sobre éste, adentrándolo nuevamente en su intimidad. Un suspiro de placer brotó de los labios de ambos; la mano del pelirrojo acariciaba uno de los glúteos de la monarca mientras ella comenzaba a mover sus caderas de arriba a abajo con lentitud. La joven podía sentir cómo aquella virilidad frotaba su interior y besaba la profundidad de su ser.

—Ah... Alfa... —Susurró excitada, provocando que la erección de Shanks creciera aún más al ser llamado de esa forma.

—___... —Su mano se aferró a su cadera, obligándola a moverse más fuerte. —Repítelo... Repite lo que dijiste...

—Alfa... Alfa... —Susurraba entre gemidos la joven.

La mano de Shanks la obligaba a subir y bajar sus caderas, moviéndolas de adelante hacia atrás de vez en cuando, permitiéndoles sentir aún más placer que antes. Sus labios llegaban a frotar e de vez en cuando contra los testículos del mayor, provocando que gimiera más fuerte. La cabeza del pelirrojo estaba inclinada hacia atrás, sus ojos cerrados fuertemente, disfrutando al máximo la sensación de su pene siendo apretado y devorado por su amada.

—___... Mi dulce omega... —Susurró, presionando hacia abajo con su mano.

Las feromonas de Shanks y ___ se mezclaban, creando un aroma que ambos amaban. Las caderas de la reina no dejaban de subir y bajar, sus manos se aferraban a los muslos del mayor. El pelirrojo no podía apartar la mirada de su cuello, observando hipnotizado aquel lugar que tanto deseaba marcar como suyo. Los labios de la joven se frotaban contra sus testículos y él ya no podía seguir a aquel ritmo... Necesitaba más.

—___... Lo siento... —Susurró en su oreja.

—¿Eh? —Jadeó ligeramente la chica, confundida por las palabras del mayor.

Antes de poder comprender lo que ocurría, el pelirrojo rodeó su abdomen con su brazo y comenzó a mover sus caderas fuertemente, chocando con brusquedad sus testículos contra los labios de la joven, provocando que ella comenzase a gritar de placer. Podía sentir cómo el glande del mayor besaba la profundidad de su intimidad, golpeando su punto más sensible una y otra vez. Los dedos de ___ subieron hacia el cabello de Shanks, el cual apretaban y jalaban ligeramente por el placer que la inundaba.

—No sabes cuánto te amo, mi omega... Mi única pareja... —Gruñía el mayor, embistiendo cada vez más profundo. —Mi única razón para vivir...

La pelvis de Shanks chocaba fuertemente contra los glúteos de la joven, provocando que comenzaran a enrojecerse. Sentía como su virilidad se comenzaba a hinchar, indicando inequívocamente que estaba por expulsar su semilla... Deseaba poder hacerlo en el interior de ella, llenarla de su esencia y hacerla madre de sus descendientes, pero aún no era tiempo... Debía ser paciente por el bien de la joven.

—___... Mi omega... Mía y sólo mía... —Gruñó con más fuerte.

—Shanks... ¡Shanks! —Gimió con fuerza la joven, sintiendo su interior llenarse de placer.

El cuerpo de la omega comenzó a estremecerse completamente, tensándose y su interior apretando con más fuerza que nunca, buscando desesperadamente ser llenada por la semilla de su alfa... Pero eso no sucedió, a pesar que ella acababa de alcanzar el orgasmo. Casi de golpe el pelirrojo sacó su virilidad y, apenas estuvo afuera de ella, expulsó su semen, manchando tanto su falo como la pelvis de la reina.

—___... Mi ___... Mi omega... Mi reina... —Susurró jadeando, apretando con fuerza aún la cadera de la joven.

—Shanks... Shanks... —Susurraba ella el nombre de su caballero, completamente enamorada pero también preocupada.

—Lo sé... También quiero hacerlo... —Dijo en voz baja, comenzando a acariciar con cuidado la cadera de la monarca tras soltar un poco su agarre. —Pero no puedo...

—Shanks... —Susurró la omega, observando entristecida a su amado. —¿Por qué no me marcas...? ¿Acaso...?

—Claro que te amo, ___. Más que a mi propia vida, más que al reino... —Acarició su mejilla con cuidado. —Pero si lo hiciera, todos sabrían que perteneces a un alfa... Y cualquier logro tuyo se le atribuirá a esa persona...

—A mí no me importaría... Si eso significa estar contigo para siempre... —Dijo la joven, observando al pelirrojo.

—A mí sí... Porque quiero que las personas del reino te valoren como eres... Que vean lo mucho que te has esforzado y te respeten, incluso siendo una omega. —Lentamente se acomodó en la cama, abriendo con cuidado las piernas de la monarca, besando su nuca con amor. —Y cuando llegue ese día... Marcaré tu cuello para siempre. Lo prometo.

—Pero... ¿Y si no se cumple? ¿Si no me respetan nunca? —Preguntó preocupada, sintiendo el falo de Shanks volviendo a entrar en su sensible entrepierna, provocando un ligero gemido.

—Lo harán. Porque tú eres la persona más capaz que he conocido... Y yo estaré a tu lado para siempre... Incluso cuando ya no quede nada de nosotros. —La besó enamorado, comenzando a hacerle el amor nuevamente.


FIN

Próximo Shot: Alfa!Delincuente!Killer x Omega!Reader +18 (n-namjoonie)


Lu: ¡Sáquenme de aquí! ¡No veo nada!

Ventus: Iré por un abrelatas.

Crocodile: Eso te pasa por idiota. ¿Quién te manda a probarte una armadura?

Lu: ¡Tenía curiosidad! ¡Además que en los RPG que juego está tan lleno de caballeros que lo hacían parecer sencillo!

Doflamingo: ¿En serio no ves nada?

Mihawk: Claro que no va a ver nada, es demasiado baja como para caber, siquiera.

Cracker: Ni siquiera puede salir.

Katakuri: Podríamos aprovechar de dejarla encerrada. Así deja de escribir estupideces con nosotros hasta que se termine nuestro contrato.

Lu: ¡Sueña! ¡Ya hablé con sus representantes legales y de nuevo se renovó su contrato!

Luke: Aquí estaba la tarada. Permiso, ya volvemos.

Ventus: ¡Traje el abrelatas! Eh... Oye, tarado, ¿a dónde te la llevas?

Luke: De paseo, nada terrible.

Mihawk: No es por ser aguafiestas, pero las escaleras están en esa dirección...

Doflamingo: Creo que ya sabe...

Lu: ¡Espera! ¡¿Qué haces?! ¡Luke!

Luke: ¡ESTO ES ESPARTA!

Ventus: ¡Fuera abajo!

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