Pedido de Neko_galaxyGirl14 (Anotado el 03/10/2020)
—¡Corran!— Los gritos de los piratas se hicieron oír por todo Marineford a medida que retrocedían hacia los barcos. Algunos de ellos derramaban lágrimas a medida que huían. —¡Padre quiere que escapemos!
El pecoso se encontraba arrodillado en el suelo, respirando agitadamente y sintiendo su cuerpo arder ante las heridas recibidas... Aún no era capaz de creer que aquel marine de magma pudiera sobreponerse a su habilidad de fuego. El almirante abrió su boca y dejó en claro sus intenciones asesinas contra el hijo del rey de los piratas pero, en lugar de atacarlo a él, decidió arremeter contra el chico de la cicatriz.
—¡Luffy!— Gritó Ace al ver que el marine saltaba hacia su hermano menor, quien se encontraba en el suelo intentando recoger la vibre card del pecoso.
Rápidamente se puso de pie y corrió hacia el menor, desesperado por poder salvarlo de alguna forma. Sabía que no llegaría a tiempo, no importaba qué hiciera... Pero, antes de poder entender lo que estaba por ocurrir, alguien envuelta en agua saltó frente al chico del sombrero de paja, sirviendo como un escudo humano.
—¡NO!— Gritó en el momento en que aquel puño de fuego atravesaba el manto de agua y la espalda de aquella mujer con violencia. —¡¡___!!
A pocos metros de él se encontraba la joven de cabellos ___ (c/c) de pie y con sus brazos estirados hacia los lados. El agua de su alrededor se evaporaba rápidamente por el calor que desprendía el almirante de la marina. Un puño de lava la atravesaba desde la espalda hasta el pecho, provocando que sangre brotase de su boca y cayera hasta manchar el suelo. Rápidamente debió retroceder el hombre de magma cuando fue atacado por otro de los hijos de Shirohige, retirando su extremidad y dejando que ___ se precipitara al piso.
—¡___!— Gritó Ace mientras la tomaba a tiempo, evitando apenas que su cabeza se estrellara contra el suelo. —¡___, resiste!— Miró a su alrededor aterrorizado. —¡Necesito un médico! ¡Rápido!
Uno de sus hermanos piratas corrió hacia ellos, cargando con su maletín. Se arrodilló junto al pecoso y observó la herida de la joven, pero ya no había nada que hacer... Era un milagro que ella siguiera viva, pero no duraría mucho más. Triste, subió su cabeza para mirar a Ace a los ojos y luego negó lentamente, poniéndose de pie y retrocediendo.
—¡Tienes que ayudarla! ¡___ no puede...!— No logró terminar su última palabra.
—Ace...— Susurró a duras penas.
—¡___! ¡No te preocupes, todo estará bien!— Sonrió aterrado. Podía sentir la cálida sangre de la joven cayendo por el brazo en el cual tenía su espalda apoyada. —¡Tienes que resistir!
De repente la tierra tembló con fuerza, provocando que subiera su vista. Podía ver a su padre golpeando furiosamente a aquel marine de magma, destrozando el piso y trizando el mismo aire... Era la primera vez que se encontraba con Shirohige teniendo un brillo asesino en sus ojos. De repente sintió algo en su mejilla, provocando que volviera a observar a ___... Acababa de acariciar su rostro. El tiempo pareció congelarse en ese momento para ambos, quedando rodeados de un silencio mortal.
—Ace...— Volvió a susurrar. —¿Estás... Bien...?— Preguntó mientras acariciaba débilmente su rostro.
—¡No! ¡No estoy bien!— Exclamó mientras tomaba con cuidado la mano de su amada, manchándose de su sangre. —¡Por mi culpa...! ¡Estás así por mi culpa!— Lágrimas comenzaron a caer de su rostro. —¡No quiero perderte, ___!
—Ace... No es tu culpa...— Sonrió con tristeza.
—¡Lo es!— Exclamó. —¡Si no hubiera ido tras Teach! ¡Si no te hubiera confesado mis sentimientos...! ¡Si no nos hubiéramos conocido...!— Apretó la mano de ___ mientras lloraba.
—Si no nos hubiéramos conocido... Habría muerto... Mucho antes...— Sonrió con lágrimas cayendo.
—¿Muerto.. Antes?— Preguntó sorprendido Ace.
—¿Lo... olvidaste...?— Una pequeña risa brotó de sus labios. —Siempre has sido... Tan olvidadizo...
—¡No es momento de reír, ___!— Gritó mientras lloraba.
—Me rescataste una vez... Cuando fui secuestrada por... Esos piratas...— Susurró mientras observaba a su amado. —¿Recuerdas...?
—Lo recuerdo...— La abrazó suavemente contra su cuerpo. —Era tan solo un niño... Y te encontré en esa carroza... Me enfrenté a ellos para salvar a ese hermoso ángel que tenían prisionero...— Sonrió llorando, recordando con cariño su primer encuentro.
—Y nunca más nos separamos...— Sonrió con lágrimas la joven.
—Y nunca más nos separamos...— Repitió el joven de fuego, besando suavemente su mano... Estaba cada vez más fría.
—¿Sabes...?— Preguntó ___ suavemente. —A veces... Quisiera volver a esa época... Donde les contaba historias... Cuando Sabo, Luffy, tú y yo vivíamos todo tipo de aventuras... Y hacíamos enojar a Dadan con nuestras travesuras...— Rió débilmente.
—¡Podemos hacerlo, ___!— Sonrió a duras penas el pecoso, acariciando la mano de su amada. —¡Cuando acabe la guerra iremos a ver a Dadan y...! —Mordió su labio. —Y haremos travesuras de todo tipo... Y Luffy estará ahí también... Así que tienes que ser fuerte ahora y quedarte conmigo.
—Sería... Hermoso hacer eso...— La joven intentaba evitar llorar nuevamente. Sentía que su vida se apagaba lentamente. —Pero... Sabemos que no podré volver...
—¡Claro que sí!— Rió entre lágrimas el chico. —Te llevaré al barco... Zarparemos con padre y nuestros hermanos... Volveremos a la villa Fuusha una temporada... Y jugaremos como cuando éramos pequeños... Y visitaremos a Sabo...
—Ace...— Nuevamente comenzaron a brotar sus lágrimas, las cuales cayeron y se mezclaron con la sangre del suelo. —Tienes que escapar... Con Luffy... Déjame aquí...
—¡No! ¡No voy a abandonarte! ¡No te vas a despedir!— Gritó aterrorizado.
—Ya no me duele nada, Ace...— Susurró, acariciando apenas la mejilla de su amado. —No siento nada...
—¡Estás bien! ¡Tu herida sanará!— Gritó, negándose a aceptar la realidad.
—Tú y Luffy tienen que escapar de aquí... Deben irse antes que los marines empiecen a dar caza...— Sonrió. —Tienes que dejarme aquí...
—¡No me voy a ir sin ti!— La abrazó con fuerza, manchando sus piernas de sangre.
—Cargar con mi cuerpo... Te hará más lento...— Lo miró a los ojos... Comenzaba a verse borroso.
—¡No! ¡Yo no...!
—Por favor, Ace... Te lo ruego...— Se aferró a duras penas a su pecho. —Te lo ruego... No quiero que les pase nada... No quiero que mi muerte sea en vano...
Finalmente Ace se vio obligado a aceptar la cruda realidad... ___... Su amada novia estaba muriendo en sus brazos y no había nada ni nadie que pudiera salvarla. Los llantos del pecoso se hicieron más fuertes, al igual que su abrazo. No quería perder a la mujer que le había dado sentido a su vida... La chica que le había dedicado todo su amor y cariño... Con quien deseaba tener hijos y envejecer.
—Ace... Ya no puedo verte...— Un manto de oscuridad se había posado sobre sus ojos.
—Aquí estoy, ___... Aquí estoy... ¿Puedes sentirme?— Preguntó, abrazándola suavemente contra su cuerpo mientras entrelazaba sus dedos con los de ella.
—Tengo frío...— Susurró.
—Es normal...— Su voz tembló. Debió usar toda su voluntad para contenerse y no llorar en ese momento. —Está nevando... El cielo se nubló y está cayendo nieve...
—¿Padre... Está peleando...?— Su voz se hacía cada vez más débil.
—No...— Tembló fuertemente el piso. —Ya terminó la guerra... Ganamos... Ahora vamos a casa... Iremos a la villa Fuusha...— Se inclinó hasta llegar a la altura de ___, susurrando suavemente en su oído.
—Tengo sueño...— El cuerpo del joven tembló y lágrimas comenzaron a caer nuevamente.
—Es tarde...— Su voz temblaba, ya no podía contenerse. —La luna ya está brillando junto a las estrellas... Es una hermosa noche... El mar pareciera ser un espejo gigante... Es como si flotáramos en el espacio...
—Es de noche...— Susurró ___ mientras sus párpados se cerraban lentamente. —Ace...
—¿Sí, mi bello ángel...?— Decidió llamarla una última vez por aquel apodo que le puso cuando eran pequeños.
—¿Puedes darme un beso...?— Ace debió hacer un esfuerzo sobrehumano para no dejar salir sus sollozos.
—Por supuesto...
Con cuidado la tomó del mentón y depositó un suave beso en sus labios... En aquella muestra de cariño estaban depositados todos sus sentimientos de amor por ___. Quería quedarse así para siempre, unido a ella por la eternidad... Sabía que aquella sería la última vez en la que podría besarla.
—Gracias...— Un gemido de dolor brotó de los labios del pecoso. Finalmente los ojos de la joven se cerraron para siempre. —Buenas noches, Ace...
—Bue... Buenas noches, ___...— Juntó su frente suavemente con la de su amada. —Ten... Ten buenos sueños... Te amo demasiado... Mi bello ángel...
La mano de ___ se deslizó de entre los dedos del pecoso, cayendo inerte sobre su abdomen. El tiempo volvió a su curso en ese instante, al igual que el sonido de los terremotos y los gritos de marines desesperados por sobrevivir a la furia de su padre. Incapaz de soportar más aquel dolor, comenzó a gritar con todas sus fuerzas, abrazando desesperadamente el cuerpo de su amada... Finalmente ella se había ido.
—___...— Luffy susurró su nombre mientras comenzaba a llorar, no queriendo creer la muerte de su gran amiga.
Los gritos del joven pecoso se oyeron por toda la base de Marineford, llegando incluso a oídos de su propio padre... Sus hermanos exclamaron el nombre de la joven, comenzando a llorar su muerte. El capitán de bigote blanco volvió a arremeter fuertemente contra aquel almirante, dejando que lágrimas cayeran ante la pérdida de su hija.
El resto de la guerra transcurrió en un instante para el pobre joven pelinegro que aún seguía fuertemente aferrado al, ya frío, cuerpo de quien alguna vez fue su novia. La muerte de su padre fue un nuevo golpe que no hizo más que aumentar su dolor en ese momento... Pero todo llegó a su fin en el momento en que el Yonkö "Akagami" hizo acto de presencia en aquella guerra, exigiendo a los marines detenerse con la masacre que se estaba llevando a cabo.
—___... Mi ___...— Susurraba Ace, aún llorando y aferrado a ella. Sus gritos le habían dañado la garganta hasta el punto que apenas era audible.
—Ace... Lo siento mucho...— Apoyó Shanks su mano sobre el hombro del joven pelinegro. —No es un gran consuelo... Pero ella está sonriendo.
Entre lágrimas abrió los ojos y observó su dulce faz. Tal y como decía el pelirrojo, la joven se encontraba con una suave sonrisa estampada en su rosto, como si se hubiera marchado con un sentimiento de paz absoluto. Nuevamente se incrementó su llanto, volviendo a apegarla contra su cuerpo... Pero ya no era cálido y no era capaz de devolverle el abrazo.
—___... Lo siento...— Lloró, apegando su rostro contra su pecho.
Pocos días después se encontraba frente a su tumba, llenándola de las flores más hermosas que encontró. A los pies de aquel pequeño monumento habían varias espadas cruzadas, simbolizando a los demás hermanos que perdió en la guerra de Marineford. Sus ojos se encontraban rojos de tanto haber llorado.
—¿Qué harás ahora, Ace?— Preguntó el pelirrojo, observando al joven pecoso.
—Buscaré la fruta de ___...— Dijo, seguro de su decisión.
Finalmente emprendió su larga búsqueda por todo el nuevo mundo. Sabía que era cuestión de tiempo para encontrarla. Durante el trayecto se topó con alguien que jamás pensó en volver a ver... Aquella persona y él lloraron amargamente la muerte de la joven, pero al mismo tiempo agradecieron haber podido volver a encontrarse.
El tiempo siguió su curso y finalmente pudo recuperar la fruta que alguna vez perteneció a su amada.
—Ace...— Susurró el rubio, observando a su hermano. —¿Estás seguro de esto? Quiero decir... Yo no estuve allí cuando sucedió aquello... Y significa mucho para ti...
—Lo pensé durante mucho tiempo, Sabo.— Dijo mientras sonreía y extendía su mano, entregándole una Akuma no Mi de color ___ (c/f) a su hermano. —Sé que a ___ le habría encantado que la tuvieras.
—Estoy de acuerdo con Ace, Sabo.— Sonrió el menor de los hermanos.
—Pero ___ era tu novia... Tú deberías tener su Akuma no Mi.— Intentó devolverla el revolucionario.
—Y la llevaré siempre en mi corazón, Sabo. Pero si estuviera ahora con nosotros, sé que te la hubiera ofrecido sin titubear... Siempre fue muy amable con todos nosotros...— Sonrió con nostalgia. —Quiero que tú la comas y lleves su voluntad contigo. Cambia este mundo para mejor en su nombre y haz que se sienta orgullosa de ti, así como lo hará de Luffy cuando se vuelva el rey pirata.— El chico de sombrero de paja rió emocionado.
—¿Y qué harás tú, Ace?— Preguntó el rubio.
—Volveré a casa con Dadan durante una temporada... Le prometí que iríamos a visitarla todos juntos.— Sonrió.
—Entonces espéranos un poco más... Iremos todos juntos.— Dijo Sabo, limpiándose las lágrimas.
—Me volveré el rey pirata tan pronto como pueda e iremos a casa.— Sonrió Luffy, también limpiando las lágrimas que comenzaron a brotar.
—(¿Oíste eso, ___...?)— Sonrió Ace mientras lágrimas brotaban de sus ojos. —(Volveremos a casa todos juntos... Tal y como querías...)
FIN
Próximo Shot: Inazuma x Male!Reader +18 (SANSLOVE_milli)
Lu: ¡WUJU! ¡ARRIBA LA FIESTA!
Luke: Tiene que ser una puta broma...
Lu: ¡ARRIBA LOS GLOBOS Y EL PASTEL! ¡ES TIEMPO DE CELEBRAR!
Katakuri: ¡Celebra en silencio!
Lu: ¡JODETE! ¡HOY ES DÍA DE FIESTA!
Ventus: ¿Qué rayos le pasa ahora?
Luke: Resulta que, por primera vez, le dieron permiso para matar a ___ en un shot.
Crocodile: ¿No que le habían dado permiso en otros también?
Luke: No. Los otros fueron porque ELLA quiso matar a alguien.
Doflamingo: ¡¿Entonces sufrimos todas esas veces porque a esa loca se le ocurrió andar de graciosa?!
Luke: Básicamente.
Mihawk: ¿Es que no tiene nada mejor que hacer?
Luke: Tiene, pero es una verdadera mierda.
Cracker: ¿Y qué es eso?
Luke: Escribir yaoi y grabarlo...
Doflamingo: Bueno, eso explica que intentes ahogarte en alcohol ahora mismo...
Ventus: Parece que a Lu se le está yendo de la mano el abuso que tiene contigo, tarado.
Luke: ¡¿Y ahora lo notas, imbécil?!