Pedido de baby_todorika_28
—¡Incluso con un puto brazo menos! ¡¿Cómo mierda es posible que esta puta batalla durase tres días y tres noches?! —Gritó el joven de cabellos ___ (c/c) mientras se llevaba a los labios el jarrón de cerveza.
—Porque sigo siendo fuerte, incluso sin mi mano izquierda —. Dijo el pelirrojo mientras bebía relajado.
—No te bastaba con pelearte con Kaido... ¡¿También tenías que meterte en Marineford?!
—Dios, como grita ese mocoso de ___... —Suspiró hastiado el hombre de cabellos grises, mordiendo suavemente aquel mondadientes mientras limpiaba su fusil.
—Y que lo digas, Beckman... —Suspiró Yasopp, enfocando su vista en una chica de cabellos rubios —. ¿Cómo demonios lo soportan?
—___ es nuestro capitán, no es como si tuviéramos otra alternativa. —Soltó un joven de cabellos castaños, respondiendo la pregunta del pelinegro.
—Oye, imbécil... —Susurró una joven castaña —. ¡No vuelvas a interrumpir a Kakaho!
—Oh no... Ya van a empezar... —Murmuró la joven rubia, observando algo preocupada a los castaños.
Beckman y Yasopp se quedaron en silencio, observando cómo la chica de cabellos café ahorcaba al joven. El resto de la banda de ___ se limitaban a reír o simplemente ignorar el actuar de los hermanos... ¡Si no fuera por su parecido físico, nadie se creería que son hermanos! Un poco más lejos de aquel bullicio, el resto de los miembros de ambas tripulaciones se repartían los tesoros de ambas bandas... No era la primera vez.
—¿Por qué siempre el capitán insiste en pelearse con Akagami si se supone que terminan empatando todas las veces? —Preguntó un Mink tigre que escarbaba entre las joyas que habían recibido.
—Cierto... Este fue tu primer encuentro con Akagami y su tripulación —Susurró la sirena mientras secaba sus piernas. A pesar de estar en sus treinta, seguía teniendo una belleza descomunal gracias a su cabellera cobriza.
—¡Porque el capitán es un idiota! —Soltó el joven de cabellos castaños, recibiendo un botellazo en la cabeza por parte de su hermana.
—Parece que Sisko de nuevo se pasó de copas... Hasta me siento un poco mal con Veli, incluso si insultó al capitán... —Suspiró el Mink.
—Como decía, Harimau... —Dijo la sirena, captando la atención de su compañero —. ¿Recuerdas que, la primera vez que peleamos contra unos piratas cualquiera, tuvimos que sentarnos un rato antes de pelear?
—Sí... —Susurró el Mink tigre, extrañado aún por aquel día... Estaban bajo pleno ataque y ___ decidió quedarse unos minutos sentado sin pelear hasta que una bala de cañón hizo un agujero en una de las paredes del barco.
—¿Recuerdas cómo los derrotamos? —Negó con su cabeza. Había sido el último en salir de la cocina, pero cuando cruzó la puerta, no quedaba ni un marine de pie... Y su capitán ya tenía agarrado al vicealmirante del cuello de la ropa.
—Bueno, el capitán comió la Kaze-Kaze no mi... Una fruta de tipo Logia que lo convirtió en un hombre-viento. Puede desplazarse tan rápido como una ráfaga y derrotar a enemigos en ese tiempo, mientras se mueve. No es muy conocido como pirata, pero es muy peligroso si se pone serio.
—No lo entiendo entonces... Si tiene tanto poder... ¿Por qué no peleamos más a menudo, Serea?
—Porque el capitán no quiere ser famoso —. Explicó la sirena, observando a su capitán y Akagami bebiendo cerca de la hoguera —. Sabemos que podría conseguir el título de Yonkö si se lo propusiera, pero sabe que eso significa tener que pelear con tipos como Kaidö o Big Mom... Incluso Barbanegra.
—¿Y qué tiene de malo? Si se enfrenta a ellos y gana, puede conseguir el One Piece...
—Es mucho problema según él. Enfrentarse a ellos significa llamar la atención del gobierno mundial y de los demás piratas, él quiere que todo lo que pueda ocurrir en su vida sea una sorpresa.
Se quedaron en silencio, observando al joven de cabellos ___ (c/c) gritarle al pelirrojo mientras este reía a carcajadas. Tan sólo la sirena tenía un pequeño presentimiento sobre las verdaderas razones de su capitán para mantenerse entre las sombras tanto tiempo como pudiese... Al conocerlo tantos años, no sería tan difícil de adivinar.
—(Incluso si ___ se pelea tan a menudo con Akagami, es bastante obvio que irá a ayudarlo si llegase a tener problemas...)
Y no le parecía raro, pues durante la guerra de Marineford ___ debió enfrentarse directamente con Charlotte Linlin para evitar que intentase dañar a Shanks o atacar por la espalda a Barbablanca. El joven capitán detestaba meterse en asuntos de otros, pero si se trataba sobre el honor de alguien más, no dudaría en interferir.
—(Si no hubiera sido porque en Marineford todos estaban ocupados con Shirohige y la llegada de Shanks, se habrían dado cuenta de la retirada de Big Mom... Hubieran investigado un poco más de los sucesos del Nuevo Mundo ese día y nuestro capitán habría sido notado.)
—¡Oigan! —Gritó el joven capitán, llamando la atención de todos —. ¡A dormir de una buena vez! ¡Mañana por la tarde partiremos a la próxima isla! ¡Tenemos que conseguir provisiones porque CIERTO TARADO quiso tener un banquete!
—Oye, no nos trates así... Prometimos dividir el botín a la mitad, ¿no? —Preguntó el pelirrojo mientras sonreía.
—¡El botín no incluía la comida, animal! ¡Con razón aceptaste tan de buena gana esta pelea, pirata de cuarta!
Tras una hora de discusión, ambas tripulaciones se retiraron a sus respectivos barcos para descansar después de tantos días... ¡Hasta una hamaca llena de agujeros se veía tentadora ante sus cansados ojos! La noche fue avanzando lentamente, el mar mecía suavemente los buques, acunando silenciosamente a los agotados miembros de la tripulación.
Sin hacer ruido alguno, el joven de cabellos ___ (c/c) se levantó de su hamaca y avanzó por el pasillo de los camarotes hasta llegar al frío exterior. Se sentía acostumbrado a la humedad del mar, por lo que la brisa marina no le provocó molestia alguna. Suspiró agradecido que su tripulación siguiera dormida y saltó por la borda, deteniendo su caída a pocos centímetros de la arena gracias a su habilidad.
—(Si hubiera usado mi habilidad allí adentro, definitivamente se habrían despertado... Lo mismo va para la tripulación de ese imbécil) —Susurró para sus adentros ___, finalmente tocando la arena con sus pies y avanzando hasta llegar al barco contrario.
Lo que no sabía el joven de cabellera ___ era que los miembros de su tripulación se habían percatado de su escapada nocturna apenas abrió la puerta. Rápidamente, y sin provocar el menor ruido, se acercaron hasta el barandal de su barco y asomaron ligeramente sus cabezas para observar mejor a su capitán.
—¿Qué demonios está haciendo el capitán? —Susurró el chico castaño, observando a su capitán desaparecer en las sombras de la noche.
—Parece que se dirige al... —Susurró el Mink antes de detenerse en seco.
—¿En dónde? ¡¿En dirección a dónde?! —Comenzó a insistir la joven castaña, recibiendo un golpe en la cabeza por parte de su hermano.
—¡Maldita sea Sisko, cállate un poco! —Susurró molesto el mayor.
—¿Quieren calmarse de una vez? —Reprendió la sirena, observando a los hermanos comenzando a pelear nuevamente.
—Harimau, ¿dónde fue el capitán? —Preguntó la chica rubia, observando al Mink tigre.
—Al... Barco de Akagami —. Susurró, provocando que las discusiones y pleitos se detuvieran de golpe.
—¡¿Al barco de Akagami?! ¡¿Estás seguro?! —Preguntó la joven castaña, observando al Mink asentir.
—Maldita sea... Conociendo a ese imbécil, debe seguir ebrio y fue a enfrentarse a ese otro imbécil... —Gruñó por lo bajo el castaño —. ¡Vamos a ayudar a nuestro imbécil capitán antes que lo masacren!
—Dijiste tres veces imbécil en una oración —. Susurró la joven castaña al vice-capitán.
—Cállate.
Rápidamente avanzaron por la playa, siendo guiados en la oscuridad por el Mink tigre. ¡Que agradecidos se sentían por tener a alguien capaz de ver en la oscuridad! La sirena se sentía más preocupada a medida que se acercaban al barco del capitán rival... Sus sospechas podrían ser reales y no pasaría nada... Pero si la tripulación del pelirrojo descubría a ___ escabulléndose, podrían atacarlo y las cosas se pondrían muy serias.
Finalmente llegaron al barco del pelirrojo y subieron sin mucho problema. Con algo de suerte, la tripulación rival seguiría dormida y podrían recuperar a su capitán sin tener que discutir o chocar armas. Lentamente se asomaron por la puerta que llevaba a los dormitorios y descubrieron de mala gana que la suerte no estaba de su lado.
—¿Y? ¿Vinieron a buscar a su capitán o a pelear de nuevo? —Preguntó Lucky Roux mientras se llevaba a la boca un pedazo de carne.
—Solamente vinimos por el capitán, no queremos más peleas... —Susurró la rubia, sabiendo que la situación podría volverse desastrosa en cualquier segundo.
—¿Dónde se metió ese imbécil? —Preguntó hastiado el vice-capitán, recibiendo nuevamente un golpe por parte de su hermana.
—Es nuestro capitán, no debes llamarlo así —. Sentenció la castaña, cruzándose de brazos.
—___ está en el camarote de nuestro capitán —. Susurró Yasopp mientras se ponía de pie —. Seguramente estarán conversando sobre las últimas noticias del Shin Sekai...
—(Dudo mucho que estén hablando...) —La sirena cada vez estaba más segura de su presentimiento.
—Dudo que estén hablando —. Dijo Beckman, llamando la atención de ambas tripulaciones.
—Si no están hablando, ¿qué hacen? —Preguntó Sisko con su usual inocencia.
Algunos ya comenzaron a presentir a qué se refería el vice-capitán de la banda de Akagami, pero no se atrevían a responderle a la castaña... Sí, era violenta y solía beber mucho durante las fiestas, pero era completamente ignorante en otros temas un poco más maduros. Veli tosió ligeramente, intentando desviar el tema.
—¿Por qué piensas eso, Beckman? —Rezaba por que su hermana olvidase esa pregunta.
—Solo acérquense y escuchen un poco —. Sentenció mientras limpiaba su fusil.
Incapaces de controlar su deseo de saber la verdad, ambas tripulaciones se acercaron a la puerta y apegaron sus oídos en ella, intentando oír lo mejor posible cualquier ruido que procediera de su interior. Los segundos pasaron, lo único que lograban escuchar era la madera crujiendo ligeramente por las olas que mecían suavemente el barco... Hasta que...
—¡Maldición! —La voz baja del pelirrojo llegó hasta los oídos de todos, preocupando a los miembros de ambas tripulaciones.
—¿Quién lo diría? El emperador del mar, Akagami está a punto de perder por culpa de su brazo —. Brotó la voz del peli-___ (c/c), provocando un estado de alerta en todos.
—¡¿Perder?! —Susurraron todos al mismo tiempo, excepto por Beckman y Serea... Ellos ya estaban seguros de entender bien la situación sin tener que oír nada.
Desesperados por escuchar mejor, apegaron aún más sus cuerpos contra la puerta, forzándola y rompiendo el cerrojo por accidente, provocando que esta se abriese de golpe. Los oyentes cayeron estruendosamente al piso, llamando la atención de la sirena, el vice-capitán del pelirrojo, a ___ y Shanks.
—¡¿Qué mierda?! —Gritó el peli-___ (c/c) por la sorpresa.
Al levantar la mirada, los miembros de ambas tripulaciones se quedaron de piedra. Delante de ellos se encontraban ambos capitanes... ___ yacía acostado en la cama del pelirrojo boca arriba, sin su camisa y con sus pantalones ligeramente abiertos, mientras que Shanks estaba arrodillado sobre él, también con su torso desnudo y su ropa inferior puesta. Su única mano estaba tomando aún el botón que había intentado quitar desde hacía varios minutos ya...
—Chicos... —Dijo en voz baja Shanks, llamando la atención de todos —. ¿En serio tenían tantas ganas de vernos tener sexo? —Soltó una carcajada, aún sin soltar el botón.
Los miembros de las dos tripulaciones palidecieron de golpe, comenzando a forcejear entre ellos para intentar escapar. Confundido, Shanks se dio la vuelta para ver a su pareja y sintió cómo lo invadía el terror... ___ estaba con su espada en mano, listo para matar a todos los presentes.
—¡MIERDA! ¡CORRAN POR SUS VIDAS, BASTARDOS! —Gritó el pelirrojo mientras salía corriendo de su habitación, siendo seguido por los demás.
—¡NO HUYAN, COBARDES! ¡NO LES HARÉ NADA, SÓLO LOS MATARÉ UN POCO! —Exclamó el joven capitán, persiguiéndolos.
Mientras el peli-___ (c/c) corría tras ambas tripulaciones y el capitán rival, Beckman y Serea observaban por el barandal del barco entretenidos la situación. El sol poco a poco asomaba en el horizonte, marcando el final de la noche y el inicio de un nuevo día lleno de sorpresas una vez que zarpasen de la isla hasta su próximo reencuentro.
—Parece que hasta aquí llegó la excusa de pelea del capitán ___ —. Rió ligeramente la sirena, oyendo a sus compañeros gritando aterrados.
—No es como si hubieran sido muy sigilosos las últimas veces —. Suspiró Beckman mientras encendía un cigarro.
—Bueno... —Sonrió Serea —. Tal vez ustedes ya no tengan más problemas para dormir, ahora sabiendo que el capitán nunca atacaría a Akagami.
—Yo diría lo contrario —. Gruñó un tanto molesto —. Ahora que sabemos la verdad, no necesitarán ser silenciosos las próximas veces que se encuentren.
FIN
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