CAPÍTULO 30

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Jeyson entró con paso lento por la mansión. Estaba molesto, no solo con Luis, sino también por ser tan ciego y orgulloso, el nombrado protector, no había protegido ni una vez Chiara.

- Giorgio: oh jeyson, ya volviste

Como si fuese una maldita jugarreta del destino, Luis se encontraba sentando al lado de Giorgio bebiendo café.

El rubio se paró y se dirigió a saludarlo, el castaño suspiro con calma, tratando de permanecer tranquilo, pero no funcionó. Ni después de ver los moretones que tenía su prima en brazos y hombros. Cuando Luis estuvo lo suficientemente cerca, le asestó un puño que lo hizo caer hacia atrás. Jeyson suspiro ya más tranquilo, hasta que vio que le sangraba la nariz, se había lastimado la mano, pues no estaba acostumbrado a golpear con el puño cerrado.

- Giorgio: ¿qué haces jeyson? (dijo cuando el castaño le pegó a Luis)
- Jeyson: (suspiro con cansancio) lamentó mi comportamiento (dijo dando una inclinación ante el hombre) pero el señor aquí presente agredio a Chiara en los brazos, hombros y tiene marcas en la espalda
- Luis: No la golpee (dijo tratando de salir de ese problema)
- Giorgio: (lo miró con mucha molestia) entonces gobernador (con una calma que no sentía el rubio, que no lograba de salir su asombro) ¿puede explicar lo que dice mi sobrino?
- Luis: (desvió la mirada avergonzado) discutimos y las cosas se salieron de control (dijo aún con la mirada baja) pero ella también me golpeó (se justificó)

Tanto Giorgio como jeyson miraron con algo de incredulidad.

- Jeyson: ¿de verdad? (Pregunto aún molesto)
- Luis: (se sonrojó aún con la mirada gacha) me pateo la entrepierna (dijo con un estremecimiento al recordarlo) y me ha asestado como tres golpes en la cara

"LO HICE ME DEFENDÍ"

Jeyson miró a Giorgio, que parecía incrédulo a las palabras del SALVATORE, aunque si era sincero, el mismo lo creía algo extraño. No se explicaba ese supuesto comportamiento de Chiara, que estuvo enamorada del SALVATORE desde la adolescencia.

- Giorgio: muy bien (dijo caminando hacia Luis)
- Luis: (le vio con algo de extrañeza, se estaba tomando la situación con mucha calma) entonces....?

Cayó sobre sus rodillas luego de recibir varios golpes, demasiados dolorosos.

- Giorgio: como ya le dije (dijo caminando a un lado del semiconsciente) estoy dispuesto a recibir a Chiara y a Max, sin embargo, no permitiré que se mancille el honor de mi familia (miró a jeyson antes de dar un asentamiento de cabeza) la familia Di Santis se alegra de apoyar al gobernador, pero hay algo que debemos dejar en claro (dijo mientras se alejaba hacia el patio) no quiero que vuelva a ponerle una mano encima a mi hija

Giorgio se alejó hacia el patio, ante la atenta mirada de Hanna, que corrió tras el, mientras jeyson, ya con el permiso correspondiente, se dirigía a dejar en claro el mensaje del patriarca de la familia, al cual, minutos después, se uniría Hanna luego de conseguir su respectivo permiso.

(•••)

Iba de regreso a su casa, aún debía darse una ducha y preparar la comida para cuando Max llegara de la escuela, sin duda se las ingeniaría de alguna manera para hacer que Raymond se quedara a comer con ellos, cosa que lentamente, se estaba haciendo una costumbre, una que podía decir, no le molestaba en absoluto.

Escucho unos golpes,ramas rompiéndose y unos gritos ahogados, ella se dirigió hacia el lugar donde se escuchaba ese ruido, se sorprendió al ver a Nadia en el suelo, con varias flechas a sus lados.

- Chiara: ¿Nadia? (Dijo incrédula apareciendo a su lado y ayudándola a sentarse) ¿estas bien?
- Nadia: (maldijo a su suerte al ser precisamente, esa mujer, la que la encontrara en esa situación) si (dijo tratando de ponerse de pie)

Su tobillo derecho punzo dolorosamente y cayó sentada de nuevo, mientras la mujer tomaba su tobillo herido con delicadeza. La niña quiso llorar.

No sólo era la situación con Max en la escuela, incluso Lion y Logan ni siquiera la mirada, si no, el hecho de no atreverse a hablar con su padre. En su inocencia había creído que si podía dominar el arco a los distintos blancos, como le enseñaba su padre a Max, podría presumirle y mostrarle que ella era mejor que el rubio, pero había fallado miserablemente.

- Chiara: (la ayudó a ponerse de pie, para luego cargarla en su espalda y empezar a caminar lentamente) en casa tengo unas pomadas que te ayudarán con esa herida (dijo sonriendo sin que Nadia lo notara, al tener su cabeza sobre su hombro, mojando levemente con sus lágrimas la camisa de la mujer) ¿que intentabas hacer?
- Nadia: lanzar flechas corriendo a las dianas (dijo en voz baja)
- Chiara: (siguió avanzando con paso lento) ¿Ya dominaste tirarlas sin correr?
- Nadia: (respingó una poco ante eso) eh... no (se puso completamente roja, dijo en voz baja)
- Chiara: (suspiro) no debes apresurar las cosas (le aclaró) si no sabes lanzar las flechas, estas jamás le iban a dar a las dianas, incluso puede que ni siquiera se claven, si no sabes lo básico, no harás ni que se claven a las dianas
- Nadia: (dejó caer la cabeza contra el hombro de la mujer sintiéndose peor que antes) Es solo que vi que Max lo intentaba y... lo siento
- Chiara: (negó con la cabeza) Max lo hace porque ya lleva bastante tiempo entrenando, solo tienes que entrenar un poco más, y ya veras que podrás hacerlo igual que el

Nadia asintió más reanimada, animándose a preguntarle a la Mujer porque su cabello estaba mojado, a lo que Chiara le explicó que estaba entrenando. Empezó a hablar de eso, la mujer la curo y le presto algo de ropa, ya que la de la niña estaba llena de lodo y algo rota por las caídas, Chiara la dejo en la sala mientras se iba a cocinar, Nadia veía a lo lejos más fotos familiares.

Se notaba que Max quería mucho a su mamá, después de unos minutos en los que la niña veía la televisión, se escuchó la puerta de la casa abrirse.

- Max: MAMÁ YA LLEGUE (grito)
- Chiara: que bueno mi niño (respondía en la cocina)
- Max: (entró a la muy animado hacia la sala y se quedó de piedra al ver a Nadia sentada en el sillón, con su ropa? La que solía usar en deportes) ¡¿tu que...?! (Se callo al ver a su madre salir de la cocina con una sonrisa en el rostro, el niño suspiro profundo para darse calma)
- Ray: ¿que te pasó? (La voz de raymond los sobresaltó a todos)
- Nadia: (bajaba la mirada y jugaba con sus dedos, en un gesto de más de Chiara y más que de ella misma......) eh.... me caí

El Ayala se acercó a la niña y arrodillándose frente a ella revisó sus heridas con cuidado, Chiara le puso una mano en su hombro, indicándole que le ayudara a poner la mesa, el niño fue a la cocina enseguida, dejándolos solos.

- Ray: ¿te caíste corriendo? (Dijo murándola con seriedad)
- nadia: (se rascó la mejillas incomoda) Intentaba una técnica (dijo bajando la mirada) pero la señora SALVATORE me explicó que lo había hecho mal.., y me curo
- Raymond: (suspiro mirando a la niña, de verdad que podía ser tan torpe y orgullosa igual que el) ¿te duele mucho?
- Nadia: (le miró algo sorprendida por la pregunta y negó con la cabeza Con lentitud) solo.... me siento algo tonta
- Raymond: (le dio una queda sonrisa, antes de pegarle en la frente con sus dedos) eso fue algo tonto

Nadia bajo la cabeza sonrojada.

- Chiara la comida está lista (dijo llegando a donde estaban los Ayala)
- Ray: ¿puedes caminar?

La niña asintió poniéndose de pie.

UN AMOR DESPUÉS DEL DOLOR Where stories live. Discover now