CAPÍTULO 101

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Trato de concentrarse una vez más, pero simplemente no podía. Se había pasado al presionar así a Rodrigo y la que había salido lastimada había sido Carla, casi la única amiga que le quedaba. Aunque en su defensa, no pensaba que Rodrigo realmente hubiese estado con esa chiquilla.

- Melani: ¿crees que funcione?
- Jessenia: creo que no importa (dijo con algo de molestia) Rodrigo lo mando a traer y esa chica pelirroja...
- Melani: lo se (dijo bastante irritada) no sé qué estaba pensando ese imbecil

Jessenia miró los estudios una vez más.

- Melani: se va a quedar ciego (afirmó) no sé si antes de morir o...
- no va a morir (dijo una voz tras de ellas que logró sobresaltarlas)
- Melani: (miró irritada al hombre tras de ella) ¿lo dice el médico estrella? (Dijo con sarcasmo?
- David: (le sonrió con suficiencia) es un presentimiento ¿ya escucharon las buenas nuevas?
- Melani: (lo miró con suspicacia, sabiendo que esa posiblemente solo era una trampa) ¿qué?
- David: la nueva pareja de la ciudad (dijo viendo a Jessenia) Raymond Ayala y Chiara Di Santis

Melani abrió la boca mientras que Jessenia se agarraba a reír.

- Jessenia: por favor (dijo con burla) no encuentras una mejor forma de fastidiar
- David: (se encogió de hombros) puedes preguntarle a cualquier persona de la ciudad (dijo viéndola finalmente) Ayala lo ha declarado abiertamente (se burló)

(•••)

La puerta de la casa estaba entre abierta, empujó con una mano y no distinguió mucho en medio de la oscuridad. Dio un paso más adentro y apoyó la espalda en la puerta hasta que se cerró.

Él estaba allí, y no lo sabía solo porque podía sentirlo y porque le habían dicho lo que había sucedido, si no por el fuerte olor a alcohol que le quemaba la nariz. Se quedó quieta apoyada en la puerta, dejando que su ojo azul se acostumbrara a la oscuridad. Intento percibir algún movimiento.

Quizás la esperaba en la habitación.

El donde no era importante, porque estaba ahí para decir adiós para siempre.

Había sido débil, se permitió tener esperanza a pesar de saber que no era posible su relación, pensando que podrían escapar de su destino, el enfrentamiento de esa noche le había demostrado que debía de ser fuerte, no por ella, si no por aquellos que amaba y aunque no lo entendiera y se resintiera, también debía hacerlo por el.

Dio un paso había adelante y el sonido de vidrios rotos bajo sus pies la detuvo en seco y le heló la sangre.

- ¿lo mate?

La voz distorsionada por el alcohol le llegó de frente y no necesito usar su imaginación. En medio de la oscuridad, lo vio al borde del sillón, con los ojos inyectados de sangre, producto del Vodka que había consumido.

Ella negó en silencio mientras retrocedía el único paso que había avanzado, pegando su espalda a la puerta, y el inclinó la cabeza a un costado, mirando los movimientos que la chica hacía.

- no aceptaré si eso implica alejarme de ti
- y-yo
- ¡NUNCA!

Se incorporó para enfatizar el grito, arrojando la botella al piso que estalló en mil pedazos, salpicando su contenido, apretó los ojos asustada por la reacción que había provocado, nunca creyó llegar a ese punto.

- por favor (dijo en un susurro)
- esto me está desquiciando (dijo de pie con una estabilidad que no le sorprendió, a pesar de que debía de estar ebrio)
- no puedo seguir con esto
- niégate a esa misión, ¡YA! No me importa
- no puedo
- no quiero separarme de ti
- no puedo seguir con esto (el volvió la cabeza paga mirarla fulminante cuando se estaba dirigiendo a la habitación)

Regresó sobre sus pasos, haciendo crujir los vidrios del suelo.

El apoyo una mano junto a su cabeza, inclinando su cuerpo sobre él de ella, que se alejó de la puerta, poniendo distancia entre ellos.

- lo siento
- ¿lo sientes
- por ti (dijo tratando de mostrar calma) ambos tenemos un deber que no va a cambiar
- defiendo lo mío
- tú lo eres así
- eres mía
- yo... no puedo ser tuya
- ¡ERES MÍA! (grito golpeando con fuerza la pared, haciendo retumbar sus palabras con la fuerza de su puño
- ¡NO LO SOY!
- SI LO ERES Y LO SABES
- ¡NO PUEDO SERLO! (dijo llorando) debo regresar con mi familia
- debes...

Aparto el rostro a un costado cuando él se acercó a besarla. La mano de él fue a su rostro y le acarició la mejilla con un roce suave, bajando despacio por su cuello, ella cerró los ojos, sintiendo su mano recorriendo su pecho, rodeando su cintura para acercarla hacia el, haciéndola sentir su deseo.

- sabes que es conmigo con quien quieres estar (su boca se paseo por su cuello y se detuvo en su oído para que el susurro fuera atronador) tu lo sabes, yo lo sé
- ¿y?

Hecho la cabeza para atrás y la miró con desconcierto.

Ella se alejó.

- ¿como ¿" y "?

Siguió caminando hasta rodear el sillón y pararse de espalda a él.

- no eres lo que necesito, no eres lo que necesitamos

Se apoyó en la puerta aturdido, se siento peor que si le hubiese dado un golpe.

- yo, de verdad lo siento, y si me dicen que tengo que lanzarme por un barranco para salvar a mi familia lo haré

- te amo (dijo él como último recurso)
- lo sé... porque eres bueno, pero yo no lo hago y nunca lo he hecho, esa es la verdad

Se levantó de manera abrupta, sintiendo su cabeza centellar con fuerza, y teniendo que tomarla con una de sus manos mientras apretaba los ojos con ímpetu. Esa pesadilla lo había dejado sin aliento por completo.

Se había quedado dormido en el sillón, y no había rastro de su mujer por ningún lado. Se sentó con pereza y se movió de tal forma que su espalda crujió, pero no se sentía mal como esperaba.

Supuso que la mujer había salido a comprar algo para hacer de comer, así que se levantó, de nada me servía quedarse sentado en ese sillón, pero no pudo quitarse la sensación agridulce de ese sueño, de la idea de perderla.

UN AMOR DESPUÉS DEL DOLOR Where stories live. Discover now